“Es de sabios cambiar de opinión”
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Columna sin nombre

“Es de sabios cambiar de opinión”

 


Dicen los chavos, que en Texcoco mejor hagan un Disneylandia. -El Mapache Guasón

Cuando todo parecía que marchaba el Gobierno Federal en un sabio y prudente carril de velocidad moderada pero continua, sácatelas, iniciaron las controversias.
En efecto, el señor Presidente López Obrador empezó a cumplir las promesas de campaña, claro, las fáciles a saber: sacar a la venta el avión presidencial, no utilizar Los Pinos como residencia oficial, abrir sus puertas a la visita popular, disolver el Estado Mayor Presidencial y devolver sus efectivos a las filas del Ejército, presentar diversas iniciativas de ley como aquella que pretende eliminar el Fuero Constitucional, crear mediante decreto la formación de una “Comisión de la Verdad” para el asunto de los 43 desaparecidos (Por cierto en este asunto comete el mismo error de Peña Nieto, es decir asume responsabilidades que serán una carga más tarde que temprano), enviar pero ya a los policías militares a lo que será la Guardia Nacional -antes de la aprobación de la ley respetiva- distribuyéndolos en todo el país al incorporarlos en varias regiones previamente definidas, y otras.
Así mismo persiste en el llamado “Error de octubre”, al cancelar el aeropuerto de Texcoco, con lo que abre problemas financieros muy importantes y además de todo eso, la iniciativa de ley respecto a los sueldos de los funcionarios, que parece encuentra una fuerte oposición del Poder Judicial encabezado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y aquí estamos en medio de enredos sin fin.

No sé a ciencia cierta cómo empezó el desbarajuste, qué necesidad, por ejemplo, que los secretarios de Estado se contradigan públicamente como el de Turismo Miguel Torruco, con el de Comunicaciones y Transportes Jiménez Espriú sobre el funcionamiento de los aeropuertos.
Deben aprender como señalaba Don Jesús Reyes Heroles a no declarar.
Acaso, me pregunto, ¿Va demasiado rápido el señor Presidente?
¿Pudiera ser que no fueran tan rápidos los cambios?
Como sea, parece que los analistas financieros y la oposición, se preguntan, y en esto hay unanimidad, ¿De dónde saldrá el dinero para los programas asistenciales? Adultos mayores, discapacitados, estudiantes de escuelas públicas, jóvenes que no trabaja y que tampoco estudian y otros más, sobre todo si al mismo tiempo se anuncia que no habrá endeudamiento público, no aumentarán los impuestos y por el contrario se rebaja el IVA en la frontera del dieciséis por ciento al ocho, y el ISR disminuye al veinte por ciento.
No creo que nadie en su sano juicio se oponga a esas medidas.
Como sea, para que se detenga la incertidumbre y tengan respuesta los incrédulos e inconformes, deben esperar el Presupuesto Federal de Ingresos y Egresos para el año de 2019, y no adelantar vísperas con opiniones sin mayor base que cálculos personales hechos sobre las rodillas, por lo que recomiendo aguardar y no acelerar comentarios negativos con base, insisto, en especulaciones.
Los número hablarán con claridad la segunda quincena de diciembre, y espero lo mejor para los cien planes de Gobierno.
Yo los apoyo.
Por último una esperanza… si el señor Presidente señaló en campaña que “es de sabios cambiar de opinión” ¿Sería posible que reconsiderara, dados los hechos, sobre Texcoco?
Yo también soy pueblo.
Por allí nos encontraremos.