El Mercado de Abasto y el huevo de la serpiente
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El Mercado de Abasto y el huevo de la serpiente

 


Digan lo que digan, los gobiernos en turno, lo cierto es que, Oaxaca día a día, está perdiendo su encanto, es decir, el Patrimonio Cultural que le dio fama nacional e internacional, el cual, va siendo devorado por la codicia, la inconciencia y la irresponsabilidad, tanto de las autoridades como por la iniciativa privada. Todos, por el afán de lucrar, “legal o ilegalmente”, están matando a “la gallina de los huevos de oro”.

En efecto, el patrimonio cultural ha representado una fuente de riqueza, y lo han devastado sin piedad. En los estratos de gobierno, por ignorancia, irresponsabilidad y corrupción. Ignorancia, porque el común de los “funcionarios” no tienen el acervo de información, la cultura y la sensibilidad para entender su gran responsabilidad histórica de preservar y acrecentar el Patrimonio Cultural. Ellos están en “la grilla”, en el “haber que sacan” y en “el trampolín” para brincar más arriba a otra posición. Irresponsabilidad, porque existen leyes, normas y reglamentos que los pasan por alto para hacer sus “triquiñuelas”. No se apegan a la ley y solo simulan que hacen y no hacen nada. Y la corrupción, porque para ellos, la ley, el puesto y la institución, es solo para hacer dinero. Porque así lo han hecho casi todos y nada les ha pasado, y ellos piensan, “de que se enriquezca con la corrupción otro, mejor yo”.

Así pues, pasan y pasan gobiernos estatales y municipales y no pasa nada. nada, la impunidad campea en Oaxaca, todo mundo lo sabe y todo mundo “se hace pato”. Los empresarios turisteros también dejan sentir su voracidad y tal vez, sean los que mayor responsabilidad tienen en este problema. Por dos razones: La primera es que, mientras los políticos son “males pasajeros”, aves rapaces, que, en tres o seis años, se llevan todo lo que está mal puesto y hacen todos los destrozos que pueden. Los empresarios turisteros, tienen generaciones de estar en “el negocio” y no se han hecho responsables del deterioro del Patrimonio Cultural.

La otra razón es que, en algunos casos, hasta se asocian con los políticos y mutuamente se enriquecen y se cubren. En otras ocasiones, los empresarios se convierten en funcionarios, y el daño es más cuantioso. Porque para ellos, en el poder, no hay límite. Un ejemplo es el lamentable caso del centro de convenciones que un “funcionario” quería poner al lado de su hotel, y que, gracias a la intervención de la sociedad civil organizada medio se detuvo la agresión al milenario Cerro Sagrado del Huaxyacac.

O el “otro centro de convenciones”, que se construyó en el estacionamiento del Teatro Álvaro Carrillo. El resultado es que, el teatro se quedó sin estacionamiento, y el bodrio construido jamás cumplió su pretendido cometido. Otra tropelía más, la destrucción del concepto original del Auditorio Guelaguetza, que dejó de ser un auditorio al aire libre con una incomparable vista de la ciudad, al que le pusieron “un calzón” para tratar de hacerlo un teatro para los eventos de la farándula de “telerisa” y sus secuaces. Todos estos destrozos, porque la iniciativa privada no quiere construir un teatro con sus dineros para hacer sus negocios.

Toda esta larga introducción, amable lector, para hablar sobre el Mercado de Abastos. Nuevamente la voracidad y la corrupción están acabando una joya del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Oaxaca. El mercado hoy, ya es un lugar inseguro y peligroso, porque han ido dejando crecer irresponsablemente a la delincuencia. Y no crea usted que por las tardes y a escondidas operan los ladronzuelos, que andan arrebatando bolsos, teléfonos celulares o de plano asaltando descaradamente en los pasillos del mercado. Lo están haciendo a todas horas. Sus víctimas especiales, las mujeres y los turistas, que ingenuamente llegan a conocer la cultura oaxaqueña viva.

Platicando con los comerciantes, que ven con preocupación que la gente está dejando de ir al mercado por la inseguridad, afirman que tienen miedo, porque son las mismas mafias de siempre que han explotado el mercado, las que están solapando esta situación, para tener, “más ganancias”. Y al preguntar por la policía, es la misma respuesta, ellos también están en “el negocio”.

Al igual que los turisteros, las mafias del mercado están matando a la gallina de los huevos de oro. A los turisteros, el negocio que promueven, es decir, el turismo ignorante y depredador que viene de fin de semana a reventarse a los antros del Centro Histórico, muy pronto las grandes cadenas nacionales e internacionales de servicios turísticos los van a desaparecer. Y a los mafiosos del Mercado de Abastos se les acabará el negocio, porque la gente dejará de ir a turistear al mercado y los habitantes de la ciudad irán a las mega tiendas comerciales a comprar sus alimentos, por la seguridad, comodidad y por “el precio”.

Uno de los grandes problemas históricos de la Ciudad de Oaxaca, es que la gente en el poder le ha faltado amor y compromiso. No se puede amar lo que no se conoce y lo que no se entiende. Se requiere un compromiso con el pasado y con el futuro de esta maravillosa ciudad, tan incomprendida y desvalorada, pero a pesar de todo, sigue siendo La reserva espiritual del Anáhuac. “21 de febrero, cinco siglos del inicio de la invasión”. Descolonizar es dignificar. www.toltecayotl.org