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Echando a perder…

 


Difícil el noviciado para los adoradores de “El Peje” que, de pronto, ascienden al poder. Forjados en la protesta callejera ahora tienen que actuar como políticos y, francamente, no saben cómo. Es el caso del director del naciente Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) Adelfo Regino Montes quien fue miembro del gabinete del rapaz gobernador Gabino Cué.

Pese a la experiencia que tuvo como Secretario de Asuntos Indígenas durante el gabinato, se mostró incauto y poco negociador en la organización de la entrega de la vara de mando (no bastón) al nuevo Tlatoani (señor que todo lo sabe y lo puede) Andrés Manuel López Obrador.

Considerado uno de los eventos más simbólicos y sobresalientes -después de la formal toma de protesta ante el Congreso de la Unión- para el lucimiento mediático y hasta político del mandamás del INPI, falló la mano política y el entendimiento de la idiosincrasia del mundo indígena. Esto debe significar tacha para quien dirige una de las nuevas instituciones de la 4T que pugnará por la reivindicación de los pueblos nativos, una vez más.

Pareciera intrascendente por ser el primer evento del INPI, pero no es así. Lo que se suponía iba ser un amalgamiento del misticismo vernáculo con un presidente de la República, ajeno al oportunismo de los partidos, resultó un show con indígenas impostores. El pleito entre Adelfo Regino y la presidenta de la comisión de asuntos indígenas de la Cámara de diputados, Irma Juan Carlos y el servilismo de colaboradores que trae desde le Secretaría de Asuntos Indígenas del Gabinato, echó a perder aquello que pintaba para ser magno lucimiento de lo más profundo de la cultura indígena.

Les faltó informar que la vara de mando -no bastón- no significa entrega del poder al presidente sino la exigencia de un buen servicio al que lo recibe. El misticismo se perdió desde que la vara de mando (del pueblo) la entregó Carmen Santiago que representa no a la etnia mazateca sino a la organización política “Flor y Canto”. Aquello se convirtió en un evento de maniobra política con dirigentes de grupos oportunistas, de todos los colores, que aparecen oficiosamente para abordar la 4T. Olvidó Adelfo Regino que López Obrador, antes que dueño del partido Morena, ya es el presidente de todos los mexicanos.

Suspicacias
Hay optimismo por las reuniones territoriales que para la construcción de la paz y combate a la delincuencia, realizan cada mañana tanto en esta capital como en las cabeceras distritales, con la presencia de mandos militares y de la Marina Armada.

A partir de que el nuevo Gobierno federal definió las corporaciones militares y civiles al frente del combate contra el crimen, unas 47 coordinaciones estarán a cargo de la Policía Militar, 18 de la Policía Naval y sólo 6 de la Policía Federal.

Según el mapa, en entidades como Oaxaca la totalidad de las coordinaciones serán integradas por elementos del Ejército.

Son las instituciones armadas de México las que llevan el seguimiento más estricto del fenómeno de la violencia y del modus operandi de la delincuencia organizada en Oaxaca. A eso se debe la suspicacia que despierta entre los altos mandos que ahora tienen directamente la responsabilidad del combate al crimen, el comportamiento de presidentes municipales frecuentemente mencionados en hechos delictuosos.
Por ejemplo, los nombres del alcalde de Tlaxiaco, electo para una nuevo trienio, Alejandro Aparicio Santiago; de la ex edil de Juchitán y hoy diputada local, Gloria Sánchez; de la presidenta municipal electa de Pochutla, Zayma Pineda, entre otros, han aparecido en notas relacionadas con hechos delictuosos, pero no se sabe que estén sujetos a alguna investigación.

Del edil de Tlaxiaco, se informó en noviembre del 2016 que el que fuera su secretario municipal, Germán Ortiz Coronel, fue plenamente identificado como presunto protector de delincuentes señalados por víctimas que han sufrido diversos ataques, robos, extorsiones, asaltos, hurtos y amenazas de estos individuos.

El mismo edil Aparicio, del PRD y ahora del partido Morena, ha sido acusado por encubrir la ola de violencia que azota a esta región de la mixteca, donde los asaltos, robos, crímenes, y delitos de todo tipo solo se van acumulando.

El salto del chapulín
Complejo problema legal en que está metido la autoridad municipal de San Francisco Yucucundo, del municipio de San Antonio Huitepec, en el distrito de Zaachila. Resulta que el agente municipal Leoncio Sánchez Caballero, violando todas las leyes, ordenó construir una barda para bloquear la entrada a la casa de la profesora Josefina Aquino.

El abuso que, además, causa indignación en el mismo pueblo por la manera tan prepotente en que cierran la entrada a la vivienda de la ofendida, fue denunciado y hoy el caso está en manos de la justicia federal que ya otorgó el amparo. Además de Leoncio Sánchez, en este conflicto está involucrado el síndico Celso Villegas Santiago por no acatar la suspensión de amparo que dictó la justicia federal.

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