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¡Que conste.... los olvidados!

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Sin duda los años nos van cobrando en lo físico, a lo mejor, en muchos casos ,es mucho lo que vamos acumulando en experiencia, en sueños, en alegrías, ensueños, derrotas, construcciones y destrucciones, en buenos alimentos y grandes borracheras, en las alegrías o en las crudas y creo que todos los mexicanos somos, de una u otra forma, soñadores, tal como decía Chava Flores, en que sueñas mexicano, en sacarte la lotería, en tener a la mujer o al hombre más guapo, serio, enamorado, rico, talentoso y que no existan problemas, que los gobernantes y los gobiernos sean sencillos, sanos, honestos, y en esos sueños, cuando despertamos y vemos que no sacamos ni reintegro en la lotería, que nuestra pareja es un demonio o un ser perdido, cuando no entendemos cuándo se perdió el amor o cuando llego la vejez y el achaque de los años, es cuando nos indignamos y protestamos y reclamamos para darnos cuenta que nadie nos hace caso, porque nada hicimos para cambiar las cosas, las nuestras y las que reclaman el esfuerzo de todos para el beneficio de todos y no de unos cuántos, nos damos cuenta de que no queremos a los gobernantes y a los gobiernos, que nos despertamos y vemos que son iguales a los del resto, y nosotros que teníamos la esperanza y el sueño, pues nos vamos mucho más allá del ranchito de AMLO, a lo mejor lo vemos de pasada, no sé, y a lo mejor no quisiera que eso sucediera, pero así es la vida. Se desgasta como se desgastan los zapatos a cada paso y a cada instante, nos dice que solo debemos ver el presente y no hacemos caso, somos nostálgicos del pasado y poco sabemos de él, y buscamos en futuro para darnos de frentazos y saber que no compramos boleto de lotería, y que el número que soñamos salió premiado y ni modo, ¡lástima Margarito! otra desilusión, llena de recuerdos y de nostalgias y sabemos que ya no somos lo mismo, el cuerpo nos duele, nos sube la presión o nos baja, tenemos más para comer y ya no podemos hacerlo porque se aumenta el colesterol y se aumenta el corazón, no de amor, sino de vejez, y se salen los pedos en la noche y se escuchan las protestas de los jóvenes y te duele el alma y el corazón y creemos que se nos acaba el tiempo, y eso es lo real, se nos acaba, y para colmo, casi me atropello a mí mismo al tratar de guardar el carro y abrir la puerta y se viene fuerte y me lanzo a un lado y de puro milagro o de ganas de vivir, no pasa, y es cuando te das cuenta de que estas viejo o estás envejeciendo y ya no puedes tomar café, ni un trago, ni el chocolate con agua, ni el filete de carne roja o el suculento taco de carnitas o de barbacoa, no hay duda, se viene el tiempo y contra él, no hay nada que lo pueda detener, salvo, a lo mejor, la muerte…

A lo largo de mis años, 73, he tenido muchos tiempos donde en instantes puedes ver que te llega la muerte, unos más y otros menos, no sé si se lo permitirán muchos, por ejemplo, en el 66 vi varios y serios enfrentamientos armados, y uno en medio, y en el 68, la lucha y los días sin dormir, y la brutalidad de los policías y soldados para despojarnos de nuestras escuelas y llegar a Tlatelolco para saber, al final del día, que nos traicionaron los que fueron a “negociar” con los agentes del poder: Jorge de la Vega y Andrés Caso, que solamente nos llevaron al matadero sabiendo que algunos tenían acuerdos en lo oscurito con los dueños del poder, y ahí, nos masacraron, y de milagro nos salvamos, en Lecumberri y en la montaña y en otros lados la vida me sonreía y no dejaba de tenerme parado y fresco, no era ni mi raya, ni mi turno de entregar la salea ni legar al hoyo, y todo ha sido luchar y trabajar, en serio trabajar de sol a sol, aún ahora con estos años encima y mis cuitas y dolores y mis temores y amores. No sé si escribir algo sobre este tema, no lo sé, es lo personal, lo mío de nadie más, pero ahora me sé que los años pesan como dice la canción, pesan en las piernas, en el pecho, en el alma, en la espalda, pesan de verdad, como si cargara uno algo mucho más pesado de lo que cargas de costumbre y sabes que tienes que seguir, total, si no moriste en ese instante cuando se vino el carro en la bajada de la casa y lo detiene el árbol y me veo parado, y hago una reflexión, y si no hubiera tenido la fuerza de moverme o me hubiera apendejado, seguramente estaría debajo del vehículo, y a lo mejor, era el último día de mi vida, pero no, estoy aquí, a lo mejor con los achaques y la adrenalina después de lo pasado y me duele la boca del estómago, y el pecho y la espalda y pasan las horas y llegan las madrugadas y los grillos y el ojo pelón, pero con ganas de escribir y de decir: Gracias, estoy vivo, y el pinche carro pues ya se mandó a arreglar y ya, pesos más o menos que no se tienen pero ya saldremos del adeudo porque podemos decir que estamos vivos y damos gracias por eso.

Y puedo decir que estamos cansados de los gobiernos, de los partidos, de las luchas, donde al final nos roban o nos engañan o nos asesinan, y estamos cansado de ver la pobreza y las angustias de los más y de los derroches de los privilegiados que ni siquiera han hecho nada para tenerlo todo, o porque, al final, se lo robaron a los demás, sí en serio, cuando me enfrasco con mis compañeros de medios a pensar en los tiempos políticos, en los políticos, en las jugadas, en las perversidades, como que se nos va el tiempo, pero no solucionamos nada, ni influimos en los demás, las pasiones están desbordadas y el hartazgo es tal que el encabronamiento ciega la vista y hace que los motores del estómago y la visceralidad, sean los que sean, escurran hasta el grado de anunciar más muertes y confrontaciones, más luchas entre jodidos, los ricos se van a sus paraísos fiscales y de allá ven las matazones de pobres contra pobres, miembros de unos grupos contra otros, pero al final, de la misma jodidez, y los dirigentes y los amos del poder riendo y esperando a que las aguas se calmen para llegar al saqueo y a la explotación y a seguirnos chingando…. y yo, cada día más cercano a la muerte por el paso de los años…así es la vida y así se acerca uno a la muerte de la que no escapamos…pero ¿vienen tiempos mejores?, a lo mejor, pero a lo mejor no comparamos boleto de lotería, cuando sueñas mexicano…