Inseguridad “mediática” a cuentas
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Opinión

De Paradojas y Utopías

Inseguridad “mediática” a cuentas

 


1).- Vertedero sangriento

Las redes sociales han sido en los últimos tiempos, ventana abierta para la barbarie. Hace una década nos sorprendían las ejecuciones, las lapidaciones y ahorcamientos en el Medio Oriente. Hoy vemos ya en nuestra tierra oaxaqueña —sin inmutarnos— videos de desmembramientos o degüellos. Ora en la Cuenca, ora en Chahuites. La maldad y la crueldad humanas sin límite alguno. Y han permeado aún en comunidades otrora remansos de paz. El Istmo, Tuxtepec y la Costa parecen llevarse la cuota más alta de sangre. “Conozco el placer de exterminar” —admitió F. Nietzsche con orgullo en Ecce Homo—. Sin embargo, el esfuerzo por descifrar el origen de la maldad o ¿de dónde viene el mal?, ha quitado el sueño a filósofos de la moral. La razón —y eso se vio en el ascenso del nacionalsocialismo y el refinamiento del Holocausto— de la mutación del padre amoroso, del vecino benévolo y amable, en verdaderos monstruos de crueldad. O la sublimación en individuos que superan las condiciones de normalidad para cometer atrocidades, cuando se les manda u ordena.

2).- La crueldad institucional

En el capítulo: “Historia natural de la maldad”, Zigmunt Bauman cita frases demoledoras de Hannah Arendt, quien sostuvo que las monstruosidades no necesitan de monstruos. Adolf Eichman, creador de la “solución final” contra los judíos, “era un hombre escandalosa y terroríficamente normal”. (Daños colaterales, FCE, México, 2015, p. 181). En el fondo de todo, sin embargo, el criminal y el sádico son esclavo de sus más bajos instintos. Ningún animal de la selva tortura de esa forma a sus víctimas, ni siquiera por un instinto de supervivencia o por placer animal —si es que esto existe—. Empero, en la historia criminal de México recomiendo leer: Un hombre de confianza, de Fabrizio Mejía Madrid, de Bolsillo Premium, México, 2015, 222 pp., sobre los últimos días de Fernando Gutiérrez Barrios- la disciplina del sistema superaba la inherente naturaleza humana para cometer atrocidades. Los jefes policiales podían torturar sin pudor alguno, arropados en una banal defensa “de la Patria”, que bien documenta también Jorge Torres en: Nazar, la historia secreta, (Debate, México, 2008, 172 pp.).

3).- Inseguridad y medios
Luego de este largo preámbulo, hay que admitir que en Oaxaca la seguridad pública está deviniendo nomás un mito. Sólo un ciego no mira la realidad de una estadística creciente de ejecuciones y muertes; de emboscadas y homicidios masivos, en los que da lo mismo asesinar a hombres y mujeres, que ancianos y niños. Hace un mes doce personas fueron masacradas en Santa María Ecatepec. La certeza de cultivos ilícitos disfrazados de conflictos agrarios. La ejecución de vecinos desarmados e indefensos con armas de grueso calibre. Y la escandalosa simulación policial hacia los criminales: “han cerrado los caminos a su comunidad”. Las mujeres de San Juan Mixtepec —incluyendo una menor de edad— que fueron masacradas hace meses, luego incineradas. O la familia que es acribillada sin más en la Mixteca, incluyendo un niño, producto del viejo encono entre Santo Domingo Yosoñama y la citada población, el pasado miércoles. Ambas comunidades obedecen a intereses criminales y políticos que, desafortunadamente, nadan en un mar de impunidad.

4).- Un camino sin retorno
Los responsables de la seguridad pública estatal siguen caminando por la tangente. Optan por los lugares comunes y no agarran al toro por los cuernos. Ni los escándalos les han hecho mella. Es decir, están bien amarrados. Compromiso de mantenerlos al frente. ¿Por cuánto tiempo? Quién sabe. En la concience colectif —y vox populi es vox Dei— en casi dos años de esta administración no han dado una. Por si ello no fuera suficiente, hoy vuelve al escenario político el tema de la desaparición de los eperristas, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, que puede afectar la línea de flotación de la nave de seguridad pública, que a cada rato amenaza hacer agua. Inicia otra era. De ello no hay duda. Nada es para siempre.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— El escándalo de la desaparición de 211 obras del fotógrafo Diego Huerta y la denuncia de “fraude”, “uso indebido de imagen”, “daño moral” y otros al gobierno de Alejandro Murat, sin duda es hoy sólo una modesta bola de nieve que puede convertirse, muy pronto, en una avalancha mediática.
— Nada fácil la tiene Manuel García Corpus, si acaso el único diputado federal del PRD que entra en San Lázaro. He ahí el porqué anda atareado reuniéndose con autoridades municipales electas, para construir una agenda legislativa.
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