Muerte en las aulas
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Opinión

De Frente y de Perfil

Muerte en las aulas

 


El cuento de Pedro y el Lobo puede trasladarse al escenario nacional, donde las advertencias han estado a la orden del día, sin que nadie las atienda.

Hace muchos años se repetía el estribillo de que México no corría el riesgo de colombianizarse, hasta que ocurrió y no solamente se colombianizó, sino que cambió el concepto y ahora se repite en otras naciones, no hay que dejar que nos mexicanicemos.

Nunca hacemos caso de las alertas, de los focos amarillos que nos advierten de los riesgos inminentes de situaciones que después ocurren, pero que son desestimadas.

Cuando las noticias provienen del vecino país no nos sorprende mucho, aunque no deja de doler lo que sucede en algunos planteles escolares de Estados Unidos, donde los propios alumnos atentan contra la vida de sus condiscípulos o desde el exterior se ubican francotiradores para hacerlo.

Eso ocurre con alguna frecuencia en un país donde las armas se adquieren en establecimientos de fácil acceso y rápida compra, no resulta tan sorprendente que se produzcan esas masacres.

En México nos habíamos mantenido distante de esos sucesos, aunque alarmados por la velocidad con que suceden. Con excepción de algo ocurrido, no hace mucho, en un colegio de Nuevo León, la muerte no había llegado a los planteles escolares.

Es cierto ocurrieron algunos hechos cercanos a Ciudad Universitaria, hasta que se presentaron dentro de las instalaciones de la llamada máxima casa de estudios de México, lo que fue catalogado como hechos en los que estaban involucrados los narcomenudistas que por ese rumbo abundan.

Sin embargo, las cosas no ocurren hasta que suceden y en los días recientes se presentaron sucesos, no similares a las matanzas de Estados Unidos, pero si altamente preocupante.

Dos mujeres perdieron la vida, asesinadas, dentro de planteles escolares, uno de educación superior y otro de educación media, situados en distintas entidades, pero que muestran el grado de impunidad con que actúan los asesinos.

En Zacatecas, una estudiante de derecho fue asesinada dentro del recinto universitario, por un sujeto que tranquilamente salió del plantel, sin que hasta ahora se tenga resuelto el caso.

Dentro de la Ciudad de México se presentó el hecho todavía más preocupante, ya que sucedió dentro de una aula de un plantel de CCH y la vida una joven estudiante fue segada, sin resultados de la investigación.

Son los primeros hechos de este tipo, pero con pocos días de diferencia que asustan a unos indefensos escolares que se ven amenazados desde hace años por los porros y grupos delincuenciales que asolan las preparatorias y Colegios de Bachilleres de la CdMx.

Se trata de vándalos que amenazan y hasta llegan a secuestrar a los escolapios, con tal de quitarles unos pesos y sus artefactos electrónicos.

Las autoridades se muestran incapacitadas para responder a los llamados de quienes son ultrajados, mientras que esos jóvenes pandilleros (incluso muchos de ellos fósiles y porros de los mismos planteles) se sienten poderosos.

Se espera que las autoridades asuman su tarea y den pronto con los responsables de esos crímenes, pero que también se establezcan medidas que eviten se propaguen estos sucesos.
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