Otra vez la cannabis
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Opinión

Columna sin nombre

Otra vez la cannabis

 


Estoy de mal humor y no tengo ganas de hacer chistes.
El Mapache Guasón.

Nuevamente el cannabis vuelve a los debates y francamente ya es tiempo de tomar una decisión sobre su legalización.
El Secretario de Turismo, De La Madrid Cordero, ha tenido el arrojo de manifestarse abiertamente por la legalización de Doña Juanita y nos hace escribir a todos los comentaristas otra vez sobre el tema.

Como he escrito en este espacio, me inscribo entre quienes piensan que ya es tiempo de darle su lugar a esta yerba tan calumniada y que se desprestigió cuando a alguien se le ocurrió fumársela.

Se debe legalizar la siembra, el cultivo, el transporte, la comercialización y el uso de ella, ya sea para fines curativos o como se dice ahora para fines lúdicos.

¿Qué quiere decir lúdico?

Lo referido al juego, que puedo interpretar como diversión, o en otras palabras, si a alguien le da alivio al dolor frotársela pues que se dé una friega, si le da gusto fumársela o hacer un té, bueno, que lo haga y no debemos criminalizar a los consumidores aunque sean adictos.
Cómo vamos a meter a la cárcel a turistas que en Quintana Roo o Baja California, se fumen un pitillo en la playa, cuando en su país la adquirieron legalmente, sería un desastre para el turismo que nos visita.

Pensar que será más accesible que los adolescentes la adquieran es cierto, pero también es una verdad del tamaño del mundo que la pueden adquirir en los estanquillos de nuestras ciudades sin mayor problema, luego, el argumento anterior es insustancial.

Corresponde a los padres vigilar el comportamiento de sus hijos.

Por el lado de la delincuencia, es notorio el hecho de que enfrentamos violencia sin fin por el control de los mercados respectivos, y se podría convertir a muchos narcotraficantes en comerciantes que paguen impuestos, así como permitir a muchos campesinos que la siembren sin temor a ser arrestados y pasar muchos años en prisión.

En fin, que debemos dejar los conceptos “moralinos” y enfrentar un hecho incontenible: la mariguana es un producto de la naturaleza que permite a muchas personas “gozar” momentos de esparcimiento y allá ellos si abusan de la yerba.

Será más barato para el Estado y los servicios de salud atender a los adictos consumados que tenerlos en la cárcel, y dejaríamos de enfrentar cientos de muertos por la violencia callejera, provocada no por el adicto, sino por el traficante.

Además, las razones médicas indican que el tabaco y el alcohol son más adictivos y perjudiciales a la salud humana que la mariguana.

Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.