Seguro popular, a la baja
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Seguro popular, a la baja

 


Entre la crisis que amenaza seriamente el sistema de salud pública en nuestro país, en Oaxaca, hay evidencias de que alguien está interesado en empujar al precipicio y acabar definitivamente con el Seguro Popular.

Eso pasa aquí mientras hacen planes para que el llamado Instituto Nacional de Salud para el Bienestar sustituya al Seguro Popular que, en Oaxaca saquearon bárbaramente Gabino Cue y la familia Gutiérrez Candiani. Lo lamentable es que esta tendencia continúa.

Algunos informantes me comentan que la ordeña del presupuesto de esta institución en proceso de cambio no disminuye. Parece que la intención es acabarlo definitivamente y ahondar más la crisis que tiene en estado terminal el sistema de salud pública en nuestro país.

Trabajadores del Seguro Popular (SP) me dicen que esta es la percepción que tienen del actuar del jefe de esta institución en Oaxaca.

La administración del Seguro Popular está en manos del galeno Juan Carlos Heine Márquez, traído de la CdMx a propuesta del actual Secretario de Salud, Donato Casas. Lo importó, supuestamente, para “resolver” la problemática de este sector de salud pública, pero -dicen- al desconocer el tejemaneje, la institución va de mal en peor.

Los bonos del Seguro Popular van a la baja, pero la soberbia del titular ha crecido tanto que, ya no le toma las llamadas al propio secretario que lo apadrinó para la “chamba”.

Algo muy comentado entre los empleados es que, desde su llegada, ha cambiado casi cada mes de asistente personal. Su exigencia es que, al desconocer el funcionamiento del Seguro Popular, quiere que sus subordinados le den soluciones inmediatas. Lo más sorprendente es que, pese a su desconocimiento, no hace por aprender. Labora como profesor rural: llega los martes y se va los viernes. Es decir, labora solo 4 días a la semana pues todos los viernes viaja a la capital del país, su lugar de residencia, con cargo a la institución, obviamente.

De todo, lo que más le censuran los empleados es el obeso cuerpo de asistentes que trajo de la CdMx. Es el caso de la subdirectora de Control Financiero, Blanca Estela Bastida Gordon quien, a su vez, dio plazas a su nuera Juquil Alondra Salinas Cruz y a su hermana Ana Bertha Bastida Gordon, entre otros. A manera de chunga los burócratas dicen que esta última no sabe ni encender una computadora (literal), pero cobra como jefa del departamento de contratos, como si no hubiera oaxaqueños competentes para tal cargo.

Neófita por los cuatro costados -me dicen- pero doña Ana Bertha, a través de la circular 12 dio a conocer su nombramiento entre todo el personal.

No conocen la estructura ni los procedimientos del Seguro Popular, pero toman decisiones, algunas muy arbitrarias. De común acuerdo, la poderosa señora Bastida Gordon y el Director de Financiamiento y Administración, Guillermo Cabral Ballesteros, deciden quien entra y quien se va del Seguro Popular y que negocios deben hacer en deterioro de las finanzas del SP.

Mencionan el más reciente. Ordenaron la compra de un paquete de computadoras Laptops Acer y Lenovo. La adquisición fue a finales del año pasado, pero las entregaron en enero último. Dijeron a los empleados que cada máquina cuesta 22 mil 147 pesos. Así aparece en las hojas de resguardo cuando es bien sabido que en el mercado se pueden encontrar a un precio de $9,600, al menudeo.

Otro caso punible es el de Martha Fabiola Medina Casas, prima del Secretario de Salud. Este es su único mérito para cobrar como Directora de Afiliación y Operación del SP pues todos saben que desconoce las funciones de su área.

El salto del chapulín

Tal como lo dije en mi entrega del pasado día 22, los grupos de poder que tienen sometido a los nativos de Ayutla, son incoherentes, que violan sus propias declaraciones.

Desde hace dos años, un día si y otro también, reclaman que no tienen agua para sobrevivir. Que sus vecinos de Tamazulapam les quitaron el derecho de tomar el vital líquido del manantial que históricamente los alimenta.

El gobierno del estado, mediante el diálogo, y a sugerencia del defensor de los Derechos Humanos de Oaxaca, logró convencer a los de Tamazulapam compartir el agua de dicho manantial. Curiosamente, cuando estaban reinstalando la toma de agua, Alejandro Martínez, Alejando Moreno y los “caracterizados” de siempre, dijeron: No.

Incongruentes, alegan que el pueblo quiere agua, pero no permiten la reconexión del manantial. Dicen que la asamblea decide, pero los que mandan ya resolvieron que el próximo sábado desconocerán todos los acuerdos con el gobierno. Qué perversos ¿Quién los maneja?

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