País de huachicoleros
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País de huachicoleros

 


Siento verdadera repulsión, indignación e ira por ver en qué situación dejaron a la empresa petrolera de México PEMEX. Entre funcionarios, técnicos, gasolineras, gobiernos y diversas empresas se monto una industria paralela a la paraestatal de robo y saqueo del combustible. La realidad parece una película de terror por las violaciones que se hicieron durante años, los montos cotidianos del saqueo brutal, la cantidad de gente que estaba involucrada y la complicidad de los funcionarios y empleados que deberían de cuidar y vigilar el patrimonio de la empresa y del país y se convirtieron en ladrones. Delincuentes por comisión y en pocos casos por omisión.
Resulta que la sentencia del presidente de México, don José López Portillo de que podíamos convertirnos en un país de cínicos es una realidad, somos un país de cínicos y de ladrones. Así nos vemos y nos ven otros países ahora que el presidente Andrés Manuel ha abierto las entrañas de PEMEX y encontramos una empresa putrefacta en materia de distribución y robo de combustible. Ahora
nos enteramos que empleados y técnicos quienes tienen que ver con la producción y distribución del petróleo mexicano han pensado y actúan como si tuvieran permiso para robar.

El robo y el aprovechamiento ilícito de los bienes públicos y ajenos es una conducta nacional. Una cultura. La consigna de “aprovechar la oportunidad ahora que te pusieron donde hay”, no es una frase suelta, es una forma de vida. Es una consigna.
Todos sueñan con estar en la posibilidad de obtener dinero ilícito, los empleados públicos de diversos niveles, los policías de distintas corporaciones, los guardias aduanales, los funcionarios de los juzgados, los jefes de compras. Parece que tener determinada capacidad de decisión o calificación les otorgaran una patente de corzo.
Las formas de quedarse con el dinero público tiene cada vez mas mecanismos sofisticados. El sexenio pasado se realizaban los viernes reuniones de evaluación de diversos temas: energéticos, educación, desarrollo rural, etcétera. En Los Pinos, la encargada el realizar estas reuniones, poner las mesas, servir bebidas y algunos bocadillos poner pantallas, equipo electrónico y diseñar el espectáculo era la hermana de la esposa oficial de Enrique Peña Nieto. Quien seguramente no llegaba a Gaviota, era una Codorniz, que tenia autorizado cobrar facturas de 30 o 40 millones de pesos por cada acto. Como esta, hay miles de historias que podíamos contar, una serie de anécdotas de todo tipo sobre las formas que se tenían para huachicolear los dineros públicos.
Un país no es solamente rico por sus mares, tierras e hidrocarburos, sino que es rico por la educación y honestidad de sus gentes, por los principios que se le han inculcado a esas personas que pudiendo robar, no roban, que ante la oportunidad de apropiarse de un bien común, no lo hacen, que respetan los bienes ajenos sean públicos o privados. Esa es la riqueza de un país. La honestidad es un valor que observan no solo las empresas calificadoras que, ahora que estamos descubriendo el saqueo y robo de nuestras industrias, nos bajan la calificación. Esos son los valores que está tratando de inculcar y rescatar el presidente de México. Andrés Manuel López Obrador, no permitamos que siga el huachicoleo la falta de honestidad pública y privada como una constante de la vida nacional.

Maestros huachicoleros

Yo huachicoleo, tu huachicoleas, el huachicolea. Sin duda alguna que los maestros no se quedan atrás en materia de huachicolear palabra que ahora se aplica como sinónimo de despojo a los bienes nacionales, llámense petróleo, dinero, bienes inmuebles. Es un término que se aplica a los ladrones, a los rateros que utilizan sus posiciones para llamarlos por otro nombre.
Los maestros tienen la excusa de sus luchas sociales. Amparados en la llamada Coordinadora y en la toma del poder que hizo el sindicato de Oaxaca de la Educación hace más de cuarenta años se dedican a robar las horas de estudio y trabajo a los alumnos, asaltar vías de comunicación, a bloquear calles, a intervenir casetas y quedarse con el dinero.
Ahora han inventado bloquear las vías del tren que llevan suministros y parar los sistemas de producción de fábricas y conglomerados industriales para exigir el cumplimiento de sus derechos y de algo más. Los efectos sociales y económicos son desastrosos y solo contribuyen a meterle ruido al proceso de iniciación de la Cuarta Transformación, además de los males económicos que provocan y que son brutales. Cuando llego el actual presidente de la república a la jefatura del departamento del Distrito Federal se acabaron las manifestaciones en la ciudad de México porque se atendían las demandas inmediatamente y no se dejaba crecer los problemas. Seguramente que esa será la tónica de este gobierno porque los problemas reales no son solo los maestros, el país está destruido, fracturado y saqueado, las líneas de mando y de participación apenas se van a definir. Al elefante aunque ya lo conocían por fuera, apenas lo acaban de diagnosticar como esta y resulto mas enfermo de lo que se esperaba, el saqueo fue inmisericorde, esta grave.