Los nuevos activos de Meade
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De Frente y de Perfil

Los nuevos activos de Meade

 


Con tendencia efectista, previo al primer debate, fue considerada la adhesión del gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, hacia el candidato José Antonio Meade.

Aureoles, un perredista, que llegó a gobernar Michoacán con el respaldo priista, regresó de esa forma el favor otorgado hace tres años.

La intención fue notoria, aunque fue el mismo gobernante el que anunció su intención de sumar su respaldo al candidato del PRI, quedó claro que se buscó robustecer a un candidato, que hasta antes del debate, no encendía emociones y no pasaba del nicho cercano a los 20 puntos porcentuales en todo tipo de encuestas y sondeos.

De esa manera se redondeaba la mejor semana que podría tener el ex secretario de Hacienda desde que el PRI decidió postularlo como su candidato presidencial.

El puntero de la contienda fue sacudido desde diversos puntos, mediante las declaraciones de Carlos Slim, después con la contratación de una avioneta y más adelante con la cancelación de la mesa de discusión (por parte de los empresarios) sobre el tema del aeropuerto.

Así mientras el puntero era bombardeado, el tercero en discordia sumaba adhesiones: primero la de Armando Ríos Piter y después la de Silvano Aureoles.

Coincide que los dos sumados aspiraron a ser, sin éxito, candidatos presidenciales y que su procedencia de militancia es la misma, el Partido de la Revolución Democrática que se encuentra en un frente opositor, apoyando al candidato del PAN, Ricardo Anaya Cortes.

Hay quienes advierten que el éxodo de Aureoles Conejo en sus preferencias electorales es solamente el inicio de lo que se avecina, ya que son varios los gobernantes que no acaban de aceptar la candidatura del “Joven Maravilla”.

Los priistas esperan seguir sumando fuerzas, aunque, tal vez, no les alcance para concretar sus aspiraciones de ganar los comicios presidenciales.

Sin embargo, este tipo de adhesiones dan cuenta de una mayor competencia y que, posiblemente, la elección todavía no esté decida.

La suma de Ríos Piter y de Aureoles Conejo no significan más que un puñado de votos para la cuenta de José Antonio Meade, los que, más que nada, serán escatimados para el Frente formado por PAN, PRD y MC, pero no para el abanderado de la colación “Juntos Haremos Historia”.

Ríos Piter es un experredista que rompió cercanía con López Obrador desde que este se fue del PRD y formó su propio partido, aunque el guerrerense al poco tiempo se separó del PRD, para convertirse en senador independiente y de esa manera buscó la candidatura presidencial por la vía independiente.

La historia del ahora sumado a la candidatura de Meade Kuribreña no es distinta a la de Margarita Zavala o Jaime Heliodoro Rodríguez, ya que los tres incurrieron en una serie de errores que los llevaron a presentar firmas no aceptadas por el INE.

Zavala y Rodríguez Calderón pasaron la prueba, la primera aprobada por el INE y el segundo por el TRIFE, con todo y que desecharon un importante número de las firmas presentadas y se comprobó que fueron duplicadas.

En el caso de Ríos Piter no corrió con la misma suerte, aunque en la mente colectiva de los ciudadanos quedó el recuerdo de que los tres incurrieron en trampas para conseguir el propósito que dos de ellos alcanzaron y el tercero no.

Claro que para la suma de los activos de Ríos Piter al candidato presidencial del PRI tuvo mucho efecto la intervención de los dos principales Tlatoanis itamitas, Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores y Ernesto Cordero, presidente del Senado de la República.

En lo que respecta a Silvano y su súbita decisión de apoyar al candidato presidencial del PRI y que puede tener efectos de expulsión de su partido (PRD), hay que considerar que el hoy gobernante compitió por el gobierno michoacano una primera vez y quedó en tercer lugar, superado por el ganador Fausto Vallejo Figueroa y Luisa María

Calderón Hinojosa y en su segundo intento, rebasó al candidato priista José Ascensión Orihuela y a la misma Luisa María Calderón.

Claro que antes de eso, Silvano fue uno de los principales protagonistas de su partido para la firma del Pacto por México y al poco tiempo se vio electo como presidente de la Cámara de Diputados, desde donde dio el salto a la candidatura al gobierno de Michoacán.

Desde la gubernatura, Silvano pretendió ser el candidato presidencial del partido del sol azteca, ya que consideró que las cartas de ese organismo político eran sumamente débiles.

Eran él y Graco Luis Ramírez (gobernador de Morelos), ya que como no militante perredista, Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno de la CDMX, era soslayado por ambos.

Sin embargo, Mancera ya había penetrado al PRD y movía sus alfiles que situaron en la realidad tanto a Silvano como a Graco, ya que no llegaban, entre ambos, al diez por ciento de las simpatías.

Decidieron renunciar a sus aspiraciones como lo hubo de hacer Mancera al poco tiempo, cuando advirtió que el Frente por México se podría conformar, pero con un candidato panista, el que ya estaba decidido sería el entonces presidente del partido, Ricardo Anaya Cortes.

Por ello, Aureoles decidió concentrarse en gobernar Michoacán, donde los ciudadanos le reclaman el mal gobierno que ejerce, el crecimiento de la delincuencia, la violencia imperante, en la que han estado inmersos varios de los candidatos a cargos de elección popular, pero más la vanidad de Silvano, quien de pronto se convirtió en un político engreído y hasta, supuestamente, atractivo.

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