#Oaxaca: ¿Cómo vamos?
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De Paradojas y Utopías

#Oaxaca: ¿Cómo vamos?

 


1.- AMH, buenos propósitos, pero…

Desde el inicio de su administración, Alejandro Murat perfiló a Oaxaca como destino de importantes inversiones. Y las ha promovido sin descanso, aunque tal vez con poco éxito. Hay una que se ha convertido en verdadero disco rayado: el Parque Eólico de Mitsubishi, que apenas está en construcción y, por tanto, ni opera. Pero no se habla de otra cosa más que de éste, desde hace dos años al menos. Otros proyectos en este rubro, o están en suspenso o cancelados. Ahí está el “Gunaa Sicarú” de Electricité de France (EDF), en Unión Hidalgo, que puede correr la misma suerte que “Mareña Renovables” en San Dionisio del Mar. Asambleas comunitarias, amparos, soterrada oposición de dirigentes y recomendaciones de derechos humanos, han sido obstáculos oficiosos para las inversiones. Además de la inseguridad, acoso de organizaciones sociales y de grupos criminales. Se han mencionado inversiones en infraestructura hotelera. Salvo el hotel “Fiesta Americana” que se construye en la capital, nada se sabe de grandes inversiones ni aquí ni en Huatulco o Puerto Escondido.

2.- Ingobernabilidad: trampa cotidiana

Eje de la tragedia que a diario vivimos en Oaxaca, es la ingobernabilidad. El Síndrome del 2006 nos sigue fustigando; el affaire Nochixtlán de 2016, nos ha socavado. El Estado cayó en el juego de grupos facciosos. La autoridad está atada de manos para aplicar la ley. El miedo es ya un mal congénito. Hay una fobia a llevar encima el estigma de represor. Se solapa a los menos, a los violentos y sediciosos, no para garantizar la gobernanza sino a costo de vulnerar los derechos de la mayoría. Sindicatos del transporte, organizaciones sociales, comuneros, maestros, normalistas y otros, pueden hacer lo que les venga en gana. Tomar casetas de cobro, cruceros, carreteras, oficinas. Ahorcar a la capital. Golpear a empleados, secuestrar funcionarios, retener policías. En pocas palabras, mantener contra la pared a la ciudadanía y colapsada la economía, sin que el Estado cumpla con su papel de salvaguardar la vida y la integridad humanas. Un ejemplo: el bloqueo en “Boca del Monte”, en la Transístmica.

3.- ¿Estado seguro o teatro criminal cotidiano?

Desde Maquiavelo hasta nuestros días, la gobernabilidad no se puede mantener sin la confianza ciudadana. Hay que ver a AMLO y cercanos, corrigiendo cifras sobre la violencia. El Príncipe, decían sus lecciones, debe saber escuchar a los gobernados. En la concience-colectif –legado de Émile Durkheim- de los oaxaqueños, estamos viviendo escenas nunca vistas en homicidios dolosos y ejecuciones. Los feminicidios son una afrenta. Pero no. En la perspectiva del gobierno y de los funcionarios responsables, o somos fatalistas o pecamos de paranoia. Oaxaca –se insiste una y otra vez- es un estado seguro. La entidad vive escenarios jamás vistos, ni siquiera en el estigmatizado gobierno anterior. Toda comparación es ociosa. Hasta seis ejecuciones en menos de 24 horas. Dos ejecutados a unos pasos de un acto oficial blindado, presidido por Murat Hinojosa. Ataque armado a un centro de rehabilitación. ¿Serán algo normal? Desconozco los criterios de las mediciones del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), pero aún el sitio 17 de seguridad, no es para echar las campanas al vuelo ni para regodearse en el confort.

4.- La soterrada protesta social

Más de 750 protestas, la mayoría bloqueos, en lo que va del año. ¿Por qué la protesta social -aunque siempre ha existido- se ha exacerbado en los últimos años? Se advierten cuatro móviles, no contrapuestos entre sí: 1) Que la farsa de lucha social se ha convertido en la industria más rentable de los últimos tiempos; 2) Que para conseguir lana con el menor esfuerzo, los dirigentes aprovechan el miedo cerval en el gobierno para aplicar la ley, y ahí se ceban como perros de presa para atacar; 3) Que les prometan y no les cumplan y, 4) Que los bloqueos y desgarriates estén orquestados desde dentro a espaldas del gobernador Alejandro Murat y del titular de la SEGEGO, Héctor Anuar Mafud. Ninguna es excluyente. Hay cerca de 400 organizaciones sociales que perviven del erario. Y el directorio crece cada día más. ¿Conclusión? Fuera una o las cuatro, de todos modos estamos jodidos.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— El debate entre AMLO y Jorge Ramos Ávalos, en la “mañanera” del viernes, puso sobre la mesa el manejo de las cifras. Las maquilladas y las reales. El gobernante debe abrir los ojos. Desconfiar también de las cifras alegres. Constatarlas y contrastarlas.
— No obstante las limitaciones presupuestales, el gobierno estatal a través de Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO), culminó con los trabajos de reconstrucción de la carretera Rosario Ibarra-Cerro de Oro, vía que conduce a la presa Miguel de la Madrid, en la Cuenca del Papaloapam, la cual tuvo una inversión de 5.7 millones de pesos. La dependencia trabaja a marchas forzadas para cumplir con el compromiso gubernamental de consolidar las vías de comunicación terrestres.

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