Seguridad Pública: “Punto de inflexión”
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Opinión

Seguridad Pública: “Punto de inflexión”

 


Si. En muchos casos la realidad supera la fantasía. No habían transcurrido muchas horas luego de que el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, anunciara que ‘ya ocurrió un punto de inflexión’ y que esto sin ser una gran noticia sí era el cumplimiento de lo prometido al comenzar esta gestión en diciembre de 2018…
… Y que los homicidios dolosos se habían estancado y que tal y tal: un documento de 65 cuartillas en el que se desgranan cifras, datos y discurso optimista. Pero horas más tarde un grupo armado atacó un convoy de policías de Michoacán en Aguililla y mató de forma brutal a 13 de ellos, otros están heridos. La tragedia a la vista…
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo que lo ocurrido ese día en Agulilla es cosa de todos los días, todo el tiempo en todo el país. Y sí:
Todos los días, desde que amanece y hasta que anochece, minuto a minuto, como en un largo peregrinar patético, los mexicanos somos informados de las distintas formas de violencia criminal en México, y sus crímenes:
“Acribillaron a tantos en…”; “Mataron a tantos este día en…”; “Estaban en un restaurante y los asesinaron”… “Al salir de tal o cual lugar le dieron muerte”… “El cártel tal o cual, ya emboscó al convoy de la Guardia Nacional con saldo de…”; “Asaltan en combi”: “Motociclistas disparan”…
Un negrísimo panorama de inseguridad y de tragedia se vive en el país en donde una de las exigencias más enfáticas al gobierno es la de poner fin a esta situación dolorosa y temible; y que termine, ya, la impunidad y la corrupción rampante, no sólo de los criminales, sino también de los aparatos preventivos, procuradores y administradores de justicia… Pero nada.
Y se dice que todas las mañanas el presidente de México y su gabinete de seguridad se reúnen para conocer lo ocurrido el día anterior y para tomar medidas. Pero si esto es así, no está dando los resultados esperados por los habitantes del país.
La respuesta cotidiana es que “es cosa del crimen organizado”. Ahora se añade el tema de los “huachicoleros” y que todo esto es herencia del pasado porque “así nos dejaron al país” y, por lo mismo, pues no se puede hacer gran cosa… Un pretexto infantil.
En verdad la violencia está en las calles de las ciudades, en las capitales de los estados, en las rancherías, en el campo, en el mar, en todos lados inimaginables. Ahí está el gran dolor humano de la pérdida de vidas y de saqueo o la agresión por sí misma, incluso política como ocurrió apenas el domingo pasado en Jalisco en donde se agredió a una sede del Partido Morena con saldo rojo.
Pero a lo mejor la consigna de gobierno se resume en lo que ‘sugirió’ el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, a los industriales del país:
“Cuando hablen con la gente del Banco de México por favor hablen de optimismo, que están confiados, que no tienen miedo porque en la medida que el mundo baje la tasa y el Banco de México se sienta que hay confianza vamos a bajar la tasa más rápido.”… “Miénteme más, que me hace tu maldad feliz” dice igualmente el bolero.
Así que el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, dijo en su informe este lunes que ‘si bien la reducción de la incidencia delictiva es marginal’, ‘nada que presumir’, lo relevante es que se ha logrado ‘un punto de inflexión’ en la tendencia creciente que tenía el país.”
¿Qué significa esto? ¿Qué se inicia un proceso de disminución criminal en el país? ¿Cómo se expresa esto en cifras… en datos… en vidas humanas y en dolores familiares?… ¿Qué es un punto de inflexión? ¿Es una buena noticia esto? ¿O es una mala noticia porque significa que el problema aun no comienza a solucionarse de forma estructurada, firme y confiable porque apenas están en el diagnóstico de la situación?
Por supuesto sabemos que al gobierno mexicano no le gusta lo que pasa y también que está haciendo lo posible para que termine ya este flagelo. Pero también es cierto que por apurar esta solución se han tomado medidas que corren por la improvisación y por la falta de estrategias y protocolos apropiados por parte de quienes se encargan de cuidar la Seguridad Pública del país.
La Guardia Nacional, que sería la solución, no la ha dado, a lo mejor porque más de 27 mil de ellos están cuidando las fronteras para que el señor Donald Trump esté contento y felicite a nuestro gobierno por estar haciendo “bien las cosas”, según su criterio.
Pero lo de la seguridad pública no sólo es responsabilidad del gobierno federal; también lo es de los gobiernos estatales y los municipales: todos tienen equipos de seguridad que deberían estar en la batalla, con los mejores elementos e instrumentos de resguardo, de defensa, de solución con base en los derechos humanos y con la ley en la mano. Pero poco hacen. O nada.
Los malandrines están en casi todo el país, como Pedro por su casa. ¿Y el Estado de Derecho? ¿Y el uso legítimo de la fuerza? Todo esto sin salirse de los marcos de la Ley, para hacer justicia.
Pero bueno. El día a día mexicano está rodeado de violencia. Y el día a día mexicano está en la expectativa de que ya termine esto. El gobierno promete que será, pero no encuentra la cuadratura al círculo en tanto que los criminales parecen estar mejor organizados, para desgracia de la sociedad mexicana.
… Que estamos en un punto de inflexión… Bueno.