Luto con chirimía
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Luto con chirimía

 


Para levantar el ánimo de los oaxaqueños se organizó un Homenaje Racial para que vinieran del interior del estado a rendir tributo a la ciudad de Oaxaca.
… una grande y solemne fiesta popular oaxaqueña. Fiesta de luz, fiesta de color, fiesta de fraternidad y regocijo que con el nombre de Homenaje Racial, se celebraría en la tarde del 25 de abril de 1932. El Mercurio, 20 de diciembre de 1931.
El 14 de enero de 1931, alrededor de las 20 horas, un terremoto de 7.8 grados, que duró tres minutos y 10 segundos, provocó una tragedia en la ciudad de Oaxaca.
Por las limitantes de aquellos años no se tiene registrado un número determinado de víctimas ni de construcciones afectadas. Se conocen versiones de 10 mil muertos por referencias de quienes sobrevivieron el gran temblor que tuvo su epicentro en la zona de los Loxicha.
La tragedia, también causó hambruna, cólera, miseria y la consecuente migración de muchos oaxaqueños, especialmente al Distrito Federal.
Para levantar el ánimo de los oaxaqueños se organizó un Homenaje Racial para que vinieran del interior del estado a rendir tributo a la ciudad de Oaxaca.
Hoy sufrimos nuevamente destrucción del centro histórico, patrimonio cultural de la humanidad y de otras ciudades del interior del estado. Padecemos crisis económica, falta de autoridad, falta de liderazgo y desánimo y nuevamente invocamos la presencia de las ocho regiones del estado, en el Lunes del Cerro, para que nos ayuden a levantarnos una vez más.
Lo positivo: en este momento, 9 de junio de 2018, en que los oaxaqueños atravesamos por una crisis económica crónica, provocada por una casta divina, privilegiada y apoyada; en un intento de salvación, debemos invocar a nuestros abuelos que, en 1932 sentaron las bases de lo debe ser el estado de Oaxaca.
Este es el origen: … una grande y solemne fiesta popular, oaxaqueña. Fiesta de luz, fiesta de color, fiesta de fraternidad y regocijo que con el nombre de Homenaje Racial, que se celebraría en la tarde del 25 de abril de 1932. El Mercurio, 20 de diciembre de 1931.

Hasta esta fecha, 25 de abril de 1932, no participaba ninguna delegación.
Rosas Solaegui, 1978, p. 107, cuenta que: “Era una fiesta casera, sin que tomara parte en ella, ninguna otra región del estado, más que los habitantes de su capital y sus pueblitos o agencias aledaños. No había turismo exprofeso y menos extranjero; venían eso si muchos oaxaqueños residenciados en la capital del país y en otros lugares de la República a gozar con sus dos lunes.
“La fiesta era en la tarde y no en la mañana, pero desde temprana hora, muchas familias especialmente de la clase media, desde las siete emprendían la marcha para el Fortín, a pie, llevando viandas para almorzar a la usanza de nuestros antepasados, como atole de granillo, chocolate de agua o de leche, tamales de mole, de frijol, de dulce, y de chepil con su salcita con gusanitos de maguey; ricas tortillas “clayudas” embarradas de asiento, sin faltar los chapulines, las hojaldritas y las tortitas tostadas de harina cafecita, que tanto se han escaseado hoy en día. Se desayunaba en pleno campo”.
Asistieron por primera vez a rendir homenaje a Oaxaca, con lo más simbólico y significativamente representadas, vistiendo sus mejores galas, con sus atributos más preciados y más genuinos, en son de espléndido agasajo, llevando cada región regalos y homenaje para ofrecerlos a Oaxaca, la perla del Sur, que vive su vida típica y generosa, las siguientes siete regiones del estado, 1.- Región Mixe, 2.- La Sierra, 3.- La Costa, 4.- El Valle, 5.- La Mixteca, 6.- La Cañada y 7.- El Istmo. Iturribarría, 1992, p. 243 – 245. En representación de Oaxaca, recibió el homenaje la Señorita Oaxaca, Margarita Santaella.
Estas siete regiones llegaron presididas, cada una, por dos ancianos venerables que portaban, entre ambos, el bastón con lazos azules, símbolo de la autoridad suprema de su región. Frente a la Señorita Oaxaca entregaron su bastón de mando. El emblema de la suprema aspiración de cada región fue el silabario.
Los mixes, el más alto símbolo de la libertad. Estos indios jamás tuvieron en sus pies el grillete ni llevaban sobre sus espaldas la seña infame de la esclavitud. Trajeron matas de café, begonias, helechos a profusión y canastos de fruta.
Para preparar la fiesta se nombró un Comité Organizador de los Festejos del IV Centenario que estuvo integrado por: Lic. Francisco López Cortés, León Olivera, Policarpo T. Sánchez, Demetrio Bolaños Cacho, Lic. Heliodoro Díaz Quintas, Sr. Lauro CandianiCajiga, Sr. Demetrio Granja, Dr. Manuel Canseco Landero, Luis A. Herrera, Manuel Sainz, Dr. Alberto Vargas, Manuel Sodi, Alberto Dordelly, Guillermo ReimersFenochio, Zeferino Diego Aguirre, Gabriel I. Carsolio, Lic. Constantino Esteva, Daniel Vargas, Prof. Guillermo Bonilla S., Prof. Gustavo B. Mendoza y Pro. Raúl Fuentes Calvo. Sociedad Folklórica Oaxaqueña 1958, p. 18-19.
Este Comité tuvo sus oficinas en los bajos del Teatro Mier y Terán y se reunió por primera vez en el Palacio Municipal, el 14 de noviembre de 1931.
El Comité fue asesorado por los artistas oaxaqueños: Alfredo Canseco Feraud, Fernando Ramírez de Aguilar (Jacobo Dalevuelta), Carlos González, Guillermo Rosas Solaegui (hermano de doña Arcelia Yañíz) y otros. Sociedad Folklórica Oaxaqueña 1958, p. 18-19.
Probablemente esta fiesta amable no se perderá en el devenir de los años, nos dice Carlos Filio, 1935, p. 154, porque los oaxaqueños sabemos defender las costumbres del pasado, cultivar con cariñoso empeño la herencia de bondad y de alegría, que es el encanto del recuerdo de los que ya vamos siendo viejos.