Chantaje de grupo; daño colectivo
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Opinión

Editorial

Chantaje de grupo; daño colectivo

 


Mucho hemos insistido en el tema y en la urgencia de que el gobierno actúe. Sin embargo, nadie lo hace. Nos referimos al sobado método del chantaje a que recurren maestros, organizaciones y grupos sociales, transportistas, comuneros y demás, para que el gobierno les instale una mesa de diálogo y ahí les autoricen recursos millonarios a fondo perdido. La semana pasada, como muchas en lo que va del año, la principal amenaza provino de la Sección 22 –también llamado Cártel-22- cuya estrategia es intimidar a la sociedad. Con dos o tres días de anticipación anunciaron que empezarían “su jornada de lucha”, en contra de “la evaluación punitiva”. Sólo a un imbécil se le ocurre denominar “punitivo” a un requisito indispensable en materia educativa, para que los normalistas que egresan de las normales puedan acceder a una plaza docente. Saben los dirigentes –o más bien capos- del Cártel-22 que la autorización de plazas ya no está en la cancha del gobierno estatal, como antaño, cuando dicho gremio tenía el control absoluto del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO). Es la Secretaría de Educación Pública (SEP), la que a nivel federal define los criterios, tiempos, presupuesto y demás para las plazas de nueva creación. A sabiendas de ello, hay tercos, obcecados y animales, que insisten en el tema.
Luego fueron otras organizaciones como “Sol rojo”, el Movimiento de Unificación de la Lucha Triqui (MULT), el Frente Popular Revolucionario (FPR) y, obviamente, la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO), los que el lunes de la semana pasada nos hicieron vivir un infierno de bloqueos y amenazas a la paz pública. La mendicidad ha llegado a nivel tales como el amago que hicieran hace poco más de una semana en las oficinas de EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, un grupo cercano a los sesenta sujetos, encabezados por Gabriel Hernández, dirigente estatal de “Antorcha Campesina”, pues en este mismo espacio editorial dimos a conocer que una de las causas de sus movilizaciones era porque estaba exigiendo al gobierno de Alejandro Murat, la friolera de doscientos millones de pesos. Obvio, a Hernández y secuaces les dolió la balconeada, habida cuenta de que ni son tiempos estar mendingado recursos ni, mucho menos, la actual administración está en bonanza para darle a cualquier hijo de vecino, sin representación de nadie, millones de pesos a fondo perdido.

Empezó la zozobra

La primera lluvia que se abatió, previo el arribo de la primavera, el pasado jueves 15 de marzo, sobre la ciudad de Oaxaca y los Valles Centrales, generó daños y congestionamiento vial. También la Coordinación Estatal de Protección Civil (UEPC), advirtió sobre deslaves y derrumbes en la Sierra Norte. En ciertas zonas de la capital cayó una brutal granizada, generando daños inesperados. Esta situación ha puesto en alerta tanto a los organismos de socorro como al mismo gobierno estatal. Aún están frescas en la memoria colectiva las gravísimas afectaciones que dejaron en Oaxaca las intensas lluvias el año pasado, sobre todo los efectos de las tormentas “Beatriz”, “Calvin” y “Ramón”. Existen aún decenas de tramos carreteros en los que la mano oficial no ha entrado y persisten los daños desde hace al menos un año. En la temporada de lluvias de 2017, Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO), estimó afectaciones en cerca de 500 tramos carreteros y cuya reparación implicaba una inversión de 2 mil 500 millones de pesos. El magro presupuesto que dejó la anterior administración, no alcanzaba ni para el inicio de los trabajos. Existe una secuela de daños que, pese a la buena voluntad gubernamental, están resintiendo los efectos de las lluvias recientes.

Es tiempo pues que la dependencia responsable del drenaje y el alcantarillado de la capital oaxaqueña, el Sistema de Agua Potable (SAPAO), inicie el desazolve de algunas calles y avenidas, cuyas alcantarillas, año con año, temporada tras temporada, se llenan de basura, por personas sin escrúpulos que las ocupan de depósitos. En los mercados la situación se exacerba y acentúa. Todo ello, aunado a las lluvias torrenciales a las que no estábamos acostumbrados, generan una situación de caos y zozobra ciudadana. Si a ello se agrega la falta de una cultura de protección civil o de qué hacer en casos de siniestro, el panorama se complica. Lo importante es que todos tenemos que estar alertas de los avisos de la UEPC y de las autoridades respecto a la situación de lluvias y tormentas. Aún viene la época de sequía y su secuela de racionamiento de agua potable e inclusive, de falta del vital líquido. Las centenas de colonias populares que rodean a Oaxaca de Juárez viven un infierno cada temporada. Muchas de ellas lo padecen no sólo en época de sequía, sino todo el año. He ahí la importancia de que esta administración plantee un nuevo proyecto hidráulico, ya que el de “Paso Ancho”, simplemente pasó a la historia.