El negocio de la Protección Civil
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Crónicas Oaxaqueñas

El negocio de la Protección Civil

 


El gobierno federal que acaba de arrancar, ha prometido a todos los mexicanos una cuarta transformación, eso debe incluir terminar con los rescoldos que quedan de la llamada por ellos la mafia del poder, hay ciertas actividades en muchas dependencias que son obscuras en cuanto al manejo discrecional de los recursos que generan, una de ellas es Protección Civil, es momento de revisar el tema.

El terremoto de 1985 abrió una enorme herida en la capital del país, decenas de edificios cayeron y miles de mexicanos murieron, tantos que fue imposible contabilizar la cantidad, el parque de Béisbol del Seguro Social fue habilitado como una enorme morgue y el director del Centro Médico Nacional debió de hacer un solo certificado de defunción para enterrarlos, muchos sin haber sido identificados ya que empezaban a descomponerse.

Ayuda especializada llegó de todo el mundo, los japoneses aportaron un programa para la prevención de desastres y cómo reaccionar ante ellos, por su funcionalidad fue adoptado y así es como nació en 1986 la Protección Civil, desafortunadamente la metodología y las recomendaciones no fue aplicadas al pie de la letra sino a la mexicana, con ello se abrió la posibilidad de la corrupción con el paso del tiempo y de hacer de la P.C. un gran negocio.

En la actualidad, por Ley, todas las empresas, del tamaño o giro que sean, están obligadas a tomar cuatro cursos de capacitación que son, Curso Básico de Protección Civil, Primeros Auxilios, Combate de Incendios (uso y manejo de extintores) y Evacuación de Inmuebles, asimismo deben elaborar un Programa Interno de Protección Civil.

La mayoría de los negocios no tiene personal especializado para realizar ese Programa Interno, son remitidos a un tutorial por internet y deben llenar formatos que tienen más de trescientas páginas, eso lo hace engorroso y muy difícil de completar, ahí es donde empiezan las malas prácticas, personal interno de P.C. normalmente sindicalizados, se ofrecen a ayudar mediante el cobro de una iguala o bien recomiendan a un tercero acreditado.

¿Qué es esta figura del tercero acreditado? Pues son empresas que están registradas y autorizadas ante Protección Civil, muchas de ellas aprobadas por compadrazgo y por lo tanto sin la preparación adecuada para ofrecer las capacitaciones, que ofrecen realizar el papeleo a cambio del cobro de cierta cantidad, no es difícil imaginar que una parte de ese dinero regresa a manera de comisión por la recomendación otorgada.

Para evitar las “molestias” y para cumplir con el requisito, se paga el dinero y el Programa Interno se aprueba sin realizar visitas ni las correspondientes capacitaciones, total nunca pasa nada y con un billete se arregla todo, sin embargo, ¿realmente no pasa nada?, revisemos situaciones de la vida común de una ciudad, algunas son de verdadero alto riesgo.

Todos cargamos combustible en gasolineras, si se le pregunta al despachador qué hacer en caso de una emergencia por incendio o fuga de líquidos, difícilmente puede explicar que procede; los distribuidores de gas LP deberían tener completamente capacitados a sus trabajadores de la planta, a los repartidores de cilindros o a los choferes de pipas por el riesgo que representaría una fuga.
Imaginemos que al surtir gas a un tanque estacionario, se tape por alguna razón y haya un chispazo que regrese la flama hacia el camión, el que está esperando abajo no tiene preparado un cilindro extintor a la mano, (eso es algo que no aprendieron de la explosión en la pastelería de Carmelita hace unos cuantos años), P.C. no ha emitido alguna restricción de horario para surtir gas en las casas de la ciudad.

Un caso dramático es la transportación de materiales químicos, salen por tierra cientos de camiones cada mes de la refinería de Salina Cruz, pasan por la capital del estado y siguen hacia el estado de Puebla, encontramos criogénicos (bióxido de carbono para congelar), pirofóricos (producen flama y fuego) y explosivos, pasan por Tlalixtac de Cabrera, Santa Cruz Amilpas, Santa Lucía del Camino, Oaxaca de Juárez, San Jacinto Amilpas y Etla.

Estos materiales peligrosos recorren a cualquier hora del día al menos siete municipios conurbados, incluso pasan a un costado del mercado de abastos, de haber un accidente de grandes proporciones no habría capacidad del Municipio capitalino ni de Protección Civil estatal para atender esa emergencia.

En Oaxaca no hay una planificación adecuada, encontramos escuelas al lado de tortillerías o pollerías que almacenan gran cantidad de gas, muchos otros negocios que ocupan gas LP en calderas como hoteles, restaurantes, etc. están ubicados al lado de casas habitación o guarderías donde hay muchos niños.

Hay centros comerciales que son visitados por cientos de clientes al mismo tiempo, difícilmente el personal de esos negocios está capacitado para atender una emergencia, no saben qué hacer en caso de una estampida debido a un sismo o a delincuencia, hoy día no falta una balacera en lugares públicos.

En esta temporada navideña muchos negocios están llenos de clientes, en los de telas por ejemplo, los pasillos se encuentran casi bloqueados por la cantidad de rollos en exhibición, de haber un incendio difícilmente la gente podría evacuar a tiempo, al hacer un recorrido se nota que no tienen sistemas manuales, horizontales o aéreos de agua para extinguirlo, ¿quién aprueba eso y qué capacitación tienen los empleados en una emergencia? Prácticamente ninguna.

Sin embargo en casi todos los casos, los negocios tienen elaborado su Programa Interno, constituido su comité mixto y obtenidos los certificados de todo el personal de haber recibido capacitación de Protección Civil, obviamente algo está ocurriendo que no está bien y genera un ingreso que alguien se está quedando, lo más delicado es que en el fondo no se trata de dinero sino de vidas humanas que están en riesgo porque no se toma la P.C. en serio.

Ojo, la Secretaría de Finanzas del estado tiene tabuladores, Protección Civil emite recibos por concepto de las capacitaciones, sin embargo la Ley de Ingresos del estado no tiene contemplado la generación de recursos por parte de P.C., entonces ¿dónde se está yendo ese dinero? ¿Por qué no se ocupa para comprar colchonetas, cobertores, comprar material o reparar unidades móviles que ayuden a P.C. a realizar mejor sus labores?

La Coordinación Nacional de Protección Civil, depende en organigrama de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, difícil será esperar algo distinto para terminar con la corrupción descrita, si su titular recién nombrado fue Secretario Particular del gobernador de Chiapas y sus estudios son licenciado en Comunicación Social, lo que indica, poca experiencia.
Los diputados federales deberán ser quienes tomen este toro por los cuernos, deben desaparecer la figura de tercero acreditado, aminorar la carga del contribuyente eliminando el pago a Protección Civil y mantener como obligatorio el recibir las capacitaciones, la de Primeros Auxilios por personal de la Cruz Roja y las de combate de incendios, búsqueda de victimas bajo escombros, rescate y salvamento por personal de los bomberos, que en lugar de pago se maneje como donativo, que sea transparente y sirva para construir nuevas subestaciones.

Los comentarios continuarán la próxima semana.

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