La final sería entre Anaya y AMLO
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La final sería entre Anaya y AMLO

 


La caricatura que representan los políticos mexicanos es tan triste que lejos de provocar risa, dejan un dejo de tristeza y poca esperanza en la ciudadanía, no es posible que a estas alturas del proceso electoral 2018 sigan cambiando candidatos.
Creo que, si fuera para bien, sería bueno el cambio, el problema es que sólo están demostrando las coaliciones: debilidad y falta de apoyo entre sus mismos militantes, además de que todos pareces infantes con sonajas, que agitan para llamar la atención con movimientos desbocados y torpes, y cuando el niño de enfrente hace lo mismo y llama más la atención, el otro llora y se emberrincha. Así actúan nuestros candidatos.
Las impugnaciones están al día, Miguel Ángel Mancera y Napoleón González Urrutia son sólo dos personajes nada queridos y con mínima aceptación que encabezan listas de candidaturas plurinominales de diferentes coaliciones, que a final de cuentas sólo demuestran el hambre de poder que tienen, la decisión está en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, decidirá si pasan o no pasan.
Todo parece indicar que los candidatos tendrán que unir fuerzas entre ellos para llegar a la presidencia, acto que, al menos yo, consideraría una farsa, porque no les interesa el proyecto de país, sacar a México del rezago educativo, político, económico y social. Realmente lo que les importa es satisfacer sus propios intereses y pagar los apoyos que les han otorgado los grupos de poder políticos y económicos que están detrás de ellos.
Tenemos un país que tiene muchos recursos, personas muy trabajadoras y que, aun viviendo en condiciones agrestes, sale adelante. Es de reconocer la actitud del mexicano que, pese a estar en un territorio hostil, busca siempre la algarabía y sobrellevar la miseria económica, social y política.
Estamos en un país en donde es más importante hacerle memes a un presidente como Enrique Peña Nieto que resultó ser un patiño para todos, pero uno malvado que con malas políticas ha llevado al abismo al país, claro, seamos francos los últimos presidentes han pasado a la historia por sus escándalos de corrupción y no por sus atinos políticos.
El hecho de que los cuatro candidatos a la presidencia se ataquen públicamente, sin proponer realmente una solución, crea una incertidumbre en los votantes, es cierto que Andrés Manuel López Obrador ha ganado mucha aceptación en los jóvenes que no tienen interés en la historia y que fácilmente son manipulables con los medios, pero lo que representa AMLO es a un grupo heterogéneo de poder que bien podría ser bueno pero también muy malo, hay muchos reciclados en su proyecto político y no han sido personas que tengan buena reputación y que hayan hecho buen trabajo cuando fueron funcionarios públicos.
Morena representa los extremos, corrupción demostrada de muchos de sus nuevos “afiliados”, personas que nunca han estado en la administración pública y que quizá tengan buenas intenciones, a final de cuentas, es un reto unir a polos opuestos, pero el negociar con todos “buenos” y “malos”, también traerá consecuencias.
Meade, no levanta ni suspiros ni enojos, entonces reconozcamos que es un candidato débil y rodeado de una corona de corrupción y una falta de identidad política por lo que lo hace candidato, pero a la declinación en favor de Anaya, para que al final la elección quede sólo entre dos candidatos.
Aquí, lo importante es dejar su circo y ponerse a trabajar, de verdad si dejaran de robarse los recursos y ejercieran los presupuestos en los que fueron etiquetados, muchas cosas cambiarían, se deben generar empleos y dejar de hacer más ricos a los funcionarios que arañan las arcas públicas, para vivir decorosamente, el proyecto de país debe incluir a los más de 53 millones de mexicanos que viven en pobreza y trabajar por que el 52.3% de niños que viven en la miseria tengan un mejor futuro.
Reducir la inseguridad que vivimos día a día, todo queda impune en esta administración, porque estamos rebasados por la delincuencia, pero qué esperamos si las cabezas que dirigen la política de este país son las primeras en generar corrupción.
El próximo panorama político podría ser una burla a la democracia, pero, en fin, el hambre de poder obliga a las personas a denigrarse y aceptar sin problemas, uniones con los que presuntamente eran sus enemigos, todo es una caricatura, la presidencia se define en los altos círculos de poder y no en las urnas.
@fuaper