Reforma Educativa: La misma cantaleta
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Editorial

Reforma Educativa: La misma cantaleta

 


No obstante la reiterada bandera de la abrogación de la Reforma Educativa que ha enarbolado el llamado Cártel 22, desde el año 2013 a la fecha y de la promesa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desde su campaña, de abrogarla, incluyendo evaluaciones y otras prebendas, todo advierte que nada satisface a nuestros maestros (as). Y es que para afianzar su propuesta de ley educativa y su famoso Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO), que pretenden abanderar como modelo educativo, las cosas no le han funcionado como esperaban. Insiste el magisterio disidente en imponer la voluntad de su matriz, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y presionar en el nuevo plan educativo que se propone el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Para afianzar dicha presión –como lo manifestaron en un boletín que circuló en redes sociales el pasado martes- han llevado a cabo una serie de reuniones para politizar a sus bases en relación a la nueva propuesta que se aprobaría en el Congreso de la Unión. Serán 37 foros regionales los que llevarán a cabo en el estado y en sus diversas regiones, con el fin de analizar propuestas.

El tema de la Reforma Educativa pues, se ha convertido en una cantaleta interminable que ya no cuaja en el ánimo de la sociedad civil. Los maestros oaxaqueños han querido para todo un traje a la medida. Muchos privilegios y ninguna responsabilidad; más prebendas y confort, pero nada de apostarle a la mejora de la calidad de la educación. Durante el mes de febrero ya vimos la respuesta hacia la sociedad de parte de los miembros de la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO), con sus bloqueos a calles, avenidas y cruceros, pues ya es típico que vuelquen su chantaje y presión hacia el pueblo inerme, logrando a través de dichos mecanismos, prebendas y dádivas, como es la eliminación del examen de evaluación y la participación de los mismos normalistas en los procesos de selección. Lejos de aplicar la ley, el Estado ha dejado de usar los instrumentos que tiene a su alcance y se ha allanado a los caprichos de ese sector. Los normalistas –siempre lo hemos dicho- han aprendido muy bien la lección de sus guías morales, los maestros: todo hay que lograrlo a través del chantaje y la presión. Y vaya que han logrado muchos privilegios y prebendas.

Homicidios al alza

La semana que hoy termina no fue la excepción en el número de homicidios dolosos que ha registrado la entidad, que suman alrededor de 138 en lo que va del año. ¿Es esta cifra un aliciente gubernamental para echar las campanas al vuelo y seguir regodeándonos con ser el número 17 en seguridad a nivel nacional? Por supuesto que no. Es cierto, no hemos llegado a los niveles de Tamaulipas, Guerrero o Guanajuato, pero eso tampoco implica que nos confiemos y las cosas sigan creciendo. El pasado lunes, como ya lo comentamos, dos personas fueron ejecutadas –ése es el término y no otro- en la Colonia Diamante de Santa Cruz Xoxocotlán. Uno de ellos había fungido como asesor de Santiago Yaitepec, la comunidad chatina que está librando un conflicto agrario con Santa Catarina Juquila. Aunque el gobernador Alejandro Murat advirtió que nada tiene que ver este crimen con el asunto agrario, lo cierto es que dice al consejo popular que nada en política es fortuito o casual. Tampoco se debe pecar de ingenuidad. El problema agrario está en su etapa más severa, por tanto, la Fiscalía General del Estado es quien debe realizar las investigaciones a que haya lugar, para delimitar un caso de otro.

En el Istmo de Tehuantepec han continuado las ejecuciones y homicidios dolosos. Solamente el domingo se reportó el asesinato de un sujeto conocido como “El Cabal”, en la fatídica Séptima Sección, mientras que el lunes el propietario de un hotel del Centro Histórico de la capital, fue encontrado colgando en una habitación, con elementos para considerar que había sido asesinado. Por la mañana del martes, fuentes policiales del Istmo reportaron la ejecución de un homosexual conocido como “La Pollita”, en un negocio de venta de bebidas en Santa Cruz Tagolaba, Tehuantepec. La carrera criminal pues no se ha detenido, sobre todo las ejecuciones. Hay temporadas en que la región más violenta del estado, que es Tuxtepec, entra en un período de calma chicha, no así Juchitán que se sigue perfilando como una de las ciudades más inseguras y violentas del país. Ahora que la Policía Estatal Preventiva estuvo atareada buscando liberar a sus jefes retenidos en Santa Catarina Juquila, la ciudadanía de esas ciudades y de todo el estado, quedaron en una especie de indefensión. Lo que preocupa a la sociedad en general es que tal parece que en la estructura de poder estatal, la cifra creciente de homicidios viene valiendo sombrilla. Una y otra vez se vuelve a los lugares comunes: Oaxaca es una entidad segura.