Abstencionismo
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Nuestra sufrida ciudad es la única sometida, en calidad de rehén, desde hace 35 años por un grupo que opera con prácticas cuasi delincuenciales, conocido como cártel 22. Desde hace tantos años no hay un gobierno que los meta al orden, al contrario, les permite agredir con tanta impunidad.
Es aquí donde los habitantes sufren, como en ningún otro lado, los extremos de la perversidad política. La ruindad de los partidos políticos que se han confabulado con los capos del cartel 22 -PRI-PRD-PAN-MORENA con sus respectivos líderes y gobernantes- les han permitido alzarse como poder fáctico. Con esta fachada tienen a Oaxaca sometida, con un pie en el cuello. Hoy mismo repiten su infamia.
En Ninguna sociedad que se jacte de vivir en el orden social, permiten que una caterva de patanes, escudados en el manto de la impunidad del tabasqueño AMLO, suplan las leyes por el incendio, el motín, el ataque a la paz, el vandalismo, el amotinamiento, la asonada y todas las consecuencias de la violencia callejera.
Oaxaca padece cíclicamente las embestidas de mayo. La gente se pregunta ¿Qué esperar de estos días, vísperas de las elecciones que se avizoran más disputadas? Nada bueno. Se siente el pavor a esta especie de maldición de la partidocracia y la reacción parece ser el desprecio del abstencionismo. La poderosa Iglesia Católica ya puso las luces de alerta. En el editorial de su Semanario de la Fe, la arquidiócesis de México que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes, sostiene que 40 por ciento de los votantes se abstendrá el próximo uno de julio ¿La causa? La ruindad en las actitudes de los que manejan los partidos políticos en este país, principalmente en Oaxaca, entidad a la que mantienen sumida en el caos.
El vandalismo que en este momento volvemos a padecer los oaxaqueños, prácticamente las legalizó la fuerza política de López Obrador. Desde los tiempos en que mangoneaba el PRD hizo del cartel 22 su brazo golpeador. Lo mismo los usó para vengarse de las travesuras que le hizo Ulises en Tabasco cuando pretendía ser gobernador, que para llevar al poder a Gabino Cue. De la misma manera los manipuló para presionar a que le abriera la llave del presupuesto estatal ¿Recuerdan cuando René Bejarano abrió a patadas el privado del gobernador Gabino?
Necesitaba de los recursos públicos de Oaxaca para hacer su propio partido, el Morena. Buena parte del presupuesto gubernamental se desviaron del Montepío y de la Sedaf. Patrañas las de quien ahora diga que López Obrador es la esencia de la “honestidad valiente”.

Los “honestos”
Contrario al gran abstencionismo electoral que calcula la Iglesia Católica, es necesario que en estos momentos tan críticos de sometimiento que padecemos los oaxaqueños, votar. Es importante ir a las urnas para sufragar no con el hígado sino con el pensamiento. Informarse de la calidad moral de cada candidato.
Es necesario conocer los antecedentes de las propuestas del Morena, del PRI, del PAN, PRD. No caigamos en las engañifas con que tratan de convencer personajes impresentables como los incendiarios del cartel 22 y de la APPO, Chepi, Dante Montaño en Santa Lucía del Camino donde les descubren antecedentes penales. Benjamín Robles “Cara Sucia” con toda su parentela en pos de una diputación, Oswaldo García Jarquín partícipe del saqueo que sufrió Oaxaca en el gobierno “del cambio” de Gabino Cué, etc, etc.
En la medida en que los ciudadanos analicen el sufragio, los partidos políticos entenderán que la sociedad, está hoy, como nunca, más preparada políticamente para hacer frente al engaño y a los abusos. Sería aberrante que los oaxaqueños terminen contagiados por el emblemático “síndrome de Estocolmo”. Es decir que le den su voto a los esbirros de AMLO que tienen la ciudad en calidad de rehén, o a los corruptos que con Gabino Cué a la cabeza, nos dejaron en la ruina moral y económica.
Con un voto en contra del saqueo y los abusos, Oaxaca estaría uniéndose al combate a la corrupción, ese mal que tiene hundido a este país. Esta tarea no solo debe ser un imperativo en la agenda electoral de los candidatos a la presidencia de la República, al congreso y a la más humilde de las presidencias municipales. Debe ser también del elector y así lo debe demostrar votando por el menos peor, aunque, obvio, no hay mucha tela de donde cortar. En todos los partidos hay abanderados como el lobo depredador de Xoxo, o Fátima y su esposo Fausto en Tlacolula. Acusados de partícipes en el saqueo del siglo durante el gobierno “del cambio”, hoy la alianza PAN-PRD los hace nuevamente candidatos.

Corrupción letal
Un estudioso del tema, afirma que la corrupción es una práctica indeseable fuera de toda ética política y social y es también una enorme grieta en la economía sobre todo en Oaxaca donde el gobierno de Gabino Cué dejó un inmenso cráter fraudulento.
En nuestro país las estimaciones de expertos indican que cada año se pierden entre 1 billón y 2 billones de pesos por causa de la corrupción lo que equivale entre 5 y 10 por ciento del PIB. Es crucial su combate porque con la corrupción hay menos bienes y servicios, menos inversión y por lo tanto, menos empleos menos infraestructura, más pobres y menos seguridad. La corrupción reduce las posibilidades de desarrollo, beneficiar a unos cuantos en perjuicio de muchos y tratándose de seguridad pública y protección civil también mata.
Paradójico que el candidato AMLO juega en esta contienda aliado con el cartel 22 la organización magisterial que, en 35 años de “movimiento democrático” ha causado que niños y jóvenes de Oaxaca, hayan perdido, al menos, tres años de estudio con tantas huelgas escolares.
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