Descolonizar la educación en Oaxaca
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Toltecáyotl

Descolonizar la educación en Oaxaca

 


El modelo educativo que actualmente opera en el país sufre de graves problemas estructurales. No es, solamente, la necesidad de capacitación pedagógica y didáctica de los profesores, ni la endémica falta de recursos materiales y económicos, ni la ineptitud, corrupción e irresponsabilidad de los mandos burocráticos y la cúpula sindical.

Nos referimos, en sí, al modelo educativo, el “para qué sirve la escuela, qué se enseña y para qué le puede servir al estudiante lo aprendido en el miserable mundo que se les ofrece a los jóvenes”. El modelo educativo es “nacional”, homogéneo, monocultural, y pretende, en teoría, “educar para el trabajo” y no para la vida.

A nivel nacional, no existe la posibilidad de encontrar trabajo, y menos, bien remunerado y con prestaciones. El empleo cada día se hunde en la precariedad. El 47% de los desempleados, según el INEGI, poseen título universitario. En Oaxaca, la realidad se hace más difícil y excluyente. No existe una amplia y variada oferta de trabajo, más que los servicios y la burocracia, y las posibilidades de absorber, tan siquiera a los egresados del nivel superior es nula. No se diga a los egresados de bachillerato o secundaria, que son la mayoría en el estado.

Por otra parte, la educación en Oaxaca no es formativa en valores y principios para la vida. Pretende, teóricamente, preparar para el trabajo empresarial. No toma en cuenta la pluralidad y riqueza étnica, lingüista y cultural de los estudiantes. Por el contrario, el modelo nacional, minimiza la historia y las culturas regionales, ponderando la historia oficial nacional, en un supuesto de que el país es homogéneo étnica, cultural, lingüística e históricamente.

El modelo educativo satura a los estudiantes de información caduca e inservible, más aún, en el medio rural, porque está diseñada para las empresas y para la vida urbana, que no existe en la realidad estatal. Provoca en los estudiantes, la desvaloración de sus elementos y sus potencialidades culturales, así como de sus recursos naturales, el desprecio de su milenaria forma de vivir, exaltando lo ajeno y rechazando lo propio.

La escuela en Oaxaca, en todos los niveles, contribuye a la perdida de la autoestima de los estudiantes y alienta el deseo de huir de sus comunidades en busca del progreso y una supuesta “vida mejor” en las ciudades, fuera del estado o en el extranjero. El magisterio, consciente o inconscientemente está contribuyendo de manera eficiente a este fenómeno.

Por lo anterior, consideramos que el estado de Oaxaca, por sus condiciones históricas, culturales y económicas, requiere de un tratamiento especial. Oaxaca necesita un modelo educativo que ayude y promueva la realización armónica de sus niños y jóvenes, y contribuya a la mejora económica del estado.

Si el modelo educativo nacional requiere urgentemente recuperar la memoria histórica y la identidad cultural ancestral, en Oaxaca, es de vital importancia, de no hacerlo, la escuela seguirá frustrando y expulsando a sus hijos. Lo mejor que poseen los oaxaqueños es sus culturas.

El futuro de este país, cuna de una de las seis civilizaciones con origen autónomo y la que alcanzó la más alta calidad de vida para todo su pueblo durante, por lo menos diez siglos, está en el conocimiento descolonizado de su milenario pasado. Los cuadros de poder de la cultura dominante, desde 1824, se han impuesto tercamente el objetivo de desvalorizar y desaparecer la memoria histórica y la identidad cultural ancestral del pueblo, en su mayoría, hijo directo de la Civilización Madre, e imponer modelos foráneos.

Oaxaca es la reserva espiritual de la nación. En sus pueblos y culturas se guarda el gran potencial de nuestros Viejos Abuelos. Su sabiduría, sus costumbres, sus saberes comunitarios, deben ser el instrumento pedagógico para formar a ciudadanos críticos, sensibles, conscientes y solidarios, preocupados por el bien común en vez del interés personal. La educación en Oaxaca debe ser tratada con un alto grado de sensibilidad, conocimiento del potencial humano de sus culturas y con una visión diferente para formar personas que trabajen con las posibilidades que ofrece su comunidad y con una concepción diferente del “éxito material y el bienestar personal”. Esta educación debe tomar en cuenta sus potencialidades y recursos locales, y no, sus carencias industriales y modernizadoras.

El estudiante oaxaqueño se debe formar para contribuir a elevar la calidad y nivel de vida de sus comunidades, y dejar de ser, insumo de las economías foráneas y extranjeras. Su inteligencia, sensibilidad, creatividad y responsabilidad en el trabajo, en vez de estar al servicio de ciudades y economías ajenas, debe estar al servicio de sus familias, comunidades y del estado.

Por estas razones, consideramos de vital importancia la descolonización de la educación en el estado de Oaxaca. Diseñar y crear una educación que sirva a Oaxaca y a los oaxaqueños. Lo difícil no es hacerlo, sino imaginarlo. Descolonizar es dignificar. www.toltecayotl.org