Mensajes de odio
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Hagamos Conciencia

Mensajes de odio

 


Según la Real Academia de la Lengua Española, se define al odio como “Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea”, cuando esta manera de actuar se apodera de nuestra forma de vida, suele producirse un veneno tan dulce que contagia a todo aquel que está ávido de consumirlo, como una droga que sin ella, no es posible sentirse bien, ¿conoce a gente cuyo comportamiento se asemeja a esto?, habitualmente su servidor, las ve constantemente en redes sociales y medios de comunicación, con la intención de contagiar a los demás.

Suele ser sencillo para muchos, expresar ideas que acompañan a sus sentimientos que con tanto ahínco han cultivado a lo largo de su vida, buscando expresarse bajo cualquier medio, sin considerar que eso contagia a los demás, sólo por traernos su mundo, por darnos una probadita de lo que constantemente reciben, quizás con las mejores intenciones, pero no siempre son recibidas con la utilidad de algo que deba ser compartido para dejarnos una enseñanza, construyendo mejores personas.

Si usted, realiza una observación de lo que publican sus conocidos en redes sociales, lee con detenimiento lo que se publica en medios de comunicación y “abre bien los oídos” de lo que se habla en el trabajo, en la familia, con sus amistades, verá que hay una carga importante de sentimientos a favor y en contra de temas que no siempre abonan paz y tranquilidad a nuestras vidas.

En las redes sociales por ejemplo, con el anonimato, muchos se sienten con la confianza de escribir sus sentimientos acerca de política, religión, acontecimientos sociales e inmediatamente toman una posición que normalmente es a favor o en contra de lo ocurrido, como si su forma de vida fuera la de estar en constante pelea por defender sus ideas y hacerlas triunfadoras, tratando de evangelizar a cuanto neófito se acerca a escucharlas o leerlas, ¿quién los nombró los poseedores de la verdad, además les dio permiso que destruyeran posiciones de aquellos que no piensan igual?, y encima si no logran convencerlos, los tachan de ignorantes, salvajes y vendidos.

Ejemplos en la red hay muchos, en “politiquería” hoy, tenemos las posiciones encontradas de quienes apoyan a López Obrador y de quienes están en contra de López Obrador, de quienes trafican con el miedo de que México será otra Venezuela y la contraparte de que ahora se le mantendrá a todos los “huevones” que no trabajen, así como el perdón de todos los pecados a los del narcotráfico.

También opinamos sobre situaciones tan delicadas, como la lamentable muerte de las personas en Santiago Jamiltepec, cuyo accidente ocurrido con un grupo de funcionarios políticos, en la caída de su helicóptero, ocasionó la irremediable pérdida de esas vidas, tanto infantes como adultos y jóvenes, todas las vidas consideradas por igual, por el hecho de ser humanos, opiniones de luto y dolor, que todos lamentamos, esperando que pronto llegue la resignación a los deudos, y agradeciendo que no hayan sido más, incluyendo a los funcionarios que también son personas y que se arriesgan por el trabajo que realizan, pero entendamos que los accidentes ocurren y éste particularmente fue tomado por muchos con tinte de odio, con la saña de personas que hacen señalamientos, como si esto se hubiera hecho con toda intencionalidad y premeditación, sin medir la menor responsabilidad de sus textos, o como pareciera ser, con toda la alevosía y perversidad de seguir su campaña de odio, ¿Considera correcto, tomar noticias como ésta, para alimentar el encono de quienes todo lo politizan?

Como dice Miguel Ruiz en su libro “Los Cinco Acuerdos”, cada vez que sentimos emociones como la cólera, los celos, la envidia o el odio, experimentamos un fuego que arde en nuestro interior. Vivimos en el sueño del infierno. Cada ser humano, hombre o mujer, tiene su sueño personal, que, al igual que ocurre con el sueño de la sociedad, a menudo está dirigido por el miedo. Aprendemos a soñar el infierno en nuestra propia vida, en nuestro sueño personal. El mismo miedo se manifiesta de distintas maneras en cada persona, por supuesto, pero todos sentimos cólera, celos, odio, envidia y otras emociones negativas.
Continúa diciendo, cada ser humano tiene un cuerpo emocional cubierto por entero de heridas infectadas por el veneno de todas las emociones que nos hacen sufrir, como el odio, la rabia, la envidia y la tristeza. Una injusticia abre una herida en nuestra mente y reaccionamos produciendo veneno emocional por causa de los conceptos y creencias que tenemos sobre qué es justo y qué no lo es. Debido al proceso de domesticación, la mente está tan herida y llena de veneno, que todos creemos que ese estado es el normal ¿Pero así debería de ser?

La reflexión va en función de calmar ánimos, encontrar información que permitan abonar a la paz de un país que requiere encontrar soluciones reales a nuestros problemas, que si bien es cierto que hoy día, el nivel adquisitivo de nuestra moneda no es ni por menos el ideal, que si los aumentos a la gasolina, gas y demás energéticos han minado nuestras formas de vida y lo que algunos nombran “zona de confort”, no es con la violencia como debemos solucionar nuestros problemas, porque no se contribuye a la unión en objetivos de nación, sino en sentimientos que polarizan nuestro esfuerzo y tarde o temprano nos llevaran a un punto sin retorno, donde el odio sea el motor de unión, sino es que ya estamos en ello ¡Es cuanto!

Twitter@g_vasquez