Orígenes de la contaduría pública en Oaxaca
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Orígenes de la contaduría pública en Oaxaca

 


Este es un pequeño homenaje a la profesión más versátil, mejor organizada y pionera en la certificación profesional. Transitar el camino de los orígenes de la contaduría pública en Oaxaca es para mí un privilegio, es compartir con admiración y respeto el recuerdo que guardo de nuestros maestros.
Algunos de los maestros, de los que fuimos discípulos en la escuela de Comercio y Administración de la Universidad “Benito Juárez” de Oaxaca, sin esperar recompensa o reconocimiento, y sin saberlo –y sinceramente nosotros tampoco–, sembraron en tierra fértil las semillas de la comprensión, del interés y del amor por nuestra profesión.
Su legado perdura en nosotros: pasión por la ética, la técnica contable y el convencimiento de que el Colegio de Contadores Públicos del Estado de Oaxaca se creó para beneficio de la sociedad. El trabajo y las bases sentadas por estos maestros son los cimientos de la contaduría pública en Oaxaca y de nuestro colegio.
Hace 59 años, el 29 de junio de 1959, se constituyó el Colegio de Contadores Públicos del Estado de Oaxaca, A.C., ante el notario público Lic. Pedro Carlos Valencia. Fueron quince contadores públicos titulados y registrados en la Dirección General de Profesiones los que firmaron el acta constitutiva. Sus nombres son: Ricardo Cervantes Barzalobre, Carlos Z. Vásquez Mendoza, Jorge Romero y Romero, Felipe Martínez Vigil, Rodolfo Pérez Monroy, Felipe Figueroa García, Fidel Pérez Andrade, Jorge Corres González, Fausto Calvo Sumano, Joaquín B. Bernal López, Catarino Luna Lujan, Ezequiel Ruiz Gómez, José Jiménez Velasco, Jorge Rodríguez Figueroa y María de Lourdes Rodríguez Figueroa de Gómez.
El colegio fue registrado en el mismo año de su creación (1959) ante la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública correspondiéndole el registro número 42 y fue afiliado de inmediato al Instituto Mexicano de Contadores Públicos. El primer presidente fue el C.P.C. Jorge Romero y Romero, el segundo el C.P. Fidel Pérez Andrade y el tercero el C.P. Ricardo Cervantes Barzalobre.
Las reuniones iniciales para la creación del colegio se hicieron en el despacho del C.P.C. Jorge Romero y Romero que se localizaba en la calle de Murguía número 04, se hacían de siete a nueve de la noche, fuera de horas de trabajo. El objeto de ser colegiados era obtener la cédula de auditoría fiscal para dictaminar para efectos fiscales ya que en el mes de abril de 1959 se había promulgado la Ley de Auditoría Fiscal que creó la Dirección de Auditoria Fiscal y el Dictamen Fiscal. Para poder dictaminar esta Ley ponía ya, como condición, pertenecer a un Colegio de Contadores.
Me contó Don Jorge Romero que para obtener el registro del colegio ante la Dirección de Profesiones fue muy difícil ya que “en la revisión pasamos por un verdadero calvario porque no había reglas fijas. Las reglas se fueron emitiendo con mucha posterioridad por medio de boletines. El criterio que prevalecía era el del Colegio de Contadores Públicos de México que controlaba el trabajo de auditoria y tenía aversión por los contadores de provincia y había afectado el criterio de las autoridades que estaban encargadas del registro. Hubo necesidad de interponer un amparo que ganamos y fue así como la Dirección General de Profesiones nos otorgó el registro; nuevamente tuvimos dificultades para obtener la cédula de auditoría fiscal ya que el director de Auditoria Fiscal pertenecía al Colegio de México y lógicamente tenía que sostener el criterio del colegio”
La contaduría pública es una suma de valores; reinventémonos a cada instante; seamos mejores, seamos un ejemplo; como profesionales de la contaduría y como seres humanos seamos extraordinarios; para lograr el éxito en el renacimiento de cada día se requiere de la esencia, de lo mejor de cada uno de nosotros; debemos creer en nosotros mismos; la calidad profesional no sólo se debe tener, se debe demostrar.
La profesión de contador público es una de las más dignas por ser la primera profesión organizada en Oaxaca y en el país; es la primera en exigir la calidad mediante un proceso de certificación; es la primera en exigir la actualización profesional anual, obligatoria y permanente, mediante la Norma de Educación Profesional Continua para refrendar el registro para dictaminar y para refrendar la Certificación; como todos saben la actuación de los contadores se rige por valores; los valores, en el caso de los contadores se llaman principios; principios contenidos en un código de ética profesional, en los principios de contabilidad generalmente aceptados, en las Normas y Procedimientos de Auditoria y partir del 1 de enero de 2007 en las Normas de Información Financiera –NIFs–.
Por su trabajo, por sus conocimientos, por su análisis, por su información, por su precisión, por su confianza, por sus consejos; porque las empresas, las industrias, las organizaciones no podrían funcionar como tales, sin los contadores públicos; por el apego a la ética profesional, por la responsabilidad de capacitarse y actualizarse, por su profesionalismo, por su voluntad de servir a la sociedad, por amar y dignificar a la profesión; ser contador público es un orgullo por el éxito individual que representa estar actualizado, certificado y registrado.