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Opinión

Editorial

¿Hasta cuando?

 


Pasa el tiempo y la construcción de las carreteras al Istmo y la Costa no se reanudan, con lo cual se pospone la realización de los dos grandes proyectos carreteros en el estado y por consecuencia el desarrollo económico de Oaxaca. Sin duda hay frustración porque no se ha logrado avanzar y es muy complicado asegurar que se puedan concluir este año.

Las dos autopistas son fundamentales para acelerar el progreso y desarrollo de los oaxaqueños, tanto para detonar los destinos turísticos del Istmo de Tehuantepec y la Costa, como para comunicar a más comunidades. Solo habrá desarrollo en la medida en que la conectividad entre los mercados y los destinos turísticos sea eficiente. Oaxaca lo tiene todo, hay que ponerse a trabajar y conseguir las derramas económicas que se requieren para salir adelante.

Ambos proyectos constituyen una de las principales demandas de los oaxaqueños, toda vez que detonarán el desarrollo social y económico del estado, agilizarán el traslado de personas y mercancías desde la capital oaxaqueña. La construcción de la autopista Oaxaca-Puerto Escondido en el tramo Barranca Larga- Ventanilla, tipo A-2 de altas especificaciones de 104.2 kilómetros, se debió concluir en julio de 2015.

Además de reducir los costos de operación del transporte federal para contribuir al desarrollo económico de la Costa de Oaxaca, se busca ofrecer una mejor comunicación con la Costa, impulsar el desarrollo turístico de la entidad y mejorar la seguridad para los usuarios de la vía.
Mientras que la autopista que va de Oaxaca al Istmo, había el compromiso de concluirla en diciembre de 2015, a través del esquema de PPS. El objetivo es ofrecer una mejor comunicación con la región del Istmo de Tehuantepec y los estados vecinos de Chiapas y Veracruz, además de ofrecer un mejor acceso a la zona Mixe, impulsando el desarrollo turístico de la entidad.

Hoy el reto es reiniciar los trabajos y sumar esfuerzos entre los tres órdenes de gobierno para impulsar el desarrollo, la capitalización y modernización de las micro, pequeñas y medianas empresas, toda vez que este importante sector constituye la columna vertebral del aparato productivo de Oaxaca, donde los ejes carreteros son esenciales.

Garantizar seguridad

Disminuir los índices de inseguridad no solo pasa por frenar los delitos cotidianos como son los robos a transeúntes, a casas habitación, a empresas y comercios, también demanda firmeza y estrecha coordinación con la Federación en la lucha contra la delincuencia organizada que poco a poco se ha acentuado.

Oaxaca como otras entidades del país requiere de más y mejores resultados, de contundencia en cada una de ellas para empezar a devolverle la seguridad que tanto exige. En la medida en que se recupere el principio de autoridad y se restablezca el Estado de derecho se podrá caminar en la ruta correcta, pues hasta ahora, tanto impunidad y la corrupción de quienes procuran justicia parecen ganar la carrera.

De ahí los reproches por la falta de compromisos para abatir los flagelos de inseguridad, pues los hechos ligados al crimen demuestran que los delincuentes desafían a todos por igual, que no tienen límites ni escrúpulo moral, que están dispuestos a intimidar e infundir miedo a la sociedad y a las autoridades con el fin de hacerlas retroceder en el cumplimiento de su deber.

Uno de los mayores reclamos de la sociedad oaxaqueña es contar con seguridad física y patrimonial ante la creciente embestida de la delincuencia en las diferentes regiones del estado. Más allá de estadísticas y cifras a favor y en contra, los oaxaqueños demandan una verdadera estrategia en contra de la delincuencia, de la corrupción y la impunidad. Acciones firmes y contundentes para desalentar los actos al margen de la ley y sanciones ejemplares en contra de quienes sean responsables de estos ilícitos.

El clamor es abatir la inseguridad que se vive en todas las regiones del estado, recuperar la convivencia armónica de las poblaciones que debido a la violencia y actos delictivos se ha perdido, con una alianza con la misma sociedad que permita enfrentar con éxito su combate.
Todos los sectores sociales y productivos de Oaxaca sostienen que se debe aplicar la ley de manera contundente, pues ante lo que está sucediendo es alarmante, por eso, la obligación de cada uno de contribuir a que todo vuelva a la normalidad, pues a no dudar la inseguridad ha ido en aumento, situación que se convierte en un aspecto negativo para la atracción de inversiones.