Entre los derechos y la violencia
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Opinión

Entre los derechos y la violencia

 


La historia, nos ha demostrado que la conquista de los derechos no ha sido de manera pacífica, sino todo lo contrario; la humanidad se los ha arrebatado violentamente a quien detenta el poder político. La Revolución Francesa, la Revolución Mexicana, la Revolución Rusa, son ejemplos de movimientos que a la postre ocasionaron la proclamación de documentos importantes como: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 y la Constitución Rusa de 1918, respectivamente.
Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra revolución, en una de sus acepciones significa lo siguiente: “cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional”. Los hechos históricos comentados en el parágrafo anterior, se suscitaron porque existió una descomposición de las instituciones de aquella época, es decir, las estructuras jurídicas, políticas y económicas, no eran acordes a las necesidades sociales.
En este sentido, el pasado viernes 16 de agosto, en la Ciudad de México, bajo el hashtag #NoMeCuidanMeViolan, se llevó a cabo la marcha feminista, para exigir justicia por la presunta violación policiaca, así como por la oleada de feminicidios, acoso sexual callejero, entre otros delitos; que día a día sufren las mujeres, no sólo en las calles, sino también en los hogares, en el trabajo, en las escuelas o en cualquier otro lugar público o privado.
La marcha del 16 de agosto, se ensombreció por los destrozos y daños ocasionados a monumentos, edificios, automóviles; lesiones a reporteros, reporteras, así como camarógrafos de diversos medios de comunicación.
Como siempre en estos temas álgidos, en las redes sociales, la opinión pública se polarizó, porque existieron voces femeninas y masculinas, que justificaban las acciones llevadas a cabo por los cientos de mujeres que ante el hartazgo, coraje y rabia, reaccionaron de la manera descrita en los medios de comunicación. Por otro lado, también se manifestaron mujeres y hombres en contra de las razones expuestas por las protagonistas de la marcha, argumentando que no se puede combatir violencia con más violencia.
Como ya mencioné en párrafos anteriores, ante la incapacidad de las instituciones públicas encargadas de garantizar el pacto social; la obtención y respeto de los derechos tienen que ser exigidos de manera violenta. Desafortunadamente, en “río revuelto”, se perjudica a quienes no tienen responsabilidad alguna en estas demandas. Su único error fue transitar o encontrarse en el lugar y tiempo equivocados.
México se encuentra ante una crisis de valores que ha repercutido en la cohesión colectiva. No quiero ser injusto, para expresar que esta metástasis social, sea responsabilidad total de las instituciones públicas; porque también las instituciones privadas, los medios de comunicación, las iglesias, la familia, las personas…somos co-responsables de la nula práctica de valores sociales.
Exigimos que las instituciones funcionen, queremos acabar con la corrupción, demandamos que nuestra libertad de expresión sea respetada, empero, como ciudadanía no estamos dispuestos a “ceder” en nuestra idiosincrasia, porque así como expuso Octavio Paz: “para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa, Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles.”
México se ha convertido en un país peligroso para quienes ejercen el periodismo, para la niñez, para la juventud, para las personas adultas mayores, para las personas con discapacidad, por el origen étnico, por las preferencias sexuales, por la condición de salud, por ser mujer…
México se ha convertido, desde hace un buen rato, en un país donde pasa todo y no pasa nada.
Al final usted tiene la mejor opinión…
Twitter: @EduardoBizuet