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¡Que conste.... los olvidados!

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Tatiana no rompe con López Obrador ni con su proyecto, simplemente ajusta su ritmo familiar y se queda como diputada, así que no se hagan bolas.

El día 27 de agosto de 1968 se generó sin duda alguna una de las mayores muestras de la protesta estudiantil, días antes, ante la propuesta del gobierno de establecer una “negociación a modo” como se acostumbraba con un pequeño grupo de “dirigentes,” el Consejo Nacional de Huelga y el grupo de maestros determinaron que no aceptarían negociar si no era por medio de un diálogo público televisado para resolver los seis puntos del pliego petitorio.
Esta propuesta la avaló, públicamente, Heberto Castillo, así, para la preparación de la manifestación del 27 de agosto, se determinó que comisiones nombradas desde el Consejo Nacional de Huelga, redactaran discursos que se leerían por los representantes. En el caso del Diálogo Publico, un distinguido grupo de representantes fue el que redactó dicho discurso, la manifestación era enorme, los ánimos enardecidos, los jóvenes y manifestantes demandando ya una negociación pero en los términos que ellos proponían y no en los términos que quería el grupo de “negociadores nombrados por el presidente”.
Los grupos que llegaban al Zócalo se movilizaban, algunos, en subirse a los balcones de Palacio Nacional y en muchos casos, desde el camión donde estábamos parte de los representantes veíamos cómo golpeaban las puertas de Palacio, habían colocado altavoces en la Plaza y muchos ilusos pensaban que a lo mejor Díaz Ordaz daría algún mensaje, en el transcurso del mitin multitudinario, algún maestro solicitó que se le diera oportunidad a una madre de dar un mensaje y ésta, entre otras cosas, dijo: “aquí estamos las madres mexicanas, Díaz Ordaz, dispuestas a seguir pariendo hijos aunque los asesines”, y ya nos podremos imaginar cómo reaccionaban las masas ante ese tipo de mansajes, posteriormente como al orador que le tocaba leer el discurso sobre el diálogo y la negociación se le fuera la voz, tomó el mismo, Fernando Hernández Zárate, y entre las cosas que señalaban proponían la negociación pública en un lugar público como el Palacio de Bellas Artes o el Estadio Olímpico, la gente indignada y motivada ya por las declaraciones anteriores y las asambleas de las escuelas, comenzaron a gritar: ¡zócalo, zócalo, zócalo! y todo parecía salirse de control.
Por esa razón determinamos algunos, tomar la votación para bajar las demandas y después negociarlas en las Asambleas Generales y así se hizo, así que la propuesta del diálogo público no fue mía sino un acuerdo anterior del CNH y avalada por los maestros y en especial por Heberto Castillo, a pesar de que algunos acelerados que buscaban negociar con los representantes de Corona del Rosal, dijeron que era mi propuesta, no pudieron sacarme del CNH ya que todo quedó claro.
También hay que declarar que el famoso plantón en el zócalo tampoco fue propuesta mía sino la determinación de un grupo de jóvenes de la Facultad de Leyes que, en forma unilateral y sin acuerdo del CNH, con su derecho de escuela, determinaron quedarse ahí hasta que diera respuesta Díaz Ordaz a la demanda del diálogo público, también, se pretendió usarla en mi contra por esos que ya traían negocios y negociaciones con Corona del Rosal.
A los que les negamos nuestro apoyo, alegando que lo plantearan ante el CNH sin duda, ellos, “negociaron en lo oscurito”… y a lo mejor cuando se llevó a cabo la reunión de negociación en casa del Rector con los representantes del CNH y los representantes presidenciales: Andrés Caso Lombardo y Jorge de la Vega Domínguez acordaron la negociación y el fin del paro para iniciar negociaciones, solamente lo usaron como un mecanismo para reunirnos a la mayoría de los representantes para detenernos ahí, una celada que terminó en masacre por la acción y voluntad de Díaz Ordaz, del jefe del Estado Mayor, con el apoyo de las policías enviadas por Corona del Rosal y de Luis Echeverría con las policías políticas y la movilización de “intelectuales” que actuaban para defender el sistema, controlados por Martínez Manaotuo.
Esto es lo que se debe investigar y no andar como se ha hecho por muchos años, para evitar conocer la realidad de esa negociación que nos llevó a Tlatelolco el dos de octubre de 1968 con la idea de que ya estaban los acuerdos para iniciar las pláticas y tener la seguridad de que podíamos realizar el mitin de información en Tlatelolco para anunciar el fin del movimiento, el paro y el inicio de la negociación para resolver cada uno de los seis puntos del pliego petitorio.
Nos convencieron de que ya estaban los acuerdos con los representantes del presidente y, el resultado, ha sido de que nos pusieron una celada y provocaron una matanza por acuerdo del propio presidente y sus cómplices para derrotar al movimiento de la juventud mexicana y, hoy es tiempo de decir lo que en realidad sucedió y no tratar de ocultar que el sistema y el gobierno fascista de Día Ordaz cumplía, también, instrucciones de la CIA, para tratar de provocar un golpe militar en el país que, por fortuna, no se logró… así que ahí están las cartas y dejémonos de tonterías y babosadas… los criminales están a la vista y los jóvenes fuimos las víctimas y fuimos asesinados, perseguidos o encarcelados con el viejo estilo de Encierro, Destierro o Entierro…