Sangre Campesina
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Sangre Campesina

 


La muerte de trece campesinos y un número indeterminado de heridos a causa del enfrentamiento armado ayer entre campesinos de Ecatepec e Ixcatepec, en la Sierra Sur, se suma a la cadena de adversidades que ha tenido que enfrentar el gobierno de Alejandro Murat. Unos dicen que fue enfrentamiento otros, que el ataque provino de los de Ixcatepec.

Además de aclarar estos hechos y aplicar la ley, el derramamiento de tanta sangre obliga al gobierno a actuar de inmediato. Si bien es cierto que casi todos los conflictos agrarios de Oaxaca, datan de hace más de medio siglo o más tiempo, toca a este gobierno hacer lo que tantos gobiernos, estatal y federal, han soslayado: dar un fuerte sacudimiento a la burocracia agraria (Sedatu, Registro Agrario, Procuraduría Agraria, Junta de Conciliación Agraria, etc.). Para empezar, la tercera y cuarta de las dependencias mencionadas, han estado en manos de delegados importados que no conocen la realidad de Oaxaca y, por lo mismo, llegan al puesto sin el menor interés de resolver conflictos. Los delegados de estas dos dependencias solo se enriquecen con sus principales funcionarios a través de la “administración” de los problemas.

Desde hace unos tres sexenios, la excesiva burocracia con que tratan los temas de conflicto de límites, ha teñido de sangre el campo oaxaqueño. El año pasado, por el añejo pleito entre San Juan Mixtepec y Yosoñama, mataron e incineraron a tres mujeres y la investigación no ha concluido. Lo raro es que, en este caso específico, las múltiples organizaciones feministas y las que hablan por los derechos humanos y piden atajar los feminicidios, no dicen nada de asuntos tan espinosos.

CRIMINALES
Doblemente criminales los dirigentes sindicales de los Servicios de Salud del estado, Mario Félix, Alberto Vázquez Sangermán, entre otros. Los médicos sensatos los señalan por el desmantelamiento del Hospital de la Niñez y demás nosocomios públicos. No vacilan en desmantelar el equipo de médicos y técnicos especialistas para fortalecer a su clientela política que son los burócratas.

El del niño es uno de los hospitales donde con más fruición han postergado a los médicos especialistas. A través de sus delegaciones sindicales los acosan, obstaculizan su formalización laboral, lo atosigan con cargas de trabajo hasta aburrirlos. En contraparte, a los empleados administrativos de todo tipo, los apoyan hasta con plazas no autorizadas. El resultado es: hospitales sin médicos ni especialistas suficientes. En este momento, por ejemplo, hay saturación de representantes sindicales que no hacen nada, médicos y enfermeras sindicalizados que rehúyen hasta la consulta.

El recientemente nombrado director, Luis Aquino Santiago, dicen que, agobiado por la grilla sindical, no se atreve a tomar alguna decisión. Tiene pánico a la reacción sindical y teme que lo echen como sucedió con la anterior directora. Eso ha provocado que en este momento la estructura de recursos humanos esté desmantelada. No hay terapeuta del lenguaje, neurólogo, oftalmólogo, audiólogo, etc. Aunado a la falta de medicamentos y pereza del personal que tolera el sindicato, este hospital es un desastre.

Expanden el mal
El desastre en el Hospital del Niño no es único. De qué tamaño ha crecido el problema de la anarquía en los hospitales, que el Congreso del Estado de Oaxaca solicitó a la Secretaría de Salud y la Secretaría de Finanzas un informe del abastecimiento de insumos, material y medicamentos en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital General ” Aurelio Valdivieso”, donde el año pasado fallecieron 24 infantes.

El exhorto aprobado por mayoría, precisa que ese “grave problema” se ha presentado en los últimos años, a pesar de tener como prioridad brindar atención médica de calidad, trato digno y apego a la mejor evidencia de la práctica clínica para satisfacción del usuario.

Ante la falta de medicamentos e insumos que ponen en riesgo la vida de miles de oaxaqueños, las y los legisladores integrantes de la LXIII Legislatura, aprobaron ante el Pleno por obvia y urgente resolución este punto de acuerdo.

Exigen medidas institucionales que terminen con el déficit de medicamentos como meropenem, vancomicina, ampicilina, además de equipos de homotec con volumen medio o carro rojo, necesarios en la atención de los pacientes, que tan solo al 2017 fueron más de 42 mil.

Estos problemas son un signo más de la magnitud de la anarquía y corrupción que han sembrado los sindicatos en complicidad con el gobierno.

El salto del chapulín
En ninguno de los últimos cuatro o cinco gobiernos estatales se habían atrevido a tocar, ni siquiera con un pétalo de rosa, a algunos de los notarios miembros del poderoso colegio de fedatarios. Fue hasta ayer en que El Mejor Diario de Oaxaca, dio a conocer que la Dirección de Notarías, suspendió los libros del notario 105, Eduardo García Corpus.

Unos días antes, intentaron infructuosamente hacer una revisión a los ingresos a otro notario, el número cien. Este último se defendió, recurrió a padrinazgos políticos y paró la intervención en sus oficinas.

Esto es noticia porque, aunque sabemos de muchos notarios abusan de su poder hay algunos que se han atrevido a dar fe hasta de que “los muertos firman”.
Esto no lo dice el columnista. Es un tema que, por fin, se atrevieron a tocar los diputados, y no cualquiera, lo hizo una del partido Morena. Sabe que, hoy en el poder pleno, su propuesta no irá al cesto de la basura.

Dice la información que ante el pleno del Congreso del Estado de Oaxaca, la diputada local y coordinadora de la fracción parlamentaria de Morena, Paola Gutiérrez Galindo, pidió se reforme la Ley del Notariado. Pide que los instrumentos públicos de actos jurídicos que certifican, sean en estricto cumplimiento a la ley y atendiendo a los principios de probidad.

El punto más importante de su propuesta de ley es castigo severo “contra notarios que han elaborado testimonios con fechas anteriores a las realmente celebradas, con la finalidad de simular actos jurídicos y así beneficiar al otorgante de un documento público. Incluso, dijo, se ha llegado a revivir a los muertos”.

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