La descomposición moral
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Debates y Deslindes

La descomposición moral

 


Es verdaderamente sorprendente la polarización que han tenido los enemigos, no opositores políticos, del gobierno de la Cuarta transformación, sus detractores reaccionan en automático, ya sea por cuestiones emocionales o económicas, como Denisse Dresser que a una velocidad asombrosa, sin comprobar la veracidad de un hecho, empezó a disparar en las redes en contra de AMLO. El hecho es conocido, pero vale la pena recordarlo. El actor Richard Gere, quien se dedica además a la defensa de los derechos humanos, visito al presidente Andrés Manuel López Obrador y algún ocioso lo confundió con el antiguo secretario de Obras Públicas Gerardo Ruiz Esparza. Sin un análisis de la información, sin saber el motivo de la supuesta visita, en una primitiva y violenta reacción Denisse empezó a disparar contra el Presidente. Lo mismo ocurre con Víctor Trujillo, en su papel de Brozo, sus comentarios que ya eran de una bajeza y ruindad inusual llenos de groserías, albures y peladeces. Dio varios pasos más y bajo de las alcantarillas al drenaje profundo. Con una asombrosa capacidad de degradar el mensaje, sus ideas y su persona en aras de la supuesta libertad de expresión arremetió con una crítica soez, baja contra los seguidores y simpatizantes de Andrés Manuel.
Fue tan ruin su actitud que el mismo presidente de México lo lamento en una de sus conferencias y expreso, sin mencionarlo por su nombre, que Víctor Trujillo es una gente que respeta. Pobre Brozo, algo grave le está pasando.

El ataque y las agresiones y mensajes violentos en las columnas políticas y en los periódicos ha sido una pieza de cambio, como también han sido los halagos y buenos comentarios. Cientos y miles de periodistas han cobrado sumas fabulosas por atacar a algún personaje, una corriente política o llenar de elogios a los funcionarios en turno. De manera que no es raro que esta pareja formada por Denisse y Víctor Trujillo se hayan pasado al lado madreador contra Andrés Manuel, sus ra$$$ones tendrán.
Todo parece indicar que hay una serie de estrategia de distintos frentes para obstaculiza el gobierno de López Obrador. Desde las resistencias internas de las mafias de burócratas, sindicatos, proveedores y dirigentes de otros partidos para que no avancen sus planes, hasta los dueños del gran capital. En días pasados se publicaron notas sobre personas que estaban prendiendo fuego a los bosques cercanos a la ciudad de México con el claro interés de aumentar la contingenta ambiental. En las redes publican noticias de personas encargadas de iniciar incendios, exhiben fotografías de ellos tomadas con celulares.
Muy preocupante es la violencia que se da en las redes entre pejesombies y fifís. Como finalmente las redes son anónimas estos seres, algunos fifís colectivos, programados especialmente, sacan toda su violencia verbal, sus faltas de ortografía, su desnudez en sentimientos y pensamientos. Si estas personas se comieran sus expresiones seguramente habrían muerto hace mucho. Me imagino que alguna institución hará un estudio sobre estas expresiones y lo que representan de una sociedad y el uso de la tecnología. A mí, me molesta y lastima leerlas y las evito por el nivel de violencia que manejan.
Otra estrategia es subirle el tono a la nota roja que ya alcanzo la primera plana de los diarios y es la nota principal de los medios electrónicos. No es casual que Ciro Gómez Leiva y los conductores que fueron exhibidos como receptores de sumas millonarias en las anteriores administraciones que han visto disminuidos sus ingresos, destaquen noticias negativas con temas que no tienen el nivel de ocho columnas o primeras planas Es explicable, estos orientadores de la opinión pública de México, perdieron no solo la plata, sino también su autoridad moral y credibilidad. Yo, como a millones de mexicanos, porque soy una muestra estadística, los deje de leer, no les creo y no me importa lo que dicen. Sus escritos y palabras orientadoras comprobamos, aunque lo sospechábamos, no eran objetivas, ni infalibles, eran compradas y pagadas.
Estos mismos comentaristas políticos y columnistas ante el estallido de un ducto de gasolina que estaba siendo “ordeñado” en Tlahuelilpan, Hidalgo, sin duda una gran tragedia, suelen acompañar su información con otras imágenes y comentarios en las que se observa a decenas de personas retozando en zanjas llenas de combustible antes del flamazo. Hay algo cruel y negrísimo en esa despreocupación suicida seguida del fuego y el horror. Lo más grave es que los comentaristas políticos culpan a Andrés Manuel de esta tragedia y no a los gobiernos que le precedieron y que permitieron que se llegara a estos extremos.
¿Qué ha pasado en nuestro país que el saqueo se transforma en carnaval? Que los jóvenes admiran a los capos de la droga, que la gente arma una fiesta para robarse camiones con mercancía o unas reses de un camión accidentado, matándolas incluso a machetazos en el sitio y repartiéndose la carne.
Es evidente que la miseria humana en la que estamos sumergidos los mexicanos no es solo económica, sino moral, permea en todos los niveles de la sociedad. Los ejemplos de bandolerismo de los funcionarios de primer nivel, la corrupción en las compras en el uso de los muebles e inmuebles del sector público, la conducta de algunos grupos de maestros infectó a toda la sociedad. La conducta inmoral de un sector privado que evade impuestos, falsea información, viola en diversas formas la ley y no duda en corromper todo lo que está a su alcance.
La miseria humana se manifiesta en la desesperación de quien roba. La de quien saca provecho del puesto burocrático que ocupa. La miseria, también, de quien se burla de las víctimas y confunde el testimonio de un hecho espantoso con un video de broma. Es certero el diagnostico de AMLO quien afirma que la violencia incontenible, la corrupción salvaje, la precariedad personal y colectiva en la que vivimos representa la crisis moral por la que atravesamos todos los mexicanos, por ello nos hemos vuelto incapaces de distinguir lo ético de lo no ético, el bien del mal y que la gente a fuerza de vivir en este estado de descomposición minimiza los problemas o se vuelve insensible.
Con un conocimiento completo del país AMLO ve los problemas en forma global, desde sus raíces, busca llevar a cabo una estrategia integral, sabe que hace falta una profunda renovación ética económica y política. El problema es que en un país en el que el crimen y el abuso del semejante es ya algo natural y cómodo a sus habitantes, y para otros constituya un modelo de vida tiene un problema en sus valores y conductas en términos antropológicos es difícil de erradicar aun en el mediano plazo. La moral debe ser un tema principal del debate público, no es un asunto privado y familiar es un problema nacional y estructural y en esa forma debemos de atenderlo. La descomposición de Brozo y su pareja es solo un pequeñisimo detalle de la polarización y descomposición en que hemos vivido, pero nos sirve para saber cuán bajo hemos caído.