La Cuarta Transformación va en serio
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La Cuarta Transformación va en serio

 


La cuarta T.

Por si alguien dudaba de la seriedad de las acciones del gobierno de la Cuarta Transformación los acontecimientos de esta semana han demostrado que las cosas van en serio y no hay demagogia. El decreto firmado por Andrés Manuel López Obrador para prohibir que el presidente pueda condonar impuestos a las grandes empresas, así como la publicación oficial de la lista de periodistas que hacían millonarios negocios con las administraciones pasadas; la decisión de establecer un nuevo esquema en las compras masivas que hace el gobierno federal y la firma del Plan para el desarrollo integral Estados Unidos, México, Honduras, El Salvador, Guatemala con inversiones de 10 mil seiscientos millones de dólares nos ha demostrado que las acciones van en serio y en el corto tiempo van a transformar el escenario y la vida política y económicas de México.

Para todos aquellos que desconfían de las acciones políticas y económicas del gobierno de AMLO les recomiendo el libro de Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de Economía, El precio de la desigualdad. Stiglitz nos dice que el modelo político establecido por el neoliberalismo fallo y afecta a la sociedad. Solo el 1 por ciento de la población tiene todo el dinero del mundo y el 99 por ciento carece de lo elemental para vivir dignamente, no hay empleos bien remunerados y se presentan formas brutales de pobreza. Tenemos un sistema político que amplificar la voz de los ricos, su control de los órganos de gobierno ofrece posibilidades para que los ricos hagan leyes y normas en su beneficio y se enriquezcan más a expensas del resto de la sociedad.
Los políticos en Europa y en Estados Unidos -continua el premio nobel- entendieron muy bien lo que está ocurriendo en sus países y ven que sus poblaciones no piden acciones revolucionarias, piden que se le dé una oportunidad de utilizar sus conocimientos, el derecho a un empleo digno por un salario digno, una economía y una sociedad más justa que los traten con dignidad, que los mercados funcionan con limpieza y honestidad.
Vivimos las consecuencias de la desigualdad: los altos índices de criminalidad, niveles bajos de educación y de cohesión social, violencia y narcotráfico, así como pocas esperanzas de vida y desarrollo, el Premio Nobel Stiglitz nos proporciona soluciones y respuestas a estas apremiantes cuestiones y contribuye al debate público de este tiempo. En México. López Obrador ha conseguido empezar a limpiar los interiores de la administración pública de México, los cuadros administrativos tienen como base la honestidad en sus tareas, igual que los organismos gubernamentales, habrá una nueva política con los medios de comunicación. Va en el camino correcto de atender las carencias nacionales, terminar con la corrupción, priorizar las demandas nacionales. Stiglitz fundamenta y la da un marco teórico político a las acciones del Presidente de México.
Habrá que recordar que Joseph E. Stiglitz es maestro y amigo del Gobernador de Oaxaca Alejandro Murat.

EPN Corrompía a la prensa
Decía Luis Linares que la información era un negocio extraordinario, “mejor que vender tacos”. Ese mismo consejo parece que le dio a las decenas de periodistas que hicieron millonarios negocios con los gobiernos anteriores a la Cuarta Transformación y que hoy , oficialmente, conocemos sus nombres como grandes traficantes de la información, la imagen y el chantaje. Como Enrique Kraus al que le aplicaban la fórmula de te pago para que me critiques filosóficamente y vean que hay democracia, José Fernández Menéndez, chileno avecindado en México, que ha hecho pingues negocios; Francisco Cárdenas, Eduardo Ruiz Healy, Federico Arreola, José Cárdenas , Nino Canun, quien después de recibir millonarios apoyos se vino a quejar con AMLO de que lo tenían inhabilitado; Luis Soto, Roberto Rock, Guillermo Ochoa, Raúl Sánchez Carrillo, Jesús Ureña, un listo Callo de Hacha, que no dio su nombre, Adela Micha, Joaquín López Dóriga con más de 250 millones de pesos al año, el “teacher” que siempre decía que no recibía ningún sobre, ni ninguna compensación, ahora afirma que no ha recibido un solo peso del gobierno. Es cierto, él hacía negocios con los secretarios de estado y con la presidencia de la República. Le pagaban con cheques.
Siempre era un poco extraño que ante sueldos bajos o no sueldos que pagaban los periódicos, los periodistas trajeran automóviles último modelo y vivieran en mansiones faraónicas de la Condesa, San Ángel, Santa Fe y las Lomas. Claro que había un rubro no comentado que eran las comisiones que pagaban los periódicos con motivo de la publicidad de las secretarías de estado y se adjudicaban a los periodistas de esas fuentes como una forma de aumentar sus salarios, también había un sobre mensual que las dependencias incluían en su administración como “redacción de documentos”. Los famosos “sobres” tenían variaciones en el monto y Joaquín López Dóriga los despreciaba olímpicamente.
En la lista publicada se coloca a López Dóriga como el periodista que recibió más dinero del gobierno de Enrique Peña Nieto, pues con cuatro empresas, “Ankla Comunicación, Astron Publicidad, Plataforma Digital Joaquín López Dóriga y Premium Digital Group”, en solo un año se hizo de 251 millones 482 mil 145 pesos.
Existían también esas partidas secretas que les daban a los reporteros para acallar algún escándalo o publicar una información. Ahora nos enteramos de que esos montos eran meramente simbólicos de un tráfico de influencias y de información que a constituido un negocio de miles de millones de pesos. En el último año el gobierno de Peña Nieto gastó 2 mil 277 millones 605 mil pesos en nuestras narices. Esta última erogación del Gobierno peñanietista buscaba que le cubriera las espaldas lo cual ha ocurrido. Las empresas más beneficiadas fueron Televisa de Emilio Azcárraga Jean, con 522 millones 993 mil 46 pesos y TV Azteca de Ricardo Salinas Pliego, con 383 millones 261 mil 147 pesos.
Finalmente, queda expuesta sobre la mesa y el espacio políticos mexicano el modelo de corrupción que sostenían los gobiernos y los dueños de los medios de comunicación de masas, así como los comunicadores, quienes además del dinero han perdido la vergüenza y credibilidad de sus lectores, entre ellos este seguro servidor que los leía para saber por dónde masca la iguana. Fin