México: tribulaciones políticas
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México: tribulaciones políticas

 


Como pocas veces, el país está muy atento al curso que seguirá el proceso electoral de 2018, crucial por la expectativa del cambio o continuidad de un modelo político envuelto en el fracaso, la corrupción y la ineptitud administrativa. Podríamos decir, a contrapelo de la época porfiriana que ahora tenemos “mucha política y poca administración”, lo cual está ubicando al país en un contexto de crisis y de falsa saciedad por la democracia, esa alternativa política que viejos sabios como Churchill consideraba uno de los menos malos sistemas para gobernar.

La temática de cotilleos, charlas y discusiones, se ha centrado en acertijos, predicciones, apuestas, esperanzas y hasta en calamidades, produciéndose un cotarro (estado de agitación e inquietud) mal guiado por encuestas de periódicos y de agencias especializadas en captar versiones de la opinión pública. Pero no sólo eso, los medios masivos y de gran penetración auditiva y visual, radio y televisión, difunden hasta el agobio del escucha, mensajes de políticos que en algunos casos atacan, otros defienden y en menor medida hacen propuestas concretas.

Como dijera Octavio Paz de Carlos Monsiváis: “es un hombre de ocurrencias, no de proyectos” y tal vez deba a ello su popularidad y endiosamiento, a que tenía una chispa genial para los dichos cargados de ironía y sarcasmo. Quizás, la frase de nuestro Premio Nobel de Literatura pueda aplicarse a los aspirantes a la presidencia de la República en 2018: dicen muchas frases que ni siquiera son divertidas, sino plenas de pobreza en su contenido y cargadas de muletillas al desgaire, con desaliño conceptual.

Repetir hasta la saciedad y nausea que estamos en manos de “la mafia del poder” no sólo revela vacuidad en el mensaje político, sino carencia de argumentos para articular ideas reveladoras de un plan político o un proyecto de administración gubernamental eficaz. Proclamar que la corrupción se extinguirá con la sola presencia de un nuevo presidente mesiánico es precisamente como pensar que con la muerte de Jesús hubiera llegado la paz y lamentablemente no ocurrió así, sino que el mundo sigue en guerra y cada vez con más pobres, que son precisamente el abundante combustible para un demagogo que no compondrá las cosas, sino que, como Chávez y Maduro en Venezuela conducirá al país a un precipicio sin ascensor de regreso. El sujeto de marras, bien sabido, sigue literalmente las terribles frases de los evangelios de Lucas (11:23) y Mateo (12:30): “El que no es conmigo, contra mí es”.

Ser exesposa de un expresidente, sin mayor bagaje administrativo o político de importancia ha sido suficiente para colocar a Margarita Zavala como puntera del PAN en las encuestas. Tiene carisma entre la multitud inanimada que no analiza y que se guía por el sentimiento y la simpatía visual, no por hechos. Caemos aquí también el misterio de la revelación, como pasa también con el PRI, que a la cabeza está un secretario de Gobernación sin méritos y que invoca la fe en una Procuraduría; un personaje de lenguaje pobre, de discurso superficial y pausas que sólo explican falta de agilidad mental.

Escribir un libro autobiográfico que exalta riqueza familiar y logros en una bella capital encaminada desde antes al futurismo urbano, pero con una medio rural en pobreza, delincuencia y conflicto permanente no es garantía de posicionarse por encima de Margarita o de Ricardo Anaya, siendo éste último un político talentoso pero sin carisma personal y sin atractivo para las masas; es de esperarse que si Anaya imparte conferencias en español, como la que dio en perfecto inglés (soberbia presentación en The George Washington University), será reconocido como el mejor preparado de todos los aspirantes. Es de suponerse que en un debate abierto, nadie tiene la talla académica para rebasarlo.

Del PRD y la chiquillería, ni hablar, carencia de individualidades, sólo tránsfugas hacia su anterior redentor y con un Frente Opositor en el que nadie cree: son patadas de ahogado. Seguimos sin derrotero y sin brújula.