S-22 y el discurso de AMLO
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Editorial

S-22 y el discurso de AMLO

 


Durante la visita del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador al Istmo de Tehuantepec, la semana pasada, éste volvió a reiterar el compromiso de su gobierno de abrogar la Reforma Educativa. Sin embargo, como ya lo ha venido planteando en ocasiones anteriores, dejó entrever que no será un cheque en blanco. Es más, dijo que sería a cambio de que los maestros cumplan con su tarea docente. Esto es, no más protestas callejeras ni cierre de escuelas por “quítame estas pajas”. Esta situación se da a pocos días de que los legisladores oaxaqueños, Irán Santiago Manuel y Azael Santiago Chepi, festinara haber subido a la tribuna de San Lázaro para aprobar un punto de acuerdo y abrogar la evaluación “punitiva” le llaman. Al día siguiente, el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) y la misma Secretaría de Educación Pública (SEP), les enmendó la plana, además de que en las redes sociales los humillaron con calificativos de torpes e ignorantes. Por supuesto que un punto de acuerdo no es una reforma constitucional, con la cual deben echar para abajo la Reforma Educativa y todo lo que respecta a evaluación.

No obstante la declaración de López Obrador le agrega un ingrediente más a esta discusión. Si bien es cierto que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ha insistido desde su puesta en marcha y en oposición por sistema a todo lo que sea mejorar la calidad de la educación, lo cierto es que hoy en día y gracias a la crítica generalizada que ha concitado dicha disidencia magisterial, con certeza AMLO ni su equipo quieren tener en contra a una parte importante de los mexicanos que sí apoyaron la citada reforma y que, además, están conscientes de que México merece otro destino en materia educativa. En Oaxaca, el llamado Cártel 22 es un amasijo de vicios y componendas; de venta de plazas y ausentismo escolar, entre otros. Simplemente la semana pasada, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), envió una convocatoria para que los maestros “desubicados” acudieran a las oficinas para regularizar su situación. Es decir, hay mentores que durante años no han estado frente al grupo. Es decir, son viles “aviadores”. En otras entidades del país no se ve esta situación. Y son esos vicios de que hablamos lo que hay que acotar. Bien pues por la advertencia de AMLO. A los oaxaqueños, hartos de abusos y atropellos magisteriales, nos viene a la medida.

¿Y el nuevo parque vehicular?

Uno de los compromisos que se presume asumieron los miembros del pulpo camionero para que la Secretaría de Movilidad (Semovi), autorizara el incremento a ocho pesos el pasaje, es cambiar la chatarra y adquirir nuevas unidades. No está por demás decir que desde hace tiempo dicha promesa ha sido un fiasco. Se logran acuerdos con las autoridades que no se cumplen y siguen en circulación los viejos autobuses, algunos de los cuales tienen más de treinta años en operación. Y a quien se trata de sorprender es a los usuarios, habida cuenta de que el titular de la dependencia citada dependencia, Alejandro Villanueva, es él mismo, permisionario del transporte urbano. Existe pues, una velada complicidad para no cumplir con el compromiso. Son sabidas de todos las quejas de los miembros del pulpo que una y otra vez se desgarran las vestiduras para reclamar aumento de tarifas en virtud del incremento en las gasolinas, diésel, insumos y refacciones. Obvio que si no fuera negocio nadie invertiría en dicho rubro. He ahí el por qué los operadores están sometidos a cargas excesivas de trabajo; la lucha por el pasaje, que ocasiona accidentes constantes y los bajos salarios.

No obstante lo anterior y empeñados en que los citadinos tengamos un transporte público arcaico y obsoleto, es la negativa del pulpo camionero a que se ponga en operación en Sistema de Transporte Urbano conocido como SITIBUS, en el cual se invirtieron cientos y cientos de millones de pesos, para ser sencillamente arrumbado como chatarra. Las paradas, que costaron asimismo muchos millones, han sido destruidas por el vandalismo y la mala fe de la gente. Las molestias que ocasionaron para la construcción de la vía por la que circularían las unidades, simplemente pasaron a la historia, sin más explicación que no ha operado y tampoco lo hará. En cambio cuando a los miembros del pulpo se le menciona la posible adquisición de las unidades del citado sistema, que siguen en el almacén, ponen el grito en el cielo, pues en su concepción, solamente su chatarra es la que funciona. La ciudad de Oaxaca pues y sus municipios conurbados están condenados a seguir bajo la tutela de un grupo de concesionarios que no quieren invertir, pero en cambio desean seguir prestando el servicio con unidades viejas y ataúdes rodantes. Esto es, como si el usuario ya no mereciera otra cosa mejor.