Noventa días
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Opinión

Columna sin nombre

Noventa días

 


Prendo veladoras para que su equipo geriátrico aguante el ritmo.
-El Mapache Guasón.

Precisamente el veintiocho de febrero a las veinticuatro horas, cumplió el gobierno de López Obrador noventa días en el poder.
En efecto, treinta y un días de diciembre, los mismos de enero y veintiocho de febrero, entonces la aritmética simple nos dice que son noventa días exactos.
Así las cosas, este vertiginoso sexenio al mando del incansable Andrés Manuel López Obrador, tiene altibajos, errores y aciertos.
Es notable, aplaudible y preocupante su extraordinaria vitalidad; levantarse a las cinco de la mañana para sostener una “diaria” conferencia de prensa a las seis de la mañana en Palacio Nacional, para después partir ya por carretera, ya en vuelo comercial hacia algún lugar de la República es deslumbrante, aunque no se pueda decir que productivo, y adicionalmente preocupante por su salud.
El estadista debe detenerse a meditar, para tomar decisiones acertadas.
Así las cosas veamos.
1.- Prometió cien universidades este año. Seguimos esperando.
2.- Ofreció el uno de diciembre en el Zócalo de la capital del país, respetar las estancias infantiles y sostener su presupuesto.

Todo lo contrario; redujo al cincuenta por ciento el subsidio gubernamental y entregará la cantidad respectiva directamente a los padres de familia. En principio si el subsidio se encuentra en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el presente año, el señor presidente no tiene el derecho de rebajarlo, debe cumplir con el mandato que le señala el presupuestó, y solo la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión puede señalar la disminución.
3.- Cancelar la construcción del Aeropuerto de Texcoco.
Grave error.
4.- Guerra al huachicol. Acierto grande. Hay que sostener la acción.
5.- Guardia Nacional. Acierto mayor y esperanza para la seguridad nacional. Me hubiera gustado que la autorización para que el Ejército se dedique a esas tareas, fuera transexenal y no solo por cinco años.
6.- Termoeléctrica en el Estado de Morelos. Acierto. Terminada la obra, no echarla a andar, significaría que con el tiempo se convirtiera el chatarra. Claro, hay que escuchar con calma y tiempo a los habitantes para solucionar sus dudas y resolver problemas.
6.- Venta de vehículos. Me pregunto, ¿se quedará sin medios de transporte propios, ni siquiera los necesarios?
7.- Venta de todos los aviones, helicópteros y avión presidencial. Bueno, los especialistas critican la decisión y está por verse si alguien compra el avión de marras.
8.- La violencia aumenta. Los asesinatos de febrero son los más altos en muchos años. Urge un plan de seguridad concreto y amplio, consensado con los estados.
Hay muchos temas pendientes y hay que esperar que alcance la máxima eficiencia.
Fue una omisión de lo más grave, tolerar bloqueos a las vías del ferrocarril en Michoacán, al grado que las pérdidas reportadas en la prensa, parece que ya influyen en el crecimiento estimado del país para 2019.
En lo general y en el poco tiempo que lleva en el poder el señor presidente, se puede calificar de buena su actuación, dejando de lado los ataques a ex presidentes.
Es notable que en ocasiones ha cambiado de actitud y reconsidera algunas decisiones. Bien.
La política para enfrentar a las caravanas de inmigrantes centroamericanos es un acierto. Legalizarlos para evitar su criminalización y tratar de que el fenómeno se salga de control, sobre todo para saber quiénes y cuántos son.
Insisto, sólo lleva el popular Peje noventa días sentado en la embrujada silla presidencial del altiplano.
Nuestros mejores deseos porque se afirme por el camino correcto, evite ocurrencias populistas y que logre alianzas con la iniciativa privada.
Yo también soy pueblo.
Por allí nos encontraremos.