Gobernabilidad cero
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Opinión

De Paradojas y Utopías

Gobernabilidad cero

 


1).- La impunidad y sus secuelas

Terminaron los festejos de La Guelaguetza y la centena de eventos culturales. El señuelo del folklore y del mezcal; los convites y los desfiles. El huateque, pues. Las fiestas de julio se viven de una forma ad hoc entre los oaxaqueños. El gobierno haciendo cuentas: afluencia, ocupación hotelera, derrama económica. Y durante dos semanas, titulares y segundones, en pleno éxtasis, casi en fase orgásmica. ¿Y el pueblo? Lamiendo la coyunda, la frustración, el encono. No hubo un solo día en que dejáramos de sorber el infierno de los bloqueos. CENEO y ENSFO desplegando un odio patológico contra la sociedad.

La Terminal de Autobuses de Primera Clase, el rehén favorito. El Cártel-22 desplegando su amenaza de cada año: el boicot a La Guelaguetza, que por fortuna, este año fracasó. Los transportistas de la CTM haciendo lo propio: extorsión, cobro de derecho de piso, mostrando su faceta de cártel criminal. Que en realidad lo es. Una obsesión brutal por ponerle en la madre a Oaxaca, al turismo, al único venero de aire fresco a nuestra devastada economía. Mostrarnos al mundo como en realidad somos: un pueblo sin ley, donde reina la anarquía.

2).- Dos visiones contrapuestas

Para el gobierno de Alejandro Murat Oaxaca es un horizonte de posibilidades: un territorio para las inversiones; el hinterland donde plasmar el milagro oaxaqueño; una zona istmeña en donde es posible tener hasta un canal interoceánico, algo más que las bondades de las ZEE. Una realidad aparte; una ínsula imaginaria en donde es factible hacer realidad los proyectos, los ideales, los sueños. Pero según el INEGI, durante los últimos catorce años, nuestro crecimiento de 1.9 por ciento anual, está para llorar. Estamos debajo de Guerrero. Vamos a la cola. En sentido contrario, en el pueblo hay un gran escepticismo. El acertijo es si estamos igual o peor que en los últimos años de Gabino Cué. Sin duda, el onagro magisterial, de transporte y organizaciones sociales se empoderaron en el fracasado gobierno de la alternancia. Lo grave es que no se advierte en el horizonte un paliativo. Un mecanismo de contención que devuelva al pueblo la confianza. Estamos jodidos, pero al menos queremos vivir en paz.

En el gobierno pues, se percibe la realidad bajo otro prisma. Se mira con otro cristal. Por ello en las redes sociales se destacan frivolidades; la forma no el fondo. La foto, la selfie, el video. Ese mundo aparte que sólo ve la cofradía mexica-nahuatlaca, que nos sigue mirando con el rabillo del ojo. Que repite en sus francachelas su desprecio por los “oaxacos” y “yopes”. Nadie les ha dicho que esto no es para siempre. La visión torpe y pedestre de la auxiliar de la Presidenta del DIF, mostrando con fruición el vistoso traje de istmeña al que define como “el disfraz de hoy”. La ofensa recurrente del ignorante, el torpe, el que niega la ubre de donde mama. En las cúpulas, empero, eso es pecattaminutta. Como lo es la imagen deprimente de la ciudad sitiada, hoy por moto-taxistas, mañana por normalistas o maestros, pasado mañana por cualquier imbécil. Y en donde se toman las decisiones no se mueve un dedo.

3).- En el fondo, lo mismo

Algo inédito al menos durante los últimos cinco regímenes: al inicio del noveno mes, Oaxaca no tiene Plan Estatal de Desarrollo (PED). Los poderes ejecutivo y legislativo hechos bolas. Vicios de origen y desfasados de la realidad. La Ley Orgánica es un desgarriate de incongruencias, ilegalidad y barrabasadas. Hay razón de que jamás se haya difundido. Oaxaca requiere un proyecto de gobierno que atienda en primer término la gobernanza y el restablecimiento del Estado de Derecho. Lo demás es simple artificio. Estamos bordeando el último tercio de 2017 y el panorama de protesta social e inseguridad se ha multiplicado. ¿Es la muestra de un estado vivo, como decía torpemente Gabino Cué? Por supuesto que no. ¿O falta de operación política para desactivar ese modus vivendi de mentores, sindicatos y mafias? Insisto: es el miedo cerval para aplicar la ley. Es el espejismo del 2018, el perfil electorero, el no tocar nada que represente golpe en las elecciones, en la que se cree -ingenuamente- se habrán de encumbrar a los candidatos de dedazo. La política aldeana por encima de la ley y el Estado de Derecho. Y en el horizonte, un partido en el poder, el PRI, devastado y sin brújula.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— Los vecinos de colonias y agencias del norte de la ciudad, tienen que chutarse no sólo los bloqueos entre semana, sino ahora también la toma de la Calzada Porfirio Díaz los domingos. ¿De quién habrá sido esta absurda ocurrencia, o más bien negocio, disfrazado de convivencia familiar?

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