¿Por qué se fustiga tanto al oficio periodístico?
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¿Por qué se fustiga tanto al oficio periodístico?

 


Es una realidad, que el oficio periodístico, al igual que otras actividades o profesiones, ha caído en el descrédito ante la degeneración social, política y económica en la que nuestro país está inmerso, ubicándonos ante la opinión pública mundial entre los países más corruptos del orbe.
Y ahora que nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, se ha envuelto en ese traje de ave de blanco plumaje que cruza el pantano sin mancharse, se siente en el ambiente nacional una sensación de razzia generalizada tendiente a limpiar los sucios establos del país.
Y de esa fama, le ha tocado turno de limpieza al ejercicio periodístico que, como gran parte de las actividades humanas, no es ajeno a la polución imperante en la nación.
Actualmente se ha catalogado al periodismo de élite como “fifí”, como si todos fuéramos clones de un López Dóriga, un Ciro Gómez o un Pepe Cárdenas, pero el índice de fuego señala a todos por igual estigmatizando al oficio periodístico, con menosprecio y midiéndonos bajo el mismo rasero e incluso implementando políticas inaccesibles de control para la asignación de convenios publicitarios en donde el estado fija a su “criterio” el acceso al presupuesto respectivo. De tal forma que actualmente el oficio periodístico está en crisis y a punto de convertirse en una red social, sin más peso que la tendencia del patrocinador o patrocinadores.
Así han nacido los famosos “bots” o robots que manipulan y controlan los “comunicadores sociales”.
Y aunque no lo reconozca el presidente López Obrador, desde el pináculo de su poder, se tergiversa la trascendencia e importancia de la labor de informar a contentillo de los intereses del nuevo gobierno, ubicando al ejercicio periodístico en la degradación total y en la mira de una sociedad cada vez más convulsa y violenta, y lo que es peor, bajo el impune accionar de la delincuencia organizada que se está aprovechando del río revuelto en el que nadamos actualmente, afectando la integridad física de quienes ejercen la actividad periodística. Del año 2000 a la fecha ya van 149 periodistas asesinados en nuestro país.
Los asesinatos de periodistas se han vuelto recurrentes ante tanta manipulación, anarquía e inseguridad, pero también ante el hostigamiento y escarnio oficial y social que se padece en el gremio periodístico.
Y no estoy afirmando que los periodistas son “damas de la caridad”, porque también pesa el estigma de corrupción en el gremio. Sin embargo, la conducta de gran parte de quienes desempeñan la actividad periodística ha sido inducida por ese perverso modo de ejercer el poder en nuestro país y que hoy aflora por todos lados. Esto no lo digo a manera de justificación, sino como una forma de explicar la trascendencia de la mixtificación que se le ha dado al oficio periodístico y el daño social que nos estamos haciendo al denigrarlo.
La información es poder, sin duda, y así lo han entendido ilustres personajes de la vida nacional, como Don Benito Juárez, por ejemplo; quien en su lucidez política dijo: “Yo no reconozco otra fuente de poder más que la opinión pública”, dándole sentido a la importancia de informar y crear opinión, como facetas torales para el establecimiento de un buen gobierno.
Más explícito, no se puede ser, entonces, ¿Por qué se hace lo contrario?
Debemos entender que el ejercicio del periodismo es un sector estratégico que necesita ser valorizado, reivindicado y protegido, no para ensalzar al poder o al poderoso en turno, sino para coadyuvar en el establecimiento de un gobierno justo y responsable, con la credibilidad suficiente, sin atavismos ni compromisos subrepticios que denigren una de las labores más importantes de todo buen gobierno: informar con solvencia y prontitud.
Estigmatizar al ejercicio periodístico, como lo hace el actual gobierno de AMLO, sólo es jugar al gatopardo para que las cosas sigan igual, y eso le resta certeza a la búsqueda de esa cuarta transformación que al parecer sigue los pasos de los anteriores esquemas políticos y de gobierno.
Es menester, por tanto, que se infiera con responsabilidad de que se trata de fortalecer a la opinión pública, no de manipularla. Recuerden, una sociedad bien informada es una sociedad bien gobernada…

EXTRACTOS POLÍTICOS:
.- ES TANTA LA “FAMA” POLÍTICA que se ha creado en torno a José Murat, que ya lo ubican como manipulador de una facción del partido Morena, a través de su compadre Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena en el Senado… Y esto, por los dimes y diretes entre Yeidckol Polevnsky y el zacatecano… Partiendo de la premisa de que en política hay que pensar mal para acertar, no duden que Murat esté serpenteando en las filas del Peje…
.- Y AMLO ESTARÁ EN GUELATAO el 21 a rendir homenaje a don Benito Juárez y ahí estarán los maestros de la sección 22, dispuestos a que AMLO les dé señales de vida para su sindicato… Pero lo trascendente del evento es ver si hay o no “rechifla”…
.- EL NEGOCIO POR ENCIMA DE LA FE, así es el colofón del conflicto entre Juquila y Yaitepec… Por eso al arzobispo de Oaxaca, Pedro Vásquez Villalobos, le volvió el color y el ánimo porque “los peregrinos ya pueden visitar a la virgen…”
.- Y AMLO DECLARÓ LA ABOLICIÓN del modelo neoliberal para implantar el suyo: “El Estado soy yo y nadie más que yo”…

.- Vox clamantis.
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