De género y transgénero

Uno de los temas que últimamente ha estado en boca de todos, es la noticia que Ángela Ponce, una transgénero y transexual de 27 años representará a España en el concurso Miss Universo, lo cual se ha convertido en una bandera de lucha de las personas transgénero, por lo que resulta indispensable diferenciar entre sexo y género: sexo es un elemento biológico que se relaciona con las características físicas y reproductivas con las que nacemos, en cambio, el género es una estructura social creada a través del pensamiento y la razón, y durante mucho tiempo, definió el rol que según nuestro sexo se esperaba que nos desarrolláramos socialmente, sin embargo, somos una sociedad evolutiva, y como seres de naturaleza política, podemos modificar nuestras normas de convivencia, pues son creaciones completamente humanas y pueden adecuarse conforme la sociedad vaya evolucionando hacia la civilización, por lo que la tendencia es romper los esquemas de roles de género, porque el sexo no debe definir qué podemos hacer o dejar de hacer en nuestra vida, pero este proceso de pensamiento evolutivo debe ser gradual y armónico, ya que no podemos exigir tolerancia desde una postura intolerante, Ángela Ponce exige se respete su participación en un concurso de belleza internacional en el que estamos acostumbrados que las participantes sean mujeres, convirtiéndose en bandera de lucha del sector transexual, a pesar de la frivolidad de estos concursos de belleza, que incluso sancionan el hecho de haber sido madre, como es el caso de Miss Ucrania que fue descalificada por ser mamá sin importar que es una mujer bella, por lo que llama la atención la postura radical de transexuales que criticaron y exigieron hasta lograr la renuncia de Scarlett Johansson a su papel para interpretar a un personaje transexual en la película Rub & Tug, bajo el argumento que se trataba de un espacio que le correspondía a un transexual, siendo esa lógica tan absurda como pensar que solamente puede existir belleza femenina o fortaleza masculina.
El límite es el respeto a nuestros semejantes, debemos tener apertura porque el cambio de los roles de género es una tendencia real y va a suceder queramos o no, sin embargo, las personas que exigen respeto por ser diferentes, deben darlo de igual forma, y aceptar, que aún existamos familias tradicionales, a las que nos incomoda y se nos hace absurdo que se trate de fomentar la homosexualidad, otorgándole una relación de ese tipo a marionetas que en su momento se utilizaban para influir en la educación de menores, como es el caso de Beto y Enrique en Plaza Sésamo, en lo personal, prefiero ser yo quien fomente y eduque a mis hijos en sus primeros pasos para que ellos tengan la libertad plena de ejercer el rol de género que decidan cuando tengan la capacidad para ello.