Días sin guardar
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Opinión

Días sin guardar

 


Pues eso. Ya se terminaron los días “de abstinencia y de ayuno” según manda la regla católica que, claro está, ya muy pocos obedecen en el mundo. México en el mundo igual. Así que como si fuera una salida de maratón, los mexicanos que trabajan bajo reglas establecidas obrero-patronales, salen a toda velocidad para tomar un descanso aunque sea unos días. ‘Que los días de guardar pueden esperar’. Y sí.

En nuestro país, que es católico por antonomasia en el mundo, todavía hace unas cuantas décadas estos días eran para estarse quietecitos y sin chistar. Eran los días de “abstinencia y ayuno”, en los que se reflexionaba sobre la vida, el dolor y la muerte del gran profeta que hablaba arameo y que hace 1987 años murió en la cruz.

Digamos que independiente del aspecto religioso, el cristianismo es, por todo, un sistema filosófico humanista de proporciones históricas y siempre actuales: ‘amarse los unos a los otros’ era entonces y hoy una regla de convivencia sana y armónica. Sin cargas de conciencia y con más ganancias qué pérdidas en la vida.

Y esto que parece que se pierde en los hechos, permanece en la conciencia colectiva aun cuando estos días de reflexión pueden esperar a que se tenga algo de solaz, de descanso, de alegría, de salir de la rutina para cargar pilas y para regresar con la sonrisa de oreja a oreja. También se es bueno si se es feliz.

Como ya es costumbre cada año, de todas partes del país, como si el espacio cotidiano fuera un vestido que hay que remojar y cambiar, muchos recorren el país en busca de lo distinto, lo ideal, lo mejor y el aire fresco y el agua vital. Así que esto de salir y estar en otro lado genera gastos y, por lo mismo…

… Los empresarios de lo turístico se frotan las manos por la cauda de turistas que llegan a los grandes centros de cultura, de historia, de buena alimentación, de estar bien y seguir bien, ya sean ciudades históricas, selvas, bosques, ríos o mar: por todos lados se cuelan los turistas nacionales y extranjeros que se encuentran de pronto con la novedad de lo distinto o lo querido.
Pero eso del turismo es un negocio que deja mucho dinero. Y deja muchas fuentes de trabajo para muchos. Estos días, por tanto, son la oportunidad de guardar para los meses de vacas flacas.

Ya pronto veremos cómo resulta este año en materia de turismo. En lo que respecta a 2018, según el Banco de México, en los primeros cinco meses de ese año llegaron a México 17.3 millones de turistas internacionales lo que generó 9.7 mil millones de dólares por divisas turísticas.

Además –dice el informe — creció el número de empleos directos vinculados al turismo en el primer trimestre del 2018 a 4.11 millones y que el promedio diario de cuartos ocupados en los principales destinos de México de enero a mayo de ese año fue de 246 mil.

Así que según Enrique de la Madrid, secretario de Turismo de entonces, México logró posicionarse como el sexto país más visitado en el mundo, con la llegada 39.3 millones de turistas internacionales. También se alojaron 235 millones de turistas nacionales en hoteles de México.

Aquel, en general fue un mal gobierno. Lo de Peña Nieto será inolvidable por eso. Pero este año probablemente no sea tan opípara la ganancia y la ocupación y el trabajo y el gusto y regusto del turismo nacional que, según nos dijeron, ocurrió entonces.

Hay muchos factores que miden las empresas internacionales del mercado turístico, y en el caso de México gobiernos extranjeros han enviado distintas alertas a ciudadanos de sus países advirtiendo de los riesgos de venir a México por el tema de la inseguridad. De hecho este es un tema que preocupa en particular al gobierno de Estados Unidos por la gran cantidad de estadounidenses que viven en México o que vienen como turistas.

La otra parte tiene que ver con el turismo nacional. En fechas recientes han ocurrido una gran cantidad de bajas laborales con motivo de las medidas de austeridad que ha decretado el gobierno federal actual. No sólo en la burocracia federal: también como un mandamiento generalizado, han ocurrido en los gobiernos estatales, quizá no de la magnitud del primero, pero sí se reciente ya.

Aunado a esto la crisis en la secretaría de Turismo en donde ha habido encuentros y desencuentros entre sus funcionarios, lo que deriva en la baja presencia mexicana en eventos internacionales de impulso al turismo mexicano, como ocurrió a principios de marzo durante la 53ª edición de la Feria Turística ITB de Berlín, en la que se dan cita 10 mil empresas vinculadas al sector y representantes de 180 países: México hizo un papel francamente mediocre ahí.

O como cuando se hizo un spot promocional del turismo mexicano proyectado en Chetumal en febrero pasado que era en sí una apología del actual presidente y sus propuestas de gobierno. Lo que hizo que el mismo Ejecutivo pidiera que se retirara porque “no es democrático”.

Así que de pronto estos días de guardar, que se guardan para otro momento, representan trabajo, ingresos y desarrollo para muchos estados.

Si el impacto de los problemas recientes en la SecTur no hace mella en ello, ojalá los resultados sean en beneficio de muchas familias mexicanas. Si. Ojalá. Pero mientras son peras o son manzanas de Adán, ya ocurrió la Pascua florida y el fin de los días de guardar.

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