No se puede, ni se debe, tratar de justificar la guerra
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Toltecáyotl

No se puede, ni se debe, tratar de justificar la guerra

 


La televisión logra crear en la mente de las personas, que todos los días la ven largas horas, una serie de ideas consientes y, sobre todo, subconscientes, que determinan, – “al final del día”-, su forma de pensar, sentir, hablar y actuar. Resulta ser una forma muy sutil pero muy efectiva de crear una ideología, sin que las personas tomen conciencia de lo que les están haciendo. Esto se logra a mediano plazo a través de múltiples imágenes o conceptos, que, aparentemente no tienen conexión, pero a lo largo del tiempo, estas ideas, sentimientos y conceptos se unen y estructuran “una forma de pensar y ver y aceptar el mundo y la vida”.

Desde luego que la televisión comercial mexicana es muy tóxica, sobre todo, por su bajo nivel y su vulgaridad. De hecho, está diseñada para embrutecer a las personas. Es decir, despojarlas de su conciencia y dejarlas en un estado de vulnerabilidad total. Sin embargo, la televisión por cable o de antena, resulta todavía más nociva. Son producciones norteamericanas que tienen el objetivo el embrutecer e ideologizar a todo el planeta, con los antivalores del capitalismo más salvaje.

El sustrato ideológico de esta televisión trasnacional es que Estados Unidos es el país más democrático, justo y prefecto. Que lucha contra la maldad global y por mantener la libertad y la democracia, es una causa justa y necesaria, y qué, solo E.U. lo puede hacer. Recientemente estaba viendo una serie llamada “La Historia de nosotros”, presentada por el actor afronorteamericano Morgan Freeman. En la que, entre otras falsedades, sostiene que: “el ser humano, de manera genética, tiene la guerra como una acción natural y esencial a su humanidad”. Afirma que es normal y humano, desde la época de las cavernas, que los seres humanos invadan, maten y se apropien de recursos para vivir mejor. De esta manera, la guerra, según esta ideología, es una acción ancestral, genética y que forma parte de nuestra conducta y cultura humana.

Esto es totalmente falso, inmoral y antiético. Este discurso justifica solamente la historia de dos países que se han creado a partir de la guerra, la invasión, el genocidio y el epistemicidio: E.U. e Israel. Me refiero al “primer país del mundo, al más antiguo, el primero”, es decir, Estados Unidos. Porque antes de 1776, no existían “los países”. Solo existían imperios, reinos, sultanatos, confederaciones, etc., pero no países. El modelo de país (Estado nación) surge con E.U., y después en Francia en 1789. Napoleón tuvo el “encargo” de los mercaderes, de derrocar a las monarquías para instaurar repúblicas, primero comenzaron en Europa y después siguieron por todo el mundo. “El mundo libre” está constituido de “republica$ democrática$”, en donde el que tiene el dinero manda. Más nada. E.U. comenzó invadiendo los territorios del Norte del Anáhuac. Comenzó con trece colonias, después siguieron con el despojo de México, después con las Colonias de España en Cuba y Filipinas. E.U., es un país que siempre está en guerra, entre otras cosas, porque su economía se sustenta en la producción de armamento y en apropiarse de la ajeno, “legal” o ilegalmente.

Es curioso ver las series sobre la invasión de E.U. a Irak y Afganistán. A pesar de saber que las Torres Gemelas y un tercer edificio fueron demoliciones controladas, y que, estos países nada tuvieron que ver con este auto ataque, los soldados estadounidenses invadiendo y masacrando sin razón a dos pueblos, los llama, “hostiles y terroristas”. En las dos invasiones a México, que hemos sufrido de E.U., seguramente que a los ciudadanos que se trataban de defender de la agresión, también debieron llamarles “hostiles”.

Pues bien, para demostrar que es totalmente falsa la idea de que el ser humano vive intrínsecamente en un estado de permanente guerra, podemos referirnos a nuestra civilización Madre. En efecto, en el Anáhuac, jamás se inventó un arma de guerra, pese a haber inventado el maíz, el cero matemático, la primera calculadora del mundo, la cuenta perfecta del tiempo, etc. Con las armas que se recibieron de la época de las cavernas, con esas mismas armas se enfrentó la invasión española. Fuimos una civilización pacífica, especialmente, en el periodo Clásico, más de mil años, en que existió casi un estado permanente de paz.

Sé que con la desinformación de la historia hispanista de la SEP, inmediatamente un lector colonizado dirá: “Los aztecas eran guerreros”. Pues sí, los mexicas fueron un pueblo que trasgredió la filosofía tolteca conocida como Toltecáyotl. Llegaron en estado salvaje al altiplano en el siglo XII, y usaron la guerra para expandir a la Triple Alianza, pero eso solo fue de 1440 a 1521, o sea, tan solo 81 años. Por menos de un siglo no se puede decir que la Civilización del Anáhuac, con más de 9500 años de desarrollo humano endógenos, fue guerrera.

Finalmente, podremos afirmar que, la civilización continental conocida como “Abyanáhuac”, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, con todos su diferentes pueblos y culturas en el tiempo y el espacio, no fueron guerreros. O que, la guerra, para esta filosofía, era de carácter espiritual y simbólica. No se puede, ni se debe, tratar de justificar la guerra, bajo ninguna circunstancia o tendenciosa filosofía. La guerra representa lo peor de la espacie humana. En la guerra el ser humano se convierte en un animal y jamás, vuelve a ser normal. La peor guerra es la interior entre hermanos.

Descolonizar es dignificar. Viste www.toltecayotl.org