Emilio y Manlio, de la mano
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Opinión

De Frente y de Perfil

Emilio y Manlio, de la mano

 


Entre los altos mandos del PRI no parecen entender la situación en que se encuentra su partido y que jamás en los 90 años de existencia habían enfrentado una situación como la actual.

Ellos orondos, frescos, como siempre, buscan el control de un partid que requiere oxígeno, rostros frescos, juventud, ideas novedosas y sobretodo actualizarse, adaptarse a los nuevos tiempos.

Dos personajes que han sido beneficiarios de la maquinaria priista durante décadas asoman la cabeza, pero no para erigirse como los salvadores del partido, sino para actuar detrás de bambalinas y manipular el acto de transparencia que algunos proponen para seleccionar al nuevo dirigente nacional.

Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa o Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, el orden de ellos no altera el producto, son dos priistas manipuladores, beneficiarios del sistema que se venden por encima de su valor político real.

Ambos abrevaron del priismo arrollador y se cobijaron en el nuevo sistema democrático, plural y aprendieron a vivir dentro del Poder Legislativo, arropados por las bondades de las plurinominales.

Manlio fue un joven político prometedor, que antes de llegar a la cuarta década ya gobernaba Sonora, mediante una carrera meteórica que lo llevo ser diputado federal, senador y subsecretario, de la mano de personajes de clarosocuros como lo fueron José Antonio Zorrilla y Fernando Gutiérrez Barrios, de quienes abrevó la política y la información.

Fue relegado por seis años de los círculos de poder, pero de la mano de Roberto Madrazo se convirtió nuevamente en legislador y dirigente del sector popular, pasando de una cámara a la otra, siempre como representante plurinominal.

Su arribo a la presidencia del PRI fue caótico, dejando en claro que su sapiencia no era tal, ya que la elección de 2015 mostró su verdadero nivel de estratega, renunciando a la dirigencia partidista, cuyo período ha sido cubierto por Enrique Ochoa, René Juárez y Claudia Ruiz.

Emilio Gamboa siempre prefirió la administración pública, hasta que advirtió que el PRI perdería la presidencial optó por el Senado, de donde saltó a la Cámara de Diputados y nuevamente al Senado, todo por la vía plurinominal.

Ninguno de los dos ha pasado por el veredicto ciudadano en forma directa en todo lo que va del siglo XXI, aunque detentaron cada uno de ellos tres posiciones legislativas.

Emilio y Manlio se replegaron en la catástrofe y el primero quiere incidir en la selección de candidatos a cargos de elección popular y el segundo en la dirigencia del PRI.

Van de la mano nuevamente como la mancuerna que formaron antaño y que se rompió cuando en el año dos mil uno pugnaba por Francisco Labastida (Gamboa) y el otro por Roberto Madrazo (Beltrones).

A los dos se les ve en la intriga política y su mano asoma por todos lados, ya que en juego se encuentra el futuro de sus vástagos, ambos perdedores en la pasada contienda electoral. Sylvana alcanzó la senaduría de primera minoría y Pablo Gamboa ni siquiera se acercó a la posibilidad de ser senador plurinominal.

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