Prudencia y paciencia, mucha paciencia
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Opinión

Columna sin nombre

Prudencia y paciencia, mucha paciencia

 


Santa Lucía es la santa de los que noven. -El mapache guasón

Es verdad que el ejercicio del gobierno desgasta políticamente.
En el caso del señor Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador, inició su desgaste cinco meses antes de tomar posesión y sus rivales lo dejan correr en ocasiones al abismo.
Qué necesidad hay, me pregunto, en permitir que varios políticos declaren en su nombre sin ser sus voceros o estar abiertamente autorizados.
Destacó en la semana que termina, la expresión insultante del señor diputado federal por Morena, Mario Delgado, nada más ni nada menos que el coordinador de esa bancada, quien dijo textualmente: “de la Reforma Educativa no quedará ni una coma”; caray, por favor recuerde que la coma se casó con el punto y ahora son punto y coma; midan sus palabras, el pueblo se los agradecerá y el Peje también, porque ya asoma abiertamente el servilismo de algunos de sus seguidores, y la beligerancia de otros a quienes ya dábamos por perdidos, como el señor senador Salgado Macedonio, quien se enfrascó en el Senado en una serie de expresiones francamente en contra del señor senador Miguel Ángel Osorio Chong, ex Secretario de Gobernación.
¿Cómo es posible que este senador de la motocicleta se atreva a tales “insultos”?
Lo único que logra es ganarle “enemigos” a López Obrador, sin necesidad alguna.
Si ya el Presidente electo tiene suficiente ante el Pueblo con tantas promesas de campaña por cumplir, al grado que las expectativas son mayúsculas, qué necesidad, insisto, tiene en permitir que colaboradores, auténticos cartuchos quemados como Salgado Macedonio, griten sus frustraciones y le ganen animadversiones.
Sobre todas las cosas si la transición va sobre ruedas de terciopelo, digo yo, lo que vaya a hacer que lo haga en su tiempo sin andar con anuncios muy repetidos meses antes.
Si va a vender el avión presidencial, bueno que lo venda. Pero andar diciendo que ni de chiste se subirá a tal aparato, como que no es digno del presidente de un país de ciento veinte millones de habitantes.
Mesura y prudencia. Respeto y paciencia, mucha paciencia, porque los rijosos de su grupo no se la tendrán en su momento, como no se la tuvieron a Francisco I. Madero.
Si ya el señor presidente electo ante los desmanes del señor diputado Fernández Noroña, reunió a sus correligionarios legisladores y le recordó que ya son gobierno y no oposición, bueno, algunos necesitan un jalón de orejas porque ya siente que la virgen les habla.
Cuidado.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.