Forma especial de comportamiento

¿A quién apoyará desde Cuernavaca el tepiteño Cuas? ¿A Unión Tepito o a la Anti Unión Tepito?
El Mapache Guasón

Finalmente, López Obrador ya es Presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos. Tomará posesión el próximo uno de diciembre del actual año de 2018 y representará a todos los mexicanos sin distinción de partido, ideología, religión o raza, en otras palabras será el presidente de cosa de ciento treinta millones de mexicanos.
No es poca cosa y queremos que nos represente con dignidad sin escatimar recursos en a posiciones francamente populistas.
Me refiero entre otras cosas, al lugar en que va a vivir, en que vehículo se transporta y quién lo va a proteger de tumultos, aglomeraciones e incluso atentado de algún loco.
Es verdad que recibió más de treinta millones de votos en una indiscutible mayoría democrática, y los partidos políticos han reconocido el triunfo del popular Peje, sin embargo no todos los ciudadanos votaron por él, pero es necesario decirlo, aún los opositores reconocen su legitimidad.
¿Dónde va a vivir?
¿Cuál será la residencia del presidente de todos los mexicanos?
No lo sabemos. Ha rechazado vivir en la hasta hoy residencia oficial denominada Los Pinos, casa esta que fue construida por Lázaro Cárdenas del Río; hay que recordar que la residencia oficial por aquellos años era el Castillo de Chapultepec ahora convertido en museo.

Se rumora que López Obrador buscará casa cerca de Palacio Nacional lo que parece inadecuado, porque no sabemos si esa casa estará habilitada para su residencia y si contará con todas las medidas de seguridad, y muchos estamos a la espera de su decisión, aunque en lo personal desearía que habitara Los Pinos, lo cual da dignidad a su investidura y esta residencia es conocida en todo el mundo; así por ejemplo, la Casa Blanca en Washington y la Casa Rosada en Buenos Aires amén de muchas otras residencias en el mundo; recordemos El Kremlin en Rusia país comuncita en donde el mandatario Putin, no se le ocurriría habitar en otra casa, luego, el pueblo no le va a reclamar a su Peje consentido que habite en Los Pinos.
Seguir transportándose en un vehículo compacto, a mi no me gusta, tanto por su seguridad y comodidad, así como por la imagen que da ante el mundo; si quiere parecer un presidente modesto, nadie fuera de nuestras fronteras verá bien esa postura que no corresponde de ninguna manera al presidente de un gran país.
Por el lado de la seguridad, rechazar al Estado Mayor Presidencial, definitivamente pienso, es un decir, que comete un error, y aunque ha anunciado que tomará los servicios de veinte personas de seguridad parece que no son medidas adecuadas, ya que todos, todos, queremos la seguridad de nuestro presidente y estimo que debe dejarse de estas posturas.
El Estado Mayor Presidencial tiene cosa de ochenta años de servir y proteger al presidente de México y no se ha visto ineficiencia y menos que haya permitido un atentado funesto en la persona del presidente en turno; es un cuerpo disciplinado y entregado en forma absoluta al servicio del presidente de todos los mexicanos.
¿Los guardias presidenciales?
¿Se van a incorporar al grueso del Ejército?
Lo mismo se puede decir del avión presidencial y de la flota aérea del Ejecutivo mexicano la cual ha manifestado que va a venderla; quizá cometerá un error, el tiempo lo dirá.
Vemos en el Presidente Electo, a una persona que no acaba de asumir que se encuentra al frente de México, y no solo en lo político y administrativo, sino incluso en su apariencia y hábitos personales, que debe cuidar y representarnos con dignidad ante los ojos del mundo.
Tiene y lo va a demostrar, una forma especial de gobernar, está bien, pero otra cosa es su seguridad, casa habitación y forma de transportarse y entre otras cosas esta su forma especial de comportamiento privado, personal.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.