Dignificar la política
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Editorial

Dignificar la política

 


Ante los excesos cometidos por políticos y sus familiares exhibidos en las redes sociales, ha llegado el momento de dignificar la carrera política y administrativa para evitar que el descrédito de todos ellos siga en aumento. La clase en el poder hace gala de sus excesos y exhiben una enorme rapiña por los recursos económicos de que gozan y los prolongan a sus familiares que deben ser sancionados por la ley.

Desde hace varios años los presupuestos para los políticos siempre crecen y crecen, y los recursos en los bolsillos de la gente van decreciendo, eso es totalmente injusto, por eso el país no crece, pero lamentablemente nadie hace nada. Hoy observamos con enorme preocupación como los diputados locales ha privilegiado sus intereses y han postergado recursos para temas tan importantes como la salud, infraestructura social, educación y otros más, que van mermando la calidad de vida de los oaxaqueños.

Ante el enorme descrédito que arrastran los legisladores, es necesario implantar un código de ética, dignificar sus tareas y actividades para que no haya abusos. Y si bien los medios impresos como las redes sociales se han convertido en el mejor termómetro para conocer la irritación de los ciudadanos ante actos de presunta corrupción, la aplicación de la ley debe ser fundamental para erradicar corrupción e impunidad.

El presupuesto del Senado, la Cámara de Diputados, Presidencia y lo partidos políticos, no es la mayor parte del dinero presupuestado, pero es ahí donde están quienes deciden los montos. Son ellos quienes prefieren asignarse un mayor presupuesto antes que atender prioridades de los oaxaqueños. Por ello, mientras muchos políticos y sus familiares se sigan exhibiendo en las redes sociales como los nuevos ricos, continuará en aumento el enojo y la irritación social.

Ante un escenario complejo, hoy la gente debe ser más aguerrida para salir a expresar su cansancio de esta situación, hartos de este comportamiento, porque cuando la gente decide callarse y no dice nada, el problema es que al final estos personajes logran sus objetivos.

Medio ambiente

En la actualidad combatir la degradación del suelo y asegurar una agricultura sustentable, más que una opción, es un tema prioritario para el país, por eso no se debe permitir que la riqueza natural se pierda en los ríos y mares, amenazando la capacidad de nuestros hijos para producir alimentos en el futuro. Este círculo vicioso no lo debemos tolerar, debemos trabajar para conservar lo recursos naturales que aún nos quedan y para restaurar todo lo que nos sea posible.

Si bien se dice que una de las metas del Gobierno de la República es recuperar la vocación forestal de aquellas hectáreas que actualmente se encuentran improductivas, ya que esto ayudará a contrarrestar la deforestación en el país, el objetivo debe ser sembrar diez mil hectáreas de bosque con un esquema anual, que permita hacer uso del recurso maderable de la zona; de esta forma se ponen en práctica los programas de restauración y conservación de suelos, tal y como lo recomienda lo expertos.

Ante tale condicione, urge proteger el medio ambiente en nuestro estado antes de que sea demasiado tarde y nos enfrentemos a escenarios como los que se viven en la capital del país y que involucran a los estados de la llamada Megalópolis. En nuestro territorio la deforestación por el avance de la frontera agrícola y prácticas agropecuarias inadecuadas aumentan el fenómeno de desertificación, lo que, sin duda, se acentuará con los efectos del cambio climático que ya son patentes en nuestro país.

El cambio de uso del suelo, los incendios forestales y el método de roza y quema que realizan los campesinos en bosques y selvas han provocado que la entidad pierda 20% de sus tierras forestales durante los últimos cinco años. Las instancias oficiales han informado que las regiones más afectadas son la Mixteca y la Sierra Sur, ya que la tierra se ha degradado de manera continua y va desde afectaciones leves a graves.

Los principales factores son la falta de agua y la intervención directa de la mano del hombre, pues éste ha acelerado dicho proceso de degradación y desertificación de los bosques y zonas naturales.
Las propias autoridades reconocen que al año se deforestan en Oaxaca entre 25 y 30 mil hectáreas de bosques principalmente en las regiones de la Sierra Sur y Mixteca, y es en ese proceso de deforestación que se plantan diez mil hectáreas de arbolitos por año, de los cuales sobrevive entre el 70 y 80 por ciento, el reto sigue siendo titánico.