Demandan seguridad
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Editorial

Demandan seguridad

 


Disminuir los índices de inseguridad no solo pasa por frenar los delitos cotidianos como son los robos a transeúntes, a casas habitación, a empresas y comercios, también demanda firmeza y estrecha coordinación con la Federación en la lucha contra la delincuencia organizada que poco a poco se ha acentuado.

El clamor es abatir la inseguridad que se vive en todas las regiones del estado, recuperar la convivencia armónica de las poblaciones que debido a la violencia y actos delictivos se ha perdido, con una alianza con la misma sociedad que permita enfrentar con éxito su combate.

Sin duda, uno de los mayores reclamos de la sociedad oaxaqueña es contar con seguridad física y patrimonial ante la creciente embestida de la delincuencia en las diferentes regiones del estado. Más allá de estadísticas y cifras a favor y en contra, los oaxaqueños demandan una verdadera estrategia en contra de la delincuencia, de la corrupción y la impunidad. Acciones firmes y contundentes para desalentar los actos al margen de la ley y sanciones ejemplares en contra de quienes sean responsables de estos ilícitos.

Oaxaca como otras entidades del país requiere de más y mejores resultados, de contundencia en cada una de ellas para empezar a devolverle la seguridad que tanto exige. En la medida en que se recupere el principio de autoridad y se restablezca el Estado de Derecho se podrá caminar en la ruta correcta, pues hasta ahora, tanto impunidad y la corrupción de quienes procuran justicia parecen ganar la carrera.

Todos los sectores sociales y productivos de Oaxaca sostienen que se debe aplicar la ley de manera contundente, pues ante lo que está sucediendo es alarmante, por eso, la obligación de cada uno de contribuir a que todo vuelva a la normalidad, pues a no dudar la inseguridad ha ido en aumento, situación que se convierte en un aspecto negativo para la atracción de inversiones.

Ante escenarios complejos que se viven en el país y en especial en Oaxaca, el emplazamiento es a todas las corporaciones policiacas que están obligadas a actuar para dar resultados de inmediato en contra de la delincuencia. Por esos los cuestionamientos y reproches por la falta de compromisos para abatir los flagelos de inseguridad, pues los hechos ligados al crimen demuestran que los delincuentes desafían a todos por igual, que no tienen límites ni escrúpulo moral, que están dispuestos a intimidar e infundir miedo a la sociedad.

Empleos Formales

Una de las debilidades de Oaxaca es que el 80.5 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) está trabajando en la informalidad y 16.5 por ciento no recibe ingreso alguno, lo que implica que sólo reciben pagos en especie o trabajan a cambio de su sustento diario. Además de que existen 159 mil niñas, niños y adolescentes trabajadores, de los cuales 54 mil 382 no deberían hacerlo por no contar con la edad mínima de ley.

Por otra parte, no se puede dejar de lado que el pago de impuestos a las Pequeñas y medianas empresas provocó un aumento en el comercio informal, pues muchos negocios prefieren no darse de alta en el SAT y operar informalmente. En Oaxaca, la masa general del sector productivo se dedica al comercio al por menor y ahora con están obligados a pagar impuestos, así como realizar sus declaraciones fiscales ante el SAT.

Ante las crecientes necesidades económicas y sociales de nuestro estado la informalidad laboral se ha convertido en una válvula de escape para muchos oaxaqueños. La falta de empleos permanente y bien remunerados es el reto para atender a esta población que día a día crece, pues las inversiones no legan y la creación de fuentes de trabajo tampoco.

El reto de desarrollar una política laboral que atienda una permanente como constante relación son los trabajadores y fortalezca acciones con los sectores para la generación de empleos formales, atienda los conflictos laborales, defina estrategias para que frene la explotación laboral infantil, entre otros puntos, en especial cuando siete de cada diez personas ocupadas en Oaxaca realizan su actividad económica dentro de la economía informal, lo cual implica que trabajan itinerantemente en unidades económicas sin contabilidad rigurosa.

Los retos son muchos, no sólo se trata de crear las condiciones para colocar a más oaxaqueños en empleos formales, reducir el número de niños y niñas que se encuentran en condición de trabajo infantil, con un futuro en riesgo, también aspirar a mejorar la productividad y las propias condiciones salariales de los trabajadores.

Sólo con más inversión se podrá estimular la capacidad productiva y, por ende, la creación de empleos de calidad que permita a los trabajadores una mejora real en su bienestar. Hasta ahora ha sido favorable la creación de empleos formales con prestaciones, incluso en un entorno de debilidad de la economía mundial, pero ha sido insuficiente para absorber la mano de obra que se integra al mercado laboral cada año.