Las letras chiquitas del acuerdo comercial
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Tómelo con calma

Las letras chiquitas del acuerdo comercial

 


•Crisis en los medios de comunicación.
•El dispendio de SEMARNAT contra los popotes.

A menos de 48 horas de que se anunciara el haber alcanzado un acuerdo comercial entre México y los Estados Unidos; académicos, empresarios, y diplomáticos, han dejado entrever que la industria automotriz pagará caro el acuerdo; las normas y condiciones impuestas por los Estados Unidos, frenarán el crecimiento y desarrollo del mercado y evidentemente el sector se verá afectado.
Siempre se supo que las “letras chiquitas” podrían ir en contra de nuestro país. Desde que Donald Trump buscó dividir y negociar por separado con México y Canadá, se sabía que el peor pedazo del pastel nos tocaría a los mexicanos, y ahora todo indica que en efecto Idelfonso Guajardo, y Luis Videgaray, cedieron en muchos puntos que, aunque parecieran insignificantes en forma individual, al conjuntarse se traducen en una importante desventaja para México.
Tómelo con atención.- Las últimas semanas, y ante la incertidumbre sobre recortes y ajustes en los presupuestos del Gobierno Federal, y de los Estados de la República en materia de comunicación, distintos medios han recurrido al ajuste de sus plantillas editoriales. Así ya se habla de la salida de Lorenzo Meyer y José Woldenberg del periódico Reforma, o de la renuncia pactada de Carlos Marin y el reajuste de plataformas en Grupo Multimedios, lo que se ha traducido en cerca de un centenar de despidos. En fin que ha llegado el momento de apretar el cinturón, tras graves dispendios en materia de comunicación social, ejercidos durante la administración de Enrique Peña Nieto.
La falta de claridad sobre las reglas que habrán de regir la relación entre el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y los medios de comunicación, han llevado a un escenario de crisis a las empresas; sin duda el cambio que demandó la sociedad, tiene un componente importante en el uso de los recursos públicos y la transparencia; en materia de comunicación, la sociedad quiere que el presupuesto se ejerza en acciones que no solo informen, sino que vinculen a la sociedad y al Gobierno.
Tómelo con interés.- Hace varios meses la Semarnat lanzó una campaña de medios, en la que con poca claridad ha invertido más de 150 millones de pesos; los argumentos se basan en el “daño” que los popotes causan a la fauna.
Llama la atención las estadísticas que establecen sin fundamento metodológico, que todos los individuos en la vida consumimos un promedio de 38,000 popotes. Lo que evidencia que carece de sustento la campaña, ya que si así fuera, tendríamos que vivir 107 años consumiendo un popote diario para alcanzar la cifra promedio que establece Semarnat.
Por otra parte, nos encontramos con que los popotes biodegradables de semillas, por un lado no lo son porque su elaboración implica 70 por ciento de plástico y 30 por ciento de las semillas, y resulta que para que cumplan la función tienen que someterse al proceso en una planta específica. ¿Cómo se pretende recuperar esos popotes, para llevarlos a dicha planta?
Finalmente encontramos que la problemática real es que se carece de una cultura del reciclaje y la prevención; así como sistemas claros de clasificación y recolección de desechos, ya que los popotes de plástico son 100 por ciento revocables, y su vida útil es superior a 100 años. Lo que mata y afecta la fauna y el ecosistema, es el abandono y mal uso de los plásticos y la basura, no el material.
Sin duda todo un tema para las nuevas autoridades, si se analiza el número de fuentes de empleo directas e indirectas de la industria del Popote, y el crecimiento del negocio; así como la derrama económica que implica.
Twitter: @Fernando_MoraG
Facebook: Fernando Antonio Mora