Más dudas que certezas
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Editorial

Más dudas que certezas

 


Antes del II Informe, el pasado miércoles, el gobernador Alejandro Murat sostuvo en la Ciudad de México una reunión con la bancada oaxaqueña en San Lázaro, en su mayoría, diputados y diputadas emanadas de las filas de MORENA y PT, además de una del PAN y otro del PRD. Son tiempos de cabildeo para que tengamos una suma en el Presupuesto de Egresos de la Federación, para 2019, considerable y acorde a las necesidades apremiantes de los oaxaqueños. Y es que cada año nos pega la publicidad oficial de que Oaxaca tiene un presupuesto histórico, sin embargo, nadie ve los resultados. Seguimos con altos índices de marginación, de desempleo, de pobreza extrema. En el mismo tenor en que nos incrementan la suma “histórica”, en esa misma proporción aumenta el número de pobres. Es pues, el famoso argumento, una falacia. Adicionalmente, hay que subrayar que el llamado “presupuesto histórico”, tampoco se refleja en obras, principalmente de Salud. Ya vimos en el pasado II Informe de Gobierno, en donde el ejecutivo prácticamente llama nuevas obras de salud a muchas que ya estaban. El Tlaxiaco por ejemplo, no le permitieron avituallar un hospital que ya estaba y que sustituiría al de Especialidades que les habría ofrecido. La gente ya está harta de simulación.

Salud es uno de los ejes principales en donde el actual gobierno se ha entrampado. En efecto, se han dado crisis severas por la falta de medicinas, de avituallamiento, de equipamiento de los hospitales. Hay varios sin concluir que quedaron de las administraciones pasadas, pero no existe la vocación política para concluirlos y evitar echar dicha inversión a la basura. Pero no. Hay una tendencia, enfermiza si se quiere, a no reparar o corregir los errores del pasado. De manera contradictoria, las poquísimas obras que se han inaugurado o promocionado en el actual gobierno, son las que dejó el gobierno de Gabino Cué. El Hospital de la Mujer, se dice, existe desde hace el menos veinte años, pero no ha sido equipado. Pero de que hoy se mencione como un logro de la actual administración, definitivamente no. Se estaría faltando a los principios de honestidad ante el pueblo oaxaqueño. La obra principal de este régimen en los dos años que lleva de gestión, es la reactivación de los trabajos de la Súper Carretera a la Costa. Pero por fuentes financieras se sabe que nada es definitivo.

Ciudad sin ambulantes

El pasado martes, grupos de comerciantes en la vía pública marcharon y protestaron frente el Palacio de Gobierno, portando cartulinas y pancartas, en las que plasmaban sus demandas: están en contra del programa que lleva a cabo el ayuntamiento de la capital, “Miércoles sin ambulantes”, pues afirman, ellos pierden económicamente. Como todo mundo sabe, el comercio en la vía pública, sin pagar impuestos, sin asumir ninguna responsabilidad fiscal, está fuera de la ley. Si bien es cierto que el gobierno de la ciudad hizo con un solo día sin ambulantes, una especie de ensayo respecto a la imagen tan agradable que representa la ciudad, también hay que decir que miles de citadinos le están exigiendo al edil, José Antonio Hernández Fraguas, que no sea sólo un día, sino que el comercio en la vía pública definitivamente sea extinguido del primer cuadro de la capital. Definitivamente pues, no es un tema sencillo, además porque según los propios comerciantes, argumentan que para llevar a cabo un día sin ambulantes, el gobierno capitalino pudo haber tenido un arreglo económico con los dirigentes, que no entienden ni de buena imagen para el turismo ni, mucho menos, de buenas razones.

Lo que nadie puede ocultar es la pésima imagen que dan para los mismos oaxaqueños y para los visitantes que llegan por temporada, los puestos que se instalan en las calles aledañas al zócalo, empezando por el gigantesco tianguis triqui que existe desde hace años en los pasillos del Palacio de Gobierno, convertido en esta etnia beligerante y violenta; chantajista y acomodaticia, en vendimia, hotel de paso y cocina ambulante. Una medida drástica en contra del comercio en la vía pública tienen que considerar a los triquis, que con su bandera de tener medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), hacen y deshacen a su antojo. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en Lorena Merino, a quien le gusta provocar a las autoridades para asumirse víctima, además de recibir dinero en efectivo cada mes, despensas y otros apoyos. Así como ella está Reyna Martínez, quien exige que le monten un mercado dónde vender sus artesanías y demás. Por si ello no fuera suficiente, la aludida Merino le está exigiendo al régimen actual, vía Secretaría General de Gobierno, 40 lotes para que finquen sus casas, lo sorprendente es que sólo tiene en su grupo a 3 indígenas cautelados.