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Aunque desde ayer tarde, a nombre del partido de AMLO, circulaba la invitación para festejar en plazas públicas el triunfo electoral -no daban cifras-, la verdad es que el único gran triunfador fue la ciudadanía que acudió a votar masivamente. Como nunca, la gente hacía largas filas en espera de sufragar.
Cualquiera que sea el resultado vale reconocer que el gran ganador fue la democracia. El abstencionismo fue poco menos del 30 por ciento. Admirable avance en un país, sobre todo en Oaxaca, donde apenas sufragaban entre 35 y 40 por ciento del número de empadronados. Sorprendente que ahora que nuestro estado tiene una lista de casi 2.86 millones de ciudadanos disminuya notoriamente el número de negligentes al sufragio.
Donde brinca la duda es en el “cambio” tan anhelado. Después de la guerra sucia que significaron las campañas, lo que va a surgir es un reacomodo de las élites del poder. Es la lectura que le damos a la democrática decisión que ayer mismo por la tarde-noche, tomo José Antonio Meade, al reconocer su fracaso electoral.
Imposible que, como por arte de magia, surjan nuevas formas de hacer política. Está claro que el gobierno pactó con AMLO para compartir del poder este sexenio. Esto explica que en el equipo de López Obrador haya tanto priista “arrepentido”.
Los que jugaron papel primordial en estas elecciones fueron los 15 millones de jóvenes que nacidos entre finales de los 90 y el 2000, ayer participaron por primera vez con su voto para escoger a un presidente. Se unieron a los 89 millones de mexicanos llamados a las urnas para votar 18 mil cargos públicos: Presidente de la República hasta los gobernadores, alcaldes, senadores y diputados locales y federales.
Lo que sigue
Superada la inmensidad de la guerra sucia de las campañas, volvemos al sosiego para darnos cuenta de varias cosas. Por ejemplo, aturdidos por el bombardeo de la propaganda política, no hemos reparado en los conflictos generados por una especie de recesión de la economía desde el gobierno. El pretexto era la veda electoral. A eso podemos atribuir la paralización casi total de Secretarías de Estado como la de la Mujer, la de Cultura, Asuntos Indígenas, la de Vialidad y Transporte, entre otras. Hay algunas que, de plano, perviven como verdaderas entelequias. La señora Vázquez Colmenares dejó la Seculta en la total inacción y hoy siembra lo mismo en la llamada Secretaría de la Mujer.
En medio del distractor pasaron, casi desapercibidas algunas decisiones trascendentales del Congreso del Estado. Por ejemplo, la designación de los nuevos consejeros de la Defensoría de los Derechos Humanos de Oaxaca. Desmantelaron el clan de la APPO-cartel 22 que se había apoderado de esta institución y su presupuesto pero, con el triunfo d su partido Morena, seguro vendrá otro reacomodo que les beneficie.

JUDICATURA, ADIOS
En este momento, el Congreso analiza en comisiones la inminente desaparición de otro ente irreal o mejor dicho una ficción al menos para Oaxaca donde el llamado Consejo de la Judicatura solo significa una carga para el Poder Judicial del estado y una especie de caja chica de un grupo de audaces individuos que montaron un entramado jurídico para mantenerse casi intocables.
La presidenta de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), María de las Nieves García, me comentó que con los coordinadores de las distintas fracciones partidistas en la Cámara, han coincidido en la inminente desaparición. En sus discusiones descubren que en una institución sin substancia ni política ni jurídica.
La sospecha que alertó a los diputados es la fuga de información del poder judicial, sobre todo en el tema de las investigaciones contra los corruptos, a través de la Judicatura. Por eso han decidido dar por finiquitada tal entelequia.
Me informan que han acopiado información que confirma que, desde su creación, el trabajo del consejo no ha generado ningún beneficio para el poder judicial del estado ni para la sociedad; el trabajo del consejo bien lo podrían hacer las direcciones adscritas a la presidencia del tribunal, como siempre fue.
Desde agosto pasado, en este espacio advertí sobre la ficción del Consejo de la Judicatura del estado.

Resabios
Dije que el grupo de poder político más longevo de Oaxaca que encabeza el veterano político Ericel Gómez quien ahora será diputado del Morena, se parapetaba en el Consejo de la Judicatura donde mantenía hegemonía Alfredo Lagunas ex presidente del TSJ y sobrino de Ericel,
Nucamendi (primero del PRI, luego del MC y hoy redimido en el MORENA) se resistía a la desaparición de la Judicatura.
Improductivo
Los legisladores confirman que el Consejo de la Judicatura está convertido en una entelequia. Su creación se concibió como una copia burda del Consejo Judicial español, en la época del presidente Zedillo, con la idea de que los Ministros de la Corte mexicana, no distrajeran tiempo en la atención de asuntos administrativos.
En esta tendencia de copiar todas las ideas del gobierno federal, el entonces gobernador Gabino Cué, adoptó el modelo. Lo hizo a pesar de la oposición de expertos que opinaron que el aparato burocrático del TSJ es de poca dimensión y no se justificaba. Advirtieron que sería “un ente obeso y los recursos financieros para su sostenimiento afectarían el presupuesto estatal”. Así resultó. Este ente obsoleto cuesta 26 millones de pesos del erario y cada consejero se lleva 250 mil pesos mensuales, entre salario, viáticos, pago de oficinas, asesores y secretarias. Lo peor es que no se les conoce ningún tipo de productividad.
Hubo voces dentro del mismo poder judicial que alertaron sobre el riesgo de crear “un poder dentro de otro poder”. Y así resultó. Al menos tres consejeros se resisten a ser removidos ante el cambio de sexenio. Aunque se dicen representantes del gobernador y de la legislatura ante el citado Consejo ¡no los conocen!
La que se dice representante del Ejecutivo, es Leandra Jaqueline Ortega Ramírez y el que se supone habla por los diputados es Rogelio Gabriel Morales Cervantes. Ambos, según me comentan, exigen millones de pesos para dejar el cargo. Se afianzan porque su nombramiento aún no vence en lo que no repara es que el Poder Legislativo ya decidió cancelar al Consejo de la Judicatura poderes transexenales.
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