Opacidad municipal

Cuando airean temas tan escabrosos de corrupción como el que involucra al expresidente municipal de Santa Lucía del Camino, Galdino Huerta, nos preguntamos ¿y la ley?

Sin respuesta alguna nos remitimos al razonamiento del político colombiano Carlos Gaviria: “cuando un candidato invierte millones en su campaña, al ser elegido solo pensará en sacar provecho y en lo menos que pensará es en su gente…”.
Seguramente fue lo que hizo el cleptómano Galdino que gobernó ese municipio conurbado del 2013 al 2016 postulado por el PRI. En el partido tricolor comentan que pagó para ser candidato. Parece que no solo compró la postulación también invirtió en la campaña. Es decir, sus cálculos de lucro fueron muy claros. Invirtió gran capital que recuperó con creces, aunque no de manera lícita. Hasta la fecha, es visto como uno de los presidentes municipales más corruptos en el último trienio del Gabinato. En las observaciones de la desaparecida Auditoría Superior del Estado y de la Contraloría, el nombre de este presidente municipal no pasa desapercibido. Es la hora en que no cumple con las observaciones.
Cuando sabemos que Galdino Huerta, no ha rendido cuentas de 25 millones 400 mil 200 pesos del Fondo para el Fortalecimiento Municipal, surge otra interrogante ¿Quién es su poderoso padrino? Esta es solo una pequeña parte de los saqueos que le están investigando.

No más opacidad

Dado que en política nada es fortuito, llama la atención lo que dijo ayer el gobernador Alejandro Murat al inaugurar diversas obras en Tuxtepec. “…la sociedad quiere servidores públicos transparentes que rindan cuentas, que hagan lo que prometen…”.
Es lo que quiere escuchar la ciudadanía harta de la gran corrupción de los políticos, de todos los partidos. Murat sabe que la gente ya no soporta la opacidad ni los discursos que se lleva el aire. Por eso dijo que los oaxaqueños “quieren transparencia pero también que los políticos “cumplan con lo que prometen” ¿el gobernador cumplirá castigando a los presidentes municipales ladrones? Hasta el momento no hay indicios pese a que ha trascendido que en el último trienio desviaron más de tres mil millones de pesos y hay 450 expedientes sin revisar.
Si el discurso del joven mandatario no se suma a los que se lleva el viento, podríamos soñar que caerán algunos presidentes municipales como Galdino.
La coraza de impunidad empuja hoy a varios diputados a la intención de regresar a la presidencia municipal que dejaron para buscar la curul. En cada proceso electoral existen diversos factores que influyen o determinan el obtener una candidatura. El padrinazgo es esencial. Siempre habrá un padrino con mayor poder que influya en los acuerdos, y llevará a su pupilo a ese puesto anhelado. ¿Pero a cambio de qué?
La complicidad entre el que apadrina y el ahijado, desembocará en que cuando llegue al puesto, éste tendrá que robar para compartir. Todos sabemos que nadie da nada gratis y menos cuando hablamos de sociedades y “negocios” millonarios.
Dicen que “el que paga para llegar, llega para robar”. Este fenómeno fue le identidad en el gobierno de Galdino en Santa Lucía. Los últimos informes indican que no rindió cuentas de 25 millones 400 mil 200 pesos del Fondo de Fortalecimiento Municipal (Fortamun), recursos que debieron ser utilizados para pagar servicios y programas de seguridad pública en ese municipio. El desvío de tanto dinero es la causa de que haya dejado ese municipio con altos índices de inseguridad pública y falta de servicios sanitarios.

El salto del chapulín

El congreso político del cártel 22 es pura faramalla. Sirve a los vividores del chantaje político para dos cosas:
Primero, para reconfirmar el insano y patológico goce de los profes adoradores de “El Peje”, de joder sistemáticamente a los oaxaqueños. Considero el sufrimiento de los vecinos alrededor del cochinero ese que llaman “auditorio Enedino Jiménez” por esos altavoces reventando tímpanos. Tienen tres días bloqueando domicilios particulares y los carros de los “maistros”, estorbando día y noche en calles aledañas.
Segundo, para justificar el bloqueo de calles y sembrar la anarquía. Viejos y mañosos “maistros” como el ex convicto Othón Nazariega, su belicosa pareja Norma Cleyver, Germán Salinas, entre otros, han tomado nuevamente las calles. El fondo del asunto es que los activistas más arrojados del Morena, encabecen movilizaciones para enseñar el músculo. Quieren que El Peje conozca su capacidad de movilización y su agresividad antisistema para que los haga candidatos. Es su anhelo.
Otro “maistro” ansioso de revivir viejas hazañas para luego cobrar al gobierno, es Gersaín Ángel Filio Cruz, secretario de conflictos (no para resolver sino para incitar), de su sindicato.
Muy limitado en la academia pero audaz para la agitación social, tuvo la ocurrencia de tratar de justificar los bloqueos y plantones como un tema axiológico.
Desconoce el significado de axiología pero usó el término para tratar de razonar acciones violentas del cártel22. Mencionó la axiología cuando no tiene nada que ver, cuando no hay relación con lo que se hace y se dice, a esto podemos llamarle incongruencia.
Axiología es una rama de la filosofía, que tiene por objeto de estudio la naturaleza o esencia de los valores y de los juicios de valor que puede realizar un individuo. Comúnmente se le conoce como la filosofía de los valores.
Sin saber esto, el “maistro” secretario de trabajo y de conflictos de la Sección 22 tuvo la osadía de hablar del “nivel axiológico del dilema” como mera bufonada. Absurda situación ¿dónde están los valores cuando pasamos por encima de los derechos de los demás?
Bloquear, marchar, no respetar la ley, exigir plazas sin examinarse y provocar caos, conflictos y violencia, esto es exactamente el antónimo de la axiología.
Tal vez este “maistro” debería saber la definición de las palabras antes de usarlas. Leer, en lugar de violentar la convivencia social, no le vendría mal.

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