Oaxaca tiene mujer gurú
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Oaxaca tiene mujer gurú

 


Una mujer oaxaqueña, la doctora Lucía Cordero Ruiz, quien ha dedicado su vida a procurar salud y bienestar a las personas a través de la medicina holística, se convirtió desde ayer en la primera mujer gurú dentro de la amplia Red Cultural para la Fraternidad Humana, que tiene presencia en diferentes partes del mundo. Se trata de un hecho trascendente porque esa posibilidad estaba reservada exclusivamente a los varones y con ella se rompe el esquema tradicional al reconocérsele el trabajo realizado a favor de la humanidad.

Junto con ella fueron honorificados en niveles menores otros oaxaqueños, quienes también están poniendo su esfuerzo en el campo del desarrollo humano y la espiritualidad, promoviendo la práctica de ejercicios sicofísicos, el yoga y otras disciplinas que cada vez atraen el interés de la sociedad, así como conferencias, talleres y diplomados.

La doctora Lucy, como es conocida en el medio oaxaqueño y fuera de él, es una mujer de un gran corazón que tiende la mano para servir en lo que puede a quien se le acerca. Es de familia oaxaqueña, egresada de la Facultad de Medicina y Obstetricia de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; hizo la especialidad en Medicina Tradicional China en Beijing y ha promovido desde la década de los ochenta la formación de terapeutas holísticos tanto en Oaxaca como en el interior del país, que ahora suman ya unos mil, a través del Centro Internacional de Capacitación en Salud Holística fundado por ella.

Mujer visionaria, inquieta y combativa en el ámbito cultural y la medicina, no ha desaprovechado espacio alguno para difundir valores humanos y espirituales a partir de sus propias vivencias desde que conoció a la Gran Fraternidad Universal (GFU) en sus primeros años de existencia y más aún cuando contactó a un gran maestro espiritual, el doctor José Manuel Estrada Vázquez, leal seguidor del fundador de esta organización a nivel mundial, el sabio francés doctor Serge Raynaud de la Ferriere.

Alternando sus actividades en la GFU, cátedra y consulta ha construido una trayectoria plena de experiencias que le es reconocida ahora por la Red Cultural y la Suprema Orden del Aquarius. Lo trascendente en el caso de la doctora Lucía Cordero es que se convierte en la primera mujer mexicana que alcanza este grado a nivel continental dentro de la orden referida.

Ella es uno de los principales pilares que tiene esta organización en Oaxaca desde 1975, en que la GFU retomó sus actividades iniciadas en 1963 cuando las primeras clases de yoga se impartían en un viejo edificio del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, ubicado en la calle de Macedonio Alcalá, esquina con la de Mariano Matamoros, trabajando siempre por la salud y la elevación de conciencia de las personas, motivando a mujeres y hombres de todas las edades al conocimiento interior para trascender en la vida. Seguramente su labor se ampliará y abarcará otros ámbitos con la distinción a la que sido objeto, pero con este hecho queda el testimonio de lo que es capaz una mujer en la conquista de nuevos espacios para servir a los demás.

El gurú Carlos Moisés García, en una de sus recientes visitas a la capital explicaba que un gurú es una persona que ha vivido la vida intensamente y que en su madurez comparte lo que ha asimilado; ayuda a los demás con una perspectiva que se fundamenta en la no violencia y en el crecimiento personal y transpersonal, sin estar amparado en ninguna doctrina, en ningún sistema de creencias. Otro maestro, Javier Eugenio Ferrara Rivero, señala que la Red GFU está impulsando y construyendo un nuevo estado de conciencia sin caer en extremismos ni fanatismos, menos en escepticismos.

Oaxaca crece con esta distinción en una etapa de crisis de valores humanos y espirituales, que no están lejanos ni perdidos, están a nuestro alcance.