Sensible pérdida
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Editorial

Sensible pérdida

 


Ayer por la madrugada, la familia Fernández Pichardo, editora de EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca y EL IMPARCIAL del Istmo, sufrió en carne propia la pérdida de una de sus socias: la señora María del Carmen Fernández Pichardo, quien falleció luego de algún tiempo de padecer una grave enfermedad. Es importante subrayar que posterior al fallecimiento de la señora María de los Ángeles Pichardo García, quien fincó los cimientos de esta empresa, los cinco hijos: Mina, Benjamín, María de los Ángeles, María del Carmen y María Esther, se hicieron cargo del manejo de la misma, “Publicaciones Fernández Pichardo, S.A. de C.V.”, la cual se ha mantenido vigente hasta hoy, gracias precisamente a la unidad, fraternidad y solidaridad que ha existido entre los hermanos y que hoy, lamentablemente, padecen la pérdida de una de las piezas. Carmelita –o llamada con cariño “Yoya”- tuvo una notable carrera en tareas de gobierno, principalmente vinculadas a las relaciones públicas, tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo local. La “señora Pichardo” tuvo el privilegio de contar con la estima no sólo de políticos y funcionarios, sino también en las infanterías de los medios de comunicación locales, entre ellos, editores, columnistas y conductores.

Hoy nuestra empresa editora está de luto. “Yoya” sucumbió ante lo inevitable en su carrera por la vida. Deja como legado la amistad, la benevolencia y sus siempre sanas críticas. Siempre atenta, siempre amable y cortés, se hacía presente muy poco en nuestras instalaciones, pero nunca dejó de estar al pendiente de las ediciones diarias. Ayer por la madrugada fue al encuentro con Dios y esperamos que Él la haya recibido en su seno, pues deja entre los suyos y entre quienes tuvimos la atención de su amistad, una gran lección de unión, fraternidad y solidaridad. Descanse en paz la señora María del Carmen. Y en nuestras páginas, las que ella con sus hermanos construyeron a lo largo de décadas de trabajo y sacrificio, le rendimos un homenaje. Esperamos que la resignación, pero sobre todo la aceptación y el recuerdo que deja entre los hermanos y particularmente entre los hijos, Claudia y Enrique, sea la muestra fehaciente de que su paso por esta vida siempre fue grata para todos aquellos que le quisieron. Descanse en paz, la señora María del Carmen Fernández Pichardo.

Buscando culpables

Lejos de pedir una investigación a fondo de los hechos lamentables del desplome del helicóptero Black Hawk de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) y la muerte de trece personas, aquellos que señalan culpables y buscan llevar la tragedia a su molino de conveniencia política, deben proponerse alternativas viables para hacer frente a un nuevo desastre natural. Lo anterior viene a colación por las imprudentes declaraciones que hiciera el pasado sábado el diputado local por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Tomás Basaldú, al hacer señalamientos en contra del gobernador del estado. Sin duda, tal parece que la lección no ha sido bien aprendida. Son tiempos de solidaridad, de unidad y de buscar alternativas para los costeños de Pinotepa, Huaxpaltepec, Santiago Jamiltepec y otras comunidades, que perdieron su patrimonio y, que al igual que miles de oaxaqueños, viven en la zozobra de las réplicas. Hay que destacar que en la misma tesitura que los istmeños afectados por los sismos del mes de septiembre de 2017, el gobernador Alejandro Murat Hinojosa ha estado con los deudos de los fallecidos en Jamiltepec y los heridos que se encuentran en hospitales locales.

He ahí el por qué, en nuestro espacio editorial, hemos insistido en que deben dejarse en las manos de las autoridades competentes la investigación de los móviles que llevaron al desplome de la aeronave; si fue imprudencia o impericia o si, por el contrario, fue un accidente fatal que sólo puede atribuirse a las circunstancias y mal fario. Es más, deben buscarse expertos en la materia de aeronavegación para que den un dictamen imparcial y profesional. Algo que ocurre en Oaxaca y es muy común, es echarle la culpa al de enfrente y lavarse la cara. No se trata de buscar culpables o planear vendettas. Se trata de buscar la forma en desplegar la necesaria y obligada solidaridad con los pueblos que padecieron daños y afectaciones, particularmente quienes ahora han velado y sepultado a quienes estuvieron en el lugar equivocado en el momento equivocado. Debe buscarse por encima de todo no el interés político que en estas circunstancias resulta bastardo, sino el camino de la confianza y el deseo de seguir adelante, prestando la mano a quienes no perdieron todo. Ojalá que esto lo entiendan los partidos políticos y sus actores. Son tiempos electorales sí, pero no para aprovecharse de la tragedia y la devastación y señalar culpables sin antes haber hecho las investigaciones necesarias.