Juárez, el hombre
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Estratega

Juárez, el hombre

 


Con limitaciones, enigmas y martirios interiores; con su modestia nativa y con perseverancia, encontró su momento de transición en Guelatao; huérfano, analfabeta, pobre, aparentemente sin esperanza; presiente que más allá de la laguna, de la choza, del río, de sus cerros debe haber otro pueblo, otra nación, otro mundo que ver, conocer, defender, transformar y consolidar.

En esta alma serrana el presentimiento se convierte en pensamiento y el pensamiento en acción. Con la bendición de sus abuelos viaja a Oaxaca acompañando a unos mineros y a partir de este momento sus limitaciones son su oportunidad.

Viviendo su adolescencia en Oaxaca, seguramente en una caballeriza, un corredor o tal vez en una choza iluminada con un hachón de ocote, un mechero de petróleo o una vela, y fuera de sus horas de trabajo, no duerme; se prepara, se transforma, crece para conducir a la República y pasar a la historia.

Luchó siempre contra circunstancias adversas para corregir las injusticias, los abusos y para dejar en claro que “los hombres no somos nada. Los principios lo son todo.”

“El respeto al derecho ajeno es la paz”. En esta norma jurídica está implícita la norma ética y en ella condiciona la autodeterminación de las naciones; porque una nación debe ser independiente en cuanto respeta la independencia de las demás naciones.

Hay que saber aprovechar las circunstancias favorables para imponerse, actuando sin condescendencia, pero inspirando confianza al dar muestras de buena fe.

Decía “No es mi fuerte la venganza”.

Mateo Solana y Gutiérrez en su libro Psicología de Juárez, dice lo siguiente, que cito textualmente:
Sobre su devoción religiosa “Juárez, aun en los últimos años de vida, iba públicamente a oír misa a la Catedral de México, y prosternado en ella la oía con una devoción ostensiblemente tan profunda y tan sincera que llamaba la atención de cuantos lo veían”.

“Juárez llevó al canónigo don Próspero María Alarcón y Sánchez de la Barquera, más tarde Arzobispo de México, para encomendarle la educación de su hijo. Su voluntad de ser, de persistir, le reintegraba a la serenidad de su conciencia, abierta a las supremas consumaciones idealistas, como en una autodefensa y en una compensación”

Sobre su vida sencilla, “Juárez compraba los aretes corrientes en el mercado de Oaxaca, cuando fue gobernador de esta entidad, para regalo de su esposa Margarita Eustaquia, mujer sin pretensiones, inhibida también en su contacto espiritual con el gran hombre que había superado la humildad de sus comienzos domésticos en la propia casa paterna de los Maza”.

Acerca de su matrimonio, “En el acta de casamiento canónico aparece Margarita Maza sin el segundo nombre (Eustaquia), y como hija legítima de Don Antonio Maza, extranjero comerciante en grana, avecindado en Oaxaca, al que motejaban “el gachupin”. Por el apellido tan castizo, no cabe otra nacionalidad que la española. Se le atribuye el origen lusitano y aun el genovés.

“Juárez diría, pues, una mentira piadosa, de delicadeza exquisita, al confiado párroco de la iglesia de San Felipe Neri, de Oaxaca, donde se celebraron las nupcias a las cinco de la mañana. ?Por qué escogió hora tan temprana? Tal fue, lo que le guio, un impulso de humildad y de pudor. Margarita era también mujer propensa a inhibiciones, a pasar desapercibida en la vida social.

“La novedad que presentamos a la historia es que Margarita Maza fue una niña expósita, pues así lo declara su fe de bautismo, y que adoptó Don Antonio Maza”.

Acta parroquial del bautismo de Margarita Maza:

“Yo, el suscrito, párroco de esta iglesia del Sagrario Metropolitano de Oaxaca, declaro que en el número setenta y cuatro de Bautismos de este archivo parroquial que es a mi cargo, a las ciento setenta y cinco fojas vuelta, existe una partida del tenor siguiente. Al margen: 226. Margarita. Al centro. En la Ciudad de Antq. a Valle de Oaxaca a 29 de marzo de mil ochocientos veintiséis Yo el Ten. Te bautice solemnemente a Margarita Eustaquia Expósita a Don Antonio Maza; Nació el día anterior, fue padrino don Gabriel Pardo le amonestó su obligación y lo firmó con S.C.S. Luís Castellanos. – Manuel Figueroa Cerqueda.”

El acta de matrimonio de Margarita Maza y Benito Juárez García dice:

“El infrascrito párroco del Sagrario Metropolitano de Oaxaca. Certifica: que en el libro de matrimonios de este Archivo Parroquial de mi cargo marcado con el número 26 -veintiséis a fojas 31 -treinta y uno y vuelta, se encuentra anotada una Partida que a la letra dice: En el margen 73 -setenta y tres- el Sr. Lic. D. Benito Juárez con doña Margarita Maza. En el centro.

“En la capital del Departamento de Oajaca a treinta y uno de julio de mil ochocientos cuarenta y tres Ehas. por el Juzgado Roco. Las diligencias que el Sto. Concilio dispone para el matrimonio que pretende contraer el señor licenciado don Benito Juárez, natural de San Pablo Guelatao, y vecino de esta ciudad mucho tiempo ha, soltero de treinta y siete años de edad, hijo legítimo de Don Marcelino Juárez y de Doña Juana Brígida García; con Doña Margarita Maza, natural y vecina de esta ciudad, doncella de diecisiete años de edad, hija legítima de Don Antonio Maza y de Doña Petra Parada. Dispensadas por el Sr. Provisor y Vicario General de este Obispado Lic. Don Franco María de Cházari las publicatas que debían hacerse para si S. Sria. reservo no resultando de las demás diligencias de cargo y oficio parroquial impedimento canónico el señor Provisor y Vicario General de este Obispado Lic. Don Franco María de Cházari desps. de recibirles sus mutuos consentimientos que expresaron por palabras de presentes bastantes a hacer legítimo y verdadero Matrimonio los vinculó infacie. Ecce. Y confirió las bendiciones nupciales de Ntra. Sta. Madre Iglesia en la de San Felipe Neri de esta ciudad, siendo testigos de estos actos Don Juan José Serrano, y el Lic. Juan Serrano. Y lo firmó. Juan José Ruiz. Rubrica” Hasta aquí los datos tomados del libro de Mateo Solana.

[email protected]