Caso Edward: ¿Justicia y gracia?
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Opinión

De Paradojas y Utopías

Caso Edward: ¿Justicia y gracia?

 


1).- La vocación ante todo

Perdón por escribir en primera persona. Ni médico ni abogado. Ni ministerio público ni juez de control. Admiro y respeto a quienes han hecho auto de fe del Juramento Hipocrático y deploro de los mercachifles de la medicina. Los hay también en otros oficios y profesiones. La carrera necesita vocación. Es un verdadero apostolado. Una de las profesiones más difíciles en su formación. La especialización es –se dice- una labor titánica. No obstante la habilidad y profundo conocimiento del cuerpo humano, hasta las eminencias se equivocan. Hay verdaderos tratados de errores médicos, desde la antigüedad hasta nuestros días. M. Foucault aborda en sus “Obras Completas” –“La vida de los hombres infames”- muchos de ellos. “Luchar contra el dolor, luchar contra la muerte”, decía el poema de Benavente, no siempre estará exento de yerros.

2).- El lado humano o económico
La inmediatez y los latigazos de la modernidad –y eso nadie lo duda- han hecho perder en la medicina el lado humano. Es evidente, los hospitales privados –y aún los públicos- no son casas de beneficencia. Son también negocios, con diferente etiqueta. Y reconocidos especialistas tienen que transitar de la medicina pública a la privada. Dan tequio prácticamente con un salario modesto en los SSO, IMSS o ISSSTE. Y atienden –a veces malhumorados, a cientos de pacientes-. Terminan exhaustos, obviamente. Y lo compensan con sus servicios en instituciones privadas. Y los hay verdaderamente exitosos. Crean fundaciones –como es el caso del anestesiólogo Luis Alberto, me han comentado- y restituyen a la sociedad, sobre todo a los más necesitados, algo de lo que han obtenido en su lucha diaria, mal remunerada en unos, pero bien remunerada en otros.

3).- El affaire Edward y sus efectos
El caso Edward L., de 3 años de edad, fue un hecho desafortunado. Con una fractura en el brazo izquierdo, ese día de noviembre de 2017, su suerte estaba echada. Alea iactaest dijo Julio César al atravesar El Rubicón. Ni siquiera lo fumaron en el Hospital Civil. Médicos, enfermeras y trabajadores estaban en paro. Más de allá del legítimo derecho de los trabajadores a manifestarse, también es una irresponsabilidad. Es jugar con la vida de los ciudadanos. En el hospital privado lo atendieron y después de una operación, horas después entregaron a sus padres un cadáver. ¿Negligencia médica?, que la hay y en seis años la DDHPO ha documentado 76 casos. (Noticias, 10 de abril, p.1). ¿Dolo eventual? Hay dudas razonables, misterio y muchos cabos sueltos. Traumatólogo detenido el 2 de abril y anestesióloga prófuga –o con amparo en la bolsa- han sido motivo de un circo mediático, aunque han tenido en su favor la presunción de inocencia. El mitote callejero se volcó amparado en un prejuicio: “la penalización de la medicina”. Y más en los soporíferos discursos legislativos y la intromisión del titular de la SSA, José Narro.

4).- Estado de Derecho o estado de excepción
El médico, pese al humanismo de su profesión -como otras carreras- no está ni por encima ni más allá de la norma. El perfil profesional no lo exime de ser detenido, vinculado a proceso y juzgado. Es un ciudadano más. Es susceptible de responsabilidades como cualquiera. No es un ente de excepción. De ser así, habría que quitar del Código Penal lo referente a negligencia médica y eliminar las Comisiones de Arbitraje Médico. El affaire Edward llevó a una polarización social. La Fiscalía General presentó pruebas irrefutables: Videos, la presunta manipulación del expediente, la muerte por “bronco aspiración”, la huella de lidocaína. Pero fueron desestimadas al liberar al médico Luis Alberto. Lo anterior sienta un pésimo precedente en el sistema de justicia: la ley se tuerce con marchas y paros; con presiones y amenazas. Es la responsabilidad profesional lo que está en juego y el marco constitucional. Intromisión de sindicatos, paralización de los servicios, emplazamientos. La impunidad –y la inmunidad- campea. Y en el binomio médico-paciente, es el último quien saca la peor parte. Si no hubo dolo eventual tendrá que demostrarse ahora en los tribunales, no en la calle. Estamos hartos de chantaje. Y nos estamos viendo una vez más como enemigos. ¿Cuántos más tendrán que morir, sin que se finquen responsabilidades penales?

BREVES LA GRILLA LOCAL:
-Ayer estuvo en Puerto Escondido, el candidato de la coalición “Todos por México”, José Antonio Meade. Encabezó una caminata y un mitin. Hizo importantes anuncios. Se dio cita la clase política priista. Los que van y los que se quedaron, además de algunos oportunistas, trapecistas y trepadores. Se estrenaron en la organización el presidente del CDE del PRI, Jorge González y el coordinador de la campaña, AAA.

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