Oaxaca, en la ruta migratoria
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Editorial

Oaxaca, en la ruta migratoria

 


Todo apunta que Oaxaca se inscribe en el eje de la atención de la Federación, por ser una entidad por donde transita el flujo migratorio que penetra por la Frontera Sur. De esta suerte y siendo la migración ilegal uno de los factores de la presión del gobierno de los Estados Unidos hacia su patio trasero, que es México, ha trascendido que la Guardia Nacional tendrá presencia en la zona del Istmo de Tehuantepec. Eso dista mucho de que nuestro gobierno local opere mecanismos de contención, pues hace apenas unos meses, justo cuando pasaban por la región las famosas caravanas en su ruta hacia el norte del país, la instrucción fue apoyar a los migrantes. El fenómeno no es nuevo en la entidad. Es más bien un problema ancestral, habida cuenta de que el tren, llamado “La Bestia”, recorre una buena parte de la zona istmeña, con paradas en Chahuites, Ciudad Ixtepec, Matías Romero y otros puntos de la geografía estatal.
Sin embargo, lo que llama la atención en la información contradictoria que llega a los medios de comunicación respecto a la Guardia Nacional. En principio se dijo que la corporación arribaría a una región prioritaria de presencia del crimen organizado: Tuxtepec. Después que no. Que tardaría algún tiempo en llegar, dado que Oaxaca no se inscribe entre las entidades que la requieren. La semana pasada publicamos que las zonas prioritarias serían Tuxtepec, Miahuatlán y Tlacolula. En la conferencia mañanera del viernes pasado se mencionó la prioridad migratoria y, por tanto, el estado está entre aquellas entidades federativas por las que penetran y transitan los grupos de ilegales que provienen de Centroamérica y hoy se sabe, de países africanos, la India y Cuba. Uno de los flagelos con los que tiene que enfrentarse la autoridad es con las bandas dedicadas al tráfico humano. En diversas poblaciones del Istmo el fenómeno es evidente. Hay rutas ya muy conocidas por las corporaciones policiales e incluso por el Instituto Nacional de Migración (INM), por las cuales los migrantes no son detenidos. Además de ello, deben investigar la terrible corrupción que hay en dicho fenómeno. Un recorrido por cantinas, bares y burdeles de las poblaciones istmeñas podría dar muchas sorpresas. Centenas de mujeres de origen centroamericano han terminado como sexoservidoras explotadas por “chulos” y “padrotes”, con ligas policiales o del mismo INM.

Delegaciones e inconformidades

Cada año es la misma historia. El llamado Comité de Autenticidad recorre regiones y comunidades en busca de bailes y danzas tradicionales que reflejen la identidad oaxaqueña, su riqueza cultural y pluralidad étnica. La sociedad en general desconoce los criterios con los que validan o invalidan el folklore de ciertas comunidades que tradicionalmente han asistido a La Guelaguetza. Lo cierto es que, como siempre lo hemos comentado aquí, la tendencia ha sido eliminar el baile e inclinarse por otras tradiciones, como son las mayordomías, las bodas y los bautizos. En muchos sentidos a veces se pierde la esencia de lo tradicional, al utilizar modelos occidentales en el vestuario, el calzado o el mismo ritmo. La estilización y la occidentalización es fácil de percibir. Hay bailes por ejemplo que usan chaparreras, máscaras y monturas de piel, que asemejan más gauchos argentinos que mixtecos de Oaxaca. El asunto es que nadie queda satisfecho con la calificación del Comité citado, que para este año y las cuatro presentaciones de nuestra fiesta máxima, calificó 52 delegaciones participantes. Algunas jamás habían asistido.
La semana pasada por ejemplo, en las redes sociales se dio cuenta de que dos delegaciones que tradicionalmente han participado, Santo Domingo Tehuantepec, Juchitán de Zaragoza y San Melchor Betaza, en donde se bailan sones y jarabes únicos, además de los vistosos trajes que nos identifican a nivel mundial, en este año no participarían en ninguna de las cuatro presentaciones. No es fácil echar del escenario a dichas delegaciones, habida cuenta de que históricamente son parte esencial del espectáculo. Sin duda hay protestas y, de nueva cuenta, se pondrá en tela de juicio el trabajo de los costumbristas y expertos del Comité de Autenticidad, cuyo trabajo, no hay la menor duda, es complejo para dejar a todos satisfechos. Es importante subrayar que pocos conocen a fondo la metodología que utilizan para calificar o descalificar a determinada delegación o baile. Lo cierto es que, como lo hemos dicho en este mismo espacio en otras ocasiones, si bien el atractivo de La Guelaguetza ha crecido con renombre mundial, también es cierto que ha devenido un simple comercio de la tradición, sin contar con estas inconformidades y protestas. La cuestión de la comercialización ha llegado a tales niveles que hasta se está pensando ya hacer un tercer Lunes del Cerro, trastocando por completo nuestra identidad y la esencia del citado evento folklórico.