Morgue rodante en Jalisco
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Morgue rodante en Jalisco

 


*Resulta indignante que por falta de capacidad en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, los cuerpos en estado de descomposición, anduvieran paseando por calles de la ciudad

Si creíamos que ya habíamos visto “todo”, en días recientes nos enteramos con horror, que una “morgue” rodante con 157 cuerpos, deambuló por municipios de Jalisco. Posteriormente nos enteramos que se trataba de dos tráilers y el total de cadáveres se incrementaba a 322.

Para cualquier ser humano resulta indignante que por falta de capacidad en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, los cuerpos en estado de descomposición, anduvieran paseando por calles de la ciudad. Cuanto más debe resultar una aberración para quienes tienen familiares desaparecidos en Jalisco. ¿Es que acaso el gobernador Aristóteles Sandoval durante su gestión, no había realizado una visita al Forense, desconocía las carencias y el trato que se les da a los cuerpos que allá llegan?

Dante Haro, fiscal de derechos humanos de Jalisco, refirió que hay 444 cuerpos de víctimas de delito que no han sido reclamados que están en resguardo del IJCF, de los cuales 122 permanecen en la cámara de refrigeración del Semefo, y solo 60 cuentan con el debido registro forense.

Por su parte, el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, Alfonso Hernández, acusó al Gobierno del Estado de manipular las cifras y la información sobre los cuerpos sin identificar que son resguardados por el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses. Abundó que estas cifras son distintas a las que el Gobierno estatal dio al grupo de representantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y su homóloga en Jalisco, que el martes iniciaron una investigación en torno a los cuerpos que permanecen en los dos contenedores.

Después de una visita de inspección, el ombudsman afirmó que el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, no da un trato digno ni un manejo adecuado a los cadáveres: “El tratamiento de estos cuerpos no ha sido el adecuado, no están en condiciones de dignidad. Hemos solicitado instalar dos agencias del ministerio público con el propósito de que esto facilite la inhumación de aquellos cuerpos que cuentan con el registro completo”.

Y es que luego del paseo de cadáveres por la zona metropolitana de Guadalajara, lo más fácil fue cortar cabezas y entonces vino la destitución de Luis Octavio Cotero, titular del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, del que posteriormente nos enteramos lleva dos meses en búsqueda de su hija desaparecida y asegura que la Fiscalía no le ha dado avance alguno sobre su paradero.

Indira Alma Angélica Cotero Ortiz, de profesión abogada, de 37 años de edad, trabajaba en la Comisaría de Tlajomulco de Zúñiga, y fue vista por última vez el lunes 9 de julio.

Asimismo, derivado del caso se destituyó también al fiscal general del Estado, Raúl Sánchez Jiménez, así de mal están las cosas en el estado de Jalisco.

¿Es acaso que el gobernador Aristóteles Sandoval se ha puesto un segundo en los zapatos de quienes tienen un familiar en calidad de desaparecido?, ¿desconoce acaso del calvario en que viven las familias por saber el paradero de sus parientes ante la pasividad de las autoridades?, ¿Es necesario que nuestros gobernantes vivan en carne propia la desaparición de un hijo, para enmendar rezagos y anomalías de las instituciones?

Lo menos que se puede hacer en este caso es proporcionar un trato digno a los cadáveres localizados, y más aún a los familiares de desaparecidos que se presenten al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, a aquellos que tienen la esperanza de que el cuerpo enfundado en una bolsa negra, en estado de descomposición, pertenezca a un hijo, a un hermano, a un padre; vidas todas ellas irremplazables, que obligan a humanizar al más frío de los mortales.

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